Después de la tormenta llega siempre la calma

Y  después de la calma lo lógico es que llegue la tormenta, porque quien siembra vientos recoge tempestades. Pasaron las elecciones, las más duras que recuerdo en nuestra ciudad por la despiadada campaña orquestada por el PP de Vivas contra Caballas y sus integrantes, traspasando lo político y llegando a tocar lo personal, calumniando, inventando, tergiversando y ‘enmierdando’. No es mi forma de entender la política, pude y no quise hacer eso mismo, ni yo ni mis compañeros y compañeras, mi familia de Caballas. Alguna vez expliqué (aunque me tachase de niño repipi algún prestigioso columnista del Washington-Post) que el juego político lo aprendí de muy pequeño y que era normal que al llegar al sótano del ayuntamiento y entrar en la secretaria de grupo del CDS me encontrase un día si y otro también a mi padre departiendo y riéndose con Juanjo Medina, en aquella época director de El Faro, y que con su firma y con el seudónimo de Daniel Marín ‘zurraba’ un día a mi padre y otro a Aróstegui porque habían mandado a la oposición al dueño del periódico que en aquella época era el líder de Ceuta Unida. También era normal encontrarme a mi padre charlando y tomándose algo en el bar de Joaquín en el sótano del Ayuntamiento, con Rafa Montero (editor de El Faro, líder en aquella época de CEU y persona que se interesó realmente por editar el libro de artículos de mi padre) En aquella época supe que una cosa era la confrontación política y otra las relaciones personales. De los que están actualmente en primera línea del PP nadie sabe diferenciar una cosa de otra, quizás porque viven de la política, y el Gobierno en estos diez años no saben lo que es que los medios te ‘endiñen’ cada día.  He intentado practicar eso mismo, diferenciando lo personal de lo político con gente del Gobierno y son muy pocas las excepciones (no las nombro por las posibles represalias que pudieran tener), en otros casos si me pudieran pisar la cabeza lo harían, es así de triste.
Lo que me produce más pena es que una persona que probablemente si puede acordarse de aquella época es el propio Juan Vivas, pero desde hace tiempo parece que vive en otro mundo, llegará el día que mire atrás y verá las enormes diferencias entre la líneas editoriales actuales y las de otras épocas. De las hemerotecas de aquella época es de donde han tirado para parte de esa estrategia que se centraba principalmente en la figura de Juan Luis Aróstegui, que ha sido desmesurada en un medio escrito de la ciudad y que ha seguido a rajatabla los servicios informativos de RTVCE, cuyo director de informativos tuvo la poca profesionalidad de interpelar a un entrevistado, Mohamed Alí, en su entrevista como candidato. Lo peor de todo es que, aparte de enorgullecerse públicamente de haber sido del GIL (muchos recordamos los insultos al actual presidente de la Ciudad que realizó en aquella época) y atribuía a Aróstegui la frase de “el voto de un licenciado no vale lo mismo que el de un obrero”, frase que pertenecía al líder de AP o PP en aquella época, Antonio Bernal, pero en fin si se trata de tergiversar, los hay que son expertos.
Sobre pasar al terreno personal desde Caballas nos podríamos haber puesto las botas con historias de hijos, hermanos y demás familiares, pero no somos ni tan mezquinos, ni tan mediocres y seguimos creyendo en otra forma de hacer política, en al que tiene cabida la confrontación pero circunscrita a la esfera política y a lo que uno haga dentro de esa esfera, y en esa confrontación se puede ser muy beligerante.
Caballas esperaba un mejor resultado, cierto. Pero no fuimos conscientes del resultado de la campaña del PP en contra nuestra, cuyo máximo mandatario es Juan Vivas y por tanto es el responsable en última instancia de la misma. Esa campaña llegó hasta el punto de martillear cada día durante las últimas semanas que Caballas sólo sabía insultar, y que Aróstegui fomentaba la crispación, pese a que Caballas en campaña se ha dedicado a hablar con los ciudadanos y presentar sus propuestas, pero ese ya era el ritmo y la retahíla vendida durante año y medio y no se podían bajar de ese discurso y de esa estrategia.
Con los resultados en la noche electoral, parecía que la estrategia del PP había sido exitosa, pero no. Por tres vías distintas me ha llegado que esperaban más de esa campaña contra Caballas que se basaba en un primer lugar en romper la coalición entre UDCE y PSPC, cuando pensaban que Aróstegui iba de dos en la lista, basándolo principalmente en desacreditar la imagen de Juan Luis y en intentar meter cizaña entre UDCE y PSPC. Al ver que iba de tres, la estrategia cambió a intentar por todos los medios que Caballas sacase dos escaños, siguiendo con la campaña contra Aróstegui: tergiversando frases, ruedas de prensa, titulares; intentando ningunear mediáticamente lo máximo posible a Caballas; ridiculizando cualquiera de sus propuestas, y un largo etcétera. En esta segunda fase de campaña contra Caballas entraba el convertir