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Día internacional de la Educación: un pilar para el futuro

La Real Academia Española cuenta con cuatro acepciones para definir la educación. Entre ellas, hay dos que llaman la atención: la segunda, en la que se refiere a la educación como “crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes”, y la tercera, “instrucción por medio de la acción docente”. Sin embargo, en ninguna de sus acepciones, la RAE recoge que la educación es uno de los pilares fundamentales para el futuro de los niños.

Los docentes de algunos centros educativos de Ceuta, desde infantil hasta Bachillerato y Formación Profesional, dan su punto de vista, su visión más cercana de la educación. El covid irrumpió en la enseñanza sin avisar, provocando un reajuste a marchas forzadas y sin preparación previa. Pero estos docentes salieron adelante movidos por la motivación que supone ejercer esta profesión.

Ahora se enfrentan a otra etapa nueva en el mundo académico: menos horas lectivas para los alumnos y un número reducido. Y, a pesar del complicado camino que significa ‘educar en tiempos de covid’, todos ellos coinciden en lo mismo: la educación es una parte importante en el desarrollo de los niños.

“La educación no es solo el hecho de transmitir un conocimiento, es fundamental para el desarrollo de las personas y el progreso de nuestra sociedad”, o así lo ve Paloma Berruezo, maestra de educación infantil en el CEIP Mare Nostrum. Como ella piensan muchos docentes. “La educación debería ser una proyección de futuro, de uno muy incierto. Estamos preparando niños pero no sabemos para qué futuro”, apunta Antonio Coronil, orientador del CEIP Ortega y Gasset.

A la educación se la considera, principalmente, como la herramienta básica para que tanto niños como jóvenes adquieran una serie de conocimientos de distintas materias. Pero esta enseñanza implica algo más, ya que “no es solamente transmitir conocimientos, sino también centrarse en cómo aprende el alumno, en que ellos sean capaces de construir su conocimiento, en prepararlos para la vida”, comenta Gema Gómez, maestra de educación primaria del colegio Beatriz de Silva.

La educación desarrolla el conocimiento, así como habilidades para enfrentarse a la vida

La educación, al igual que la sociedad, ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Las generaciones de antes no son como las de ahora. “La educación se ha transformado en lo que respecta a la actitud por parte del alumno”, comenta Berruezo. La diversidad es uno de los puntos que más se tiene en cuenta, actualmente, a la hora de dar clase, ya que “ahora se tiene en cuenta las necesidades de cada uno”, añade Gómez.

La diversidad no es lo único que ha variado en la educación. La metodología, los recursos e incluso, la visión que tiene el alumnado de la figura del docente es distinta a como la recordábamos. Los niños y jóvenes de ahora son considerados ‘nativos digitales’, puesto que han nacido en un siglo marcado por la existencia de internet y de dispositivos electrónicos.

Las nuevas tecnologías entraron en la enseñanza como un tornado desordenando la estructura y la metodología de la educación. Además, esta irrupción se vio acrecentada con la llegada del coronavirus. Muchos docentes tuvieron que habituarse al uso de ciertas aplicaciones para llevar a cabo una docencia online. Pero los alumnos, incluso siendo nativos digitales, también tuvieron que hacerse con el uso de estas herramientas.

Las redes sociales como Instagram, Facebook o Whatsapp las manejan con cierta facilidad, pero ¿qué ocurre cuando tienen que hacer uso de plataformas como Zoom, Google Meet o Skype para asistir a clase?. Algunos no sabían manejarlas. “He sentido un poco de decepción. Las tecnologías la usaban para otras cosas con cero fines educativos”, cuenta Laura Morillas, profesora de 2º de la ESO y de 2º de Bachillerato del IES Abyla.

Pese a esta imagen tan negativa que se puede extraer de las nuevas tecnologías en el mundo de la enseñanza, es cierto que “bien usadas”, como apuntan los docentes, pueden ser una buena herramienta para la formación de los niños y jóvenes de nuestra sociedad. Por ejemplo, en las clases de educación infantil “la pizarra digital se ha convertido en una aliada”, asegura Berruezo. Por otro lado, en educación primaria, el uso de las nuevas tecnologías “es un recurso positivo que los motiva y ayuda a aprender de una manera diferente”, señala Susana Martín, maestra de 5º de primaria del ‘Mare Nostrum’.

Los nuevos recursos son importantes para la educación tanto a nivel material académico como infraestructural

Si es beneficioso o no, va a depender del uso que se haga de estas herramientas en el aula, o en casa. “Por sí no son malas ni buenas, sino el uso que se haga”, aclara Coronil. Lo que sí está claro es que han llegado a la educación para quedarse y que las metodologías de enseñanza tienen que adaptarse a ellas. Sin olvidar, por supuesto, la importancia que sigue teniendo la asistencia a clase.

La presencia de los alumnos en el aula no es un capricho de la educación, sino que se trata de un complemento de la misma, puesto que ayuda a “su proceso de socialización, puesto que es fundamental en la educación de un alumno”, indica Martín. Por motivos sanitarios, la presencialidad en el aula se vio afectada durante el curso 2019/2020. Ahora, con ciertas limitaciones, se ha ido recuperando la asistencia de los estudiantes para así contribuir al desarrollo de su personalidad. “Es algo imprescindible. Ellos aprenden cosas de sus propios compañeros e intercambian ideas, cosa que telemáticamente es más difícil”, apunta Gómez.

