La Policía Judicial de la Guardia Civil ha completado las diligencias en torno al atropello mortal que terminó con la vida del inmigrante Omar L., ‘Susi’, vinculando a los dos trabajadores de una agencia de transportes con dos delitos: uno de homicidio, que recae sobre la persona de J.M.M.V., de 44 años, que es quien conducía la cabeza tractora que terminó atropellando al joven, y otro contra la Seguridad Vial, que recae sobre el llamado R.C.G., de 39 años, que conducía el segundo vehículo implicado en los hechos.
El primero permanece a disposición de la Guardia Civil, detenido en la Comandancia hasta que la titular del Juzgado de Instrucción número 1 le tome declaración y determine qué hacer con él: si queda en libertad con cargos o ingresa en prisión, algo que se dilucidará en las próximas horas.
El segundo fue puesto en libertad, debido a la tipología del delito con el que se le relaciona con la advertencia de que tendrá que presentarse en las dependencias judiciales.
Ambos, según fuentes consultadas por esten periódico, declinaron hacer declaraciones en la sede de la Benemérita a la espera de hacerlo en el Juzgado para explicar su versión de los hechos.
A disposición de la Benemérita están los dos vehículos, que presentan gran cantidad de impactos producidos por la lluvia de piedras registrada en la tarde del viernes.
La Policía Judicial ha tomado declaración además a al menos 10 inmigrantes, testigos de los hechos, entre ellos varios menores que mantienen la misma versión que ya ofrecieron a FAROTV: que no había sido un accidente sino un atropello directo tras una persecución de las dos cabezas tractoras.
En la investigación quedan muchas incógnitas que son las que deben despejar los dos detenidos, como cuándo hubo lanzamiento de piedras (antes o después de la muerte), cuándo recibió una pedrada en la cabeza el conductor acusado de presunto homicidio (antes o después de haber atropellado a Omar) o si en algún momento hubo una pérdida de control del vehículo.
Son asuntos que no han sido aclarados ante los componentes de la Unidad Orgánica de PJ que sí pudieron corroborar, a tenor de las marcas viarias encontradas sobre el terreno, la velocidad alcanzada por ambos vehículos y las maniobras en zig-zag realizadas.
Sobre el fallecido, sí se han despejado dudas gracias a que dos familiares directos de Omar pudieron personarse en Ceuta para reconocer el cadáver tras la realización de la autopsia, que ha confirmado que el cuerpo del joven estaba destrozado.
Estos dos parientes se entrevistaron con el Instituto Armado corroborando no solo su identidad sino que acababa de cumplir 18 años el pasado 4 de abril. Y es que hasta ese momento, el fallecido era uno de los ‘invisibles’ que frecuenta la zona portuaria.
Un joven que había cruzado hacía unos meses la frontera junto a otros compañeros y había estado en el puerto esperando cruzar al otro lado. En ese tiempo, siendo menor, frecuentaba las escolleras hasta terminar su vida en el mismo escenario que recorría a diario. La Policía no le tenía fichado ni tampoco se encontraba reseñado en el centro de La Esperanza.
Apabullado por las críticas, el PP emitía en la noche de ayer un comunicado que no suele ser habitual en este tipo de tragedias y con el que dijo, “manifestar en primer lugar el dolor por la irreparable pérdida de una vida”.
Pasó después a criticar a los que utilizan hechos de este tipo para atacar al Gobierno “por intereses partidistas” usando el drama “como arma arrojadiza” y, por vez primera, habló de que se está “al límite de lo soportable”.
“El drama pone en evidencia la cruda realidad de la presión migratoria que, a veces, hasta el límite de lo soportable, sufre nuestra ciudad por razón de su condición de frontera terrestre de Europa en África”.
“En relación con las causas”, añadió, “que hayan podido producir dicho fallecimiento, consideramos necesario mantener la debida prudencia hasta tanto culminen las investigaciones policiales y judiciales que se llevan a cabo para esclarecer lo ocurrido”.
El PP indica que “esta presión debe ser tratada en el ámbito de una política común europea, a través de la que se garantice la seguridad de nuestras fronteras y se procure la imprescindible colaboración de los países de origen o tránsito de los migrantes, una política que afronte las raíces del problema”, considerando este asunto de “envergadura”.
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