Agentes de la Guardia Civil detuvieron en la madrugada del jueves a un hombre después de colar a dos subsaharianos en su vehículo.
La actitud nerviosa del conductor levantó las sospechas entre los agentes que estaban de servicio en la frontera del Tarajal, confirmando después, con el hallazgo de los dos inmigrantes, a qué se debía esa tensión. Uno de los subsaharianos estaba oculto en el salpicadero y el otro en un doble fondo practicado en el sillón trasero. Tras el hallazgo de los inmigrantes, el conductor intentó evitar, sin éxito, su arresto, quedando detenido y acusado de un delito contra los derechos de los extranjeros.
La intervención llevada a cabo en el lado español provocó que, horas después, los agentes marroquíes interceptaran otros dos turismos más, conducidos por vecinos de Ceuta, en los que encontraron a más subsaharianos. A un lado y a otro de la frontera está funcionando, con efectividad, el traslado de inmigrantes en vehículos provocado por la actuación de pequeñas redes que disponen de una flota de vehículos para llevar a cabo su acción.
Estas tres actuaciones se suceden después de varias semanas en las que las fuerzas de seguridad habían detectado la entrada de subsaharianos por la frontera, sin dar con los individuos presuntamente implicados en este pase.
En la edición de ayer, El Faro ya se hacía eco de los últimos hallazgos de inmigrantes en la carretera de la frontera o en las inmediaciones del Hospital. Inmigrantes detectados a primera hora de la mañana, con las ropas secas, deambulando por las cercanías del Tarajal, reflejo inequívoco de que acababan de ser introducidos en coches.
Durante varias semanas tanto Guardia Civil como Policía Nacional han reforzado los controles para detectar, precisamente, este tipo de entrada que, por goteo, se ha convertido en un modo eficaz para las redes que están detrás. Ya no solo se centraban en el pase de subsaharianos en vehículos, sino también en la constante de sirios que, haciendo uso de documentos alquilados de ceutíes o marroquíes, consiguen, de igual manera, burlar los controles policiales establecidos a pie de campo.
La intervención de la Benemérita, deteniendo a uno de los conductores implicados en pleno intento de entrada de dos inmigrantes, llevó a que Marruecos también recrudeciera su vigilancia deteniendo a otros dos ceutíes que intentaban entrar con dos subsaharianos cada uno escondidos en sus respectivos vehículos. Se desconoce si existía algún tipo de relación entre los tres casos registrados, pero el hecho es que todos ellos intentaron llevar a cabo con éxito un tipo de entrada siguiendo la misma forma y en el espacio horario prácticamente continuado.
La presión migratoria que se hace notar ahora en Ceuta nada tiene que ver con la registrada en Melilla, en donde los asaltos a la valla están a la orden del día hasta el punto de desestabilizar cualquier previsión manejada por los servicios de Información que operan allí.