Este jueves el despertar de los niños ceutíes ha estado cargado de magia, nervios y muchas ganas de abrir regalos.
Llegaron los Reyes Magos y las caras de felicidad de los pequeños
estrenando sus juguetes y contando cómo han vivido la noche más especial del año deja claro que las cartas de los deseos llegaron puntuales al lejano Oriente. Ahora, lo que toca es jugar, jugar y jugar hasta la vuelta al cole. Los pequeños de la ciudad han debido de portarse muy bien porque los
Reyes Magos han dejado muchos juguetes en todas las casas. Regalos de todo tipo entre los que, como cada año, destacan las bicicletas, videoconsolas y patinetes.
Como cada año, ha habido niños en los bajos de la Marina, aunque se ha notado el covid, ya que la afluencia no era como en anteriores. Aún así, ha habido algunos que no han podido resistir la tentación de salir a la calle a disfrutar de sus regalos bajo un sol radiante de enero. Como Miguel Gallardo, al que los Reyes le han traído un dinosaurio. O Eva García, a la que sus majestades han premiado con una larga lista de presentes, aunque lo que más le ha emocionado ha sido haber escuchado ruidos durante la noche, seguramente, de Melchor, Gaspar y Baltasar dejando los regalos. Para Cristina Ríos, que sus Majestades le hayan traído una bicicleta le ha parecido fantástico y, aunque no sabe montar y va con ‘ruedines’, está convencida de que en pocos días lo dominará porque “le ha gustado mucho su regalo”.
Como suele pasar en todas las familias, al final entre hermanos se cambian los regalos. Ángela Mora es muy pequeña y, aunque ha tenido muchos regalos, no duda en subirse al patinete que le han regalado a su hermano Darío aprovechando una pequeña caída de este durante su estreno. La noche de Reyes es muy importante para los niños, que no dudan en preparar con dedicación para asegurarse de que sus Altezas Reales se sienten cómodos al llegar a sus casas. Juanjo Hernández explica que antes de acostarse les dejó a los camellos zanahorias y agua y a los Reyes el roscón para que “recuperasen fuerzas”. Explica que, a las tres de la mañana, se despertó sin saber por qué y que estuvo un buen rato esperando a ver si llegaban los Reyes. Finalmente, cayó rendido y, al despertar, encontró que le habían traído muchos libros y un ordenador portátil.