Detenido con ayuda de los vecinos por apuñalar a su mujer en el pecho

Una residente en la barriada Príncipe Alfonso que responde a las iniciales R.Z. fue apuñalada ayer por su pareja en el tórax dentro del domicilio en la calle Rafael Orozco, el cual comparten los cónyuges junto a sus hijos de distintas edades.

Los vecinos evitaron que este caso de violencia de género se agravara, aún más si cabe, entrando en la vivienda y arrebatando el cuchillo de grandes dimensiones al marido.
Poco después de que integrantes de Brigadas Cívicas y la Asociación de Mujeres Al Ámbar irrumpieran en la casa ante los gritos de auxilio de dos de sus hijos, se personaron en la casa los Lobos de la Policía Local y agentes de este mismo Cuerpo destacados en el Polifuncional Mustafa Mizzian, a unos metros del escenario del suceso. En su auxilio ante los gritos que partían de un inmueble frente a la sede del colectivo femenino, acudió un importante número de vecinos que se encontraban en los alrededores.
La Policía Local, ante la emergencia que suponía mantener a la mujer sangrando de forma abundante mientras esperaban a la ambulancia del 061, optó por su traslado en un zeta hasta el Hospital Universitario. Los agentes procedieron a la detención del agresor, que fue entregado con posterioridad en la Jefatura Superior de Policía Nacional ya que actúa de oficio ante episodios de violencia de género. Hasta el lugar, también se desplazó una unidad del Cuerpo Nacional.    
Los efectivos de Brigadas Cívicas, tras quitarle el arma blanca al agresor, le encerraron en la cocina y echaron el pestillo para impedir que escapara. Mientras, una integrante de la entidad de mujeres del Príncipe comenzó la búsqueda de la víctima hasta que se percató de que se había encerrado en uno de los dormitorios en su intento por escapar del atacante.
Con sumo tacto, la activista persuadió a la mujer de que abriera la puerta para recibir asistencia sanitaria. Aunque al principio se resistió por miedo a reencontrarse con su esposo, finalmente descorrió el cerrojo y pudieron comprobar que sangraba abundantemente en el pecho a causa de tres puñaladas, de distinta profundidad, a la altura del corazón.
El ‘paseíllo’ del detenido hasta el vehículo oficial estuvo exento de violencia y el individuo tampoco se resistió a las fuerzas de seguridad que se internaron en la vivienda. Según indicaron algunos de los presentes, por el aspecto del interior del inmueble parecía que hubiese sufrido una “batalla campal”, en referencia a que antes de las cuchilladas, también se hubiese podido producir un forcejeo, o bien, eran los signos de discusiones anteriores.  
Una vez arrestado su marido y partir en el zeta de la Policía Local a las dependencias de la Policía Nacional en Paseo de Colón, la fémina de 37 años abandonó el domicilio con un pañuelo que le ocultaba el rostro tanto para ocultar su identidad como para eludir el impacto en ella del revuelo que había originado este incidente.
Fueron los propios hijos de la pareja, que se encontraban en casa a esa hora porque habían acudido a la consulta del médico junto a su madre, quienes relataron lo ocurrido. Por su parte, la mujer reveló a la integrante de Al Ámbar que nunca había denunciado los malos tratos a pesar de que no era la primera vez que ocurría, datos que pudo corroborar este periódico.
Entre los residentes en la barriada que corrieron al rescate de los niños que pedían ayuda para liberar a su madre, algunos declararon que nunca habían oído que ella hubiese sido agredida y consideraban al esposo un “vecino bueno”, concepto que después de los hechos de ayer, “ha cambiado”, añadieron. Otros destacaron que R.Z. es una “gran señora” y “muy trabajadora” que está volcada en la educación de sus hijos. “No es oro todo lo que parece”, comentó otro de los presentes.
Una vez recibió el alta hospitalaria, la Policía Nacional activó los protocolos ante casos de violencia de género a través de las unidades de prevención, asistencia y protección ofreciéndole información sobre la cobertura que tiene reconocida por su condición como es el derecho a la asistencia jurídica; a la asistencia social integral; los derechos laborales y de Seguridad Social; a la percepción de ayudas sociales y al acceso a viviendas y residencias públicas para mayores.

La víctima recibió el alta tras ser atendida

Según el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria, Ingesa, la herida por arma blanca en un episodio de violencia doméstica fue dada de alta en la tarde de ayer tras comprobar el equipo médico que las lesiones que presentan no revestían gravedad y puede recuperarse con reposo en su domicilio o el lugar de acogida que le asignen.