La Policía Nacional ha detenido a un ceutí de 20 años identificado como R.M.A., al estar implicado en un robo con violencia perpetrado la pasada madrugada en Loma Colmenar contra un conductor.
El detenido, al que le constan múltiples detenciones por robo con fuerza, hurto, resistencia y desobediencia, fue interceptado por una patrulla del CNP que se encontraba de patrulla por la zona y cuya presencia en el lugar fue clave para esclarecer este suceso. Otro delincuente que estaba colaborando en este atraco pudo darse a la fuga sin que los agentes de servicio pudieran darle alcance.
Tal y como ayer informó la Jefatura Superior, los hechos se produjeron en Loma Colmenar y tuvieron como víctima al conductor de una furgoneta que fue asaltado justo cuando había parado en la carretera para atender un STOP. Una parada que aprovecharon los dos cacos para asaltar directamente al conductor, al que amedrentaron con machetes e instaron a que condujera hasta el Príncipe en donde pretendían desvalijarle, como en otras ocasiones ha sucedido.
El conductor, al ver la patrulla del CNP, dirigió su furgoneta hacia ellos, haciendo maniobras extrañas que fueron las que, precisamente, llamaron la atención de los agentes y les movieron a actuar.
Uno de los asaltantes escapó corriendo mientras que el otro pudo ser detenido dentro de la propia furgoneta, recuperándose incluso uno de los machetes empleados para la intimidación.
La víctima, que solo hablaba árabe, explicó a un policía conocedor de su idioma, que los dos delincuentes le tenían retenido y le habían quitado dinero amenazándole con los machetes para conseguir todo el botín.
La Policía busca ya al segundo de los implicados en este robo, que se habría ocultado en la barriada del Príncipe.
Este modo de actuación no extraña a los agentes, ya que no es la primera vez que sucede un caso así, en el que los ladrones aprovechan la parada en la vía de los conductores para robarles o, incluso, colocan trabas en la carretera para forzar la parada del vehículo y asaltarlo con total libertad.
Para operar con tranquilidad, fuerzan a los conductores a llevar su coche hasta determinadas barriada para, a sabiendas de la menor presencia policial -como sucede en el Príncipe-, poder actuar con total libertad.
En los últimos meses se han producido varios robos violentos en los que los asaltantes hacen uso de armas blancas o de fuego para atentar contra sus víctimas.