La Policía Local de Ceuta ha detenido a uno de los inmigrantes marroquíes acogido en el pabellón de La Libertad después no solo de insultar y amenazar a una trabajadora de Cruz Roja sino de agredir, resistirse y amenazar a uno de los vigilantes de seguridad que presta servicio en estas instalaciones deportivas convertidas en albergue sin estar preparadas para ello. Este suceso se enmarca en los continuos episodios de agresiones y amenazas que se han producido con anterioridad.
El detenido ha sido trasladado en un zeta de la Policía Local a la Jefatura Superior después de los dos sucesos consecutivos en los que se ha visto implicado. Se trata además de uno de los internos más polémicos ya que se ha saltado el confinamiento en varias ocasiones, protagonizando como mínimo tres fugas. Es uno de los marroquíes interceptado por las fuerzas de seguridad en las batidas llevadas a cabo en aplicación de las medidas contempladas en el real decreto dictado con motivo del estado de alarma.
Tal y como han informado fuentes policiales a El Faro de Ceuta, el primer suceso ha tenido de protagonista a una trabajadora de la Cruz Roja, a la que el detenido ha intentado agredir después de insultarla y amenazarla. Tuvieron que intervenir los vigilantes de seguridad que prestan servicio en el pabellón de La Libertad para su entrega a la patrulla de la Policía Local que hace servicio en el exterior de las instalaciones antes de que pudiera agredir a la trabajadora. Dentro del coche policial continuaron los insultos tanto a la miembro de la entidad humanitaria como a los vigilantes que lo habían inmovilizado. La Policía optó por volver a meterlo dentro de ‘La Libertad’ a la espera de que la afectada interpusiera denuncia para así detenerlo.
Fue en ese momento cuando se produjo el siguiente suceso, dentro del pabellón, que esta vez tuvo como víctima a un vigilante de seguridad contra el que este usuario se encaró y golpeo asestándole dos puñetazos y amenazándole. Tuvieron que intervenir más vigilantes de seguridad procediéndose a la detención, ya por parte de la Policía Local y traslado a la Jefatura Superior. En ese ataque, el detenido instó a otros internos a ‘apoyarle’ en el atentado contra el vigilante de seguridad que resultó lesionado.
Sobre la situación en ‘La Libertad’ es mucho ya lo que se ha escrito, definiéndose la situación de insostenible, de una auténtica olla a presión. No solo son perjudicados los propios trabajadores que han sufrido amenazas, insultos y agresiones, sino que también lo son los vecinos de las viviendas próximas por la cantidad de ruidos que deben soportar.
A esta situación se suma ahora la incertidumbre de cómo aplicar la ley con estos confinados, que también tienen derecho a los paseos porque no son personas detenidas ni están privados de libertad. Desde este mismo sábado pueden salir a pasear en las franjas horarias permitidas, pero nadie ha dado las directrices de cómo hacerlo. Los usuarios lo saben, de ahí el aumento del nerviosismo entre todos ellos. En el caso de los acogidos en el ‘Santa Amelia’, que son menores de edad, se ha coordinado con Cruz Roja esos traslados. Pero con los adultos de ‘La Libertad’ hay serias dudas de cómo hacerlo, teniendo como antecedentes las fugas de internos.
La Delegación del Gobierno no ha comunicado a los trabajadores cómo se debe llevar a cabo. Y los trabajadores tampoco se atreven a prohibir a los usuarios que quieran salir en las horas estipuladas por si esto supusiera una infracción de la ley.
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