Además de esto, la presencialidad ayuda a ‘obligar’ a los alumnos a que se impliquen un poco más en las materias y en adquirir el conocimiento de las distintas asignaturas. Y hacer uso de la docencia online o telemática “para reforzar los conocimientos”, indica Javier Castillo, profesor de Formación Profesional del IES Puertas del Campo.

El covid-19 no solo ha resaltado la importancia de la presencialidad en el aula y el uso de las nuevas tecnologías para la educación, sino que ha intensificado la diferencia existente entre los recursos utilizados y la metodología, y los alumnos. “Estamos enseñando cosas del siglo XIX como maestros del siglo XX a niños del siglo XXI. Es adaptar la realidad a la hora de dar clase”, señala Coronil.

La sociedad está en continua evolución y la educación tiene que crecer con ella. “No podemos anclarnos a un libro de texto solamente. Nos hemos reinventado y usamos muchas actividades interactivas, que es lo que les motiva y les gusta”, aclara Martín.

Aunque a veces, esos recursos para mejorar la educación no se centran solo en el material usado en clase, sino que también se ve implicada la infraestructura. El covid ha resaltado la importancia del número reducido de alumnos en el aula, lo que implica una mejor atención para ellos. Sin embargo, para conseguir esto después de la crisis sanitaria en la que nos encontramos, “haría falta el doble de todo: el doble de profesores, el doble de aulas y el doble de institutos”, especifica Morillas.

La educación sigue siendo la base de la vida, tanto laboral como personal. Además de conocimiento, los alumnos consiguen desarrollar sus destrezas, sus habilidades y su personalidad. Y, lo más importante, independientemente del nivel educativo en el que se encuentren, la educación los prepara para el futuro y para la vida. Por ello, el 24 de enero se resalta la importancia de la educación y, por supuesto, de la educación de calidad para todos.

Importancia de la educación

La educación es la base de la vida, tanto la que se da en el colegio, en cuanto a nivel de conocimientos, como el que se da en casa, en cuanto a nivel comportamiento. Pese a que este último se ve reforzado en el aula, no es competencia directa de la enseñanza. Los alumnos de las distintas etapas acuden a los centros escolares a recibir, por parte de los docentes, conocimientos de las distintas materias, pero también acuden para desarrollar tanto sus habilidades como sus competencias, así como su personalidad. Los niños y los jóvenes se tienen que preparar para un futuro incierto, y más ahora con la situación en la que nos encontramos. Pero sin la adecuada preparación, y sin una mínima base, la incorporación al mundo laboral puede ser mucho más complicada. Las necesidades de cada uno y sus circunstancias se han de tener en cuenta, por ello es imprescindible una educación inclusiva, adecuada a la situación de cada uno de ellos.

Presencialidad

A raiz de la llegada del covid-19 a nuestras vidas, se ha puesto en cuestión la presencialidad de los estudiantes en las aulas. Pese al experimento que supuso dar clases de forma telemática, suponiendo una locura y una novedad, se ha remarcado más la importancia de la presencialidad. Ya no solo por la dificultad que supone dar clases a través de herramientas digitales, sino porque es necesaria la convivencia de los alumnos en un mismo espacio. De esta manera, consiguen desarrollarse mejor y aprender de lo que ven en clase, tanto de su docente como del resto de sus compañeros

Nuevas Tecnologías y recursos

Imaginar la vida sin las nuevas tecnologías nos resulta, actualmente, imposible. Sobre todo para los niños y los jóvenes, quienes han nacido considerándose ‘nativos digitales’. La aplicación de estas a la educación, dándole un buen uso, puede contribuir a la formación de los alumnos y a la motivación de estos para seguir asistiendo cada día a clase. Los recursos educativos que pueden ofrecer las nuevas tecnologías pueden hacer mucho más atractiva la enseñanza, sin olvidarnos de las herramientas de toda la vida. Una adaptación de la metodología de antes a los nuevos tiempos. Las pizarras digitales, las plataformas online para realizar ejercicios, el uso de tabletas y ordenadores se han vuelto un complemento, y a la vez un aliado, para el desarrollo de la materia. Al igual que la sociedad, las nuevas tecnologías está en continua evolución y adaptándose a los tiempos. Sin embargo, no hay que pensar únicamente en los recursos técnicos para la mejora de la educación y la formación del alumnado. La infraestructura es, también, una parte importante de la misma. El covid-19, además de dale un giro a nuestras vidas, ha resaltado algunos puntos débiles de la educación, entre ellos, el elevado número de alumnos en las aulas. Ahora, aunque con menos horas lectivas, se ha demostrado que un número inferior de estudiantes en las clases, proporciona una mayor atención. Sin embargo, una vez que pase esta crisis sanitaria, los centros escolares tendrán que volver a la misma situación: más de 20 niños en las clases. No se cuenta ni con el personal suficiente, ni con las infraestructuras adecuadas para, en un futuro, seguir proporcionando este tipo de educación más reducida. La importancia de la educación, y de calidad, se basa también en la atención a las necesidades del alumno, tanto en recursos como en explicación.

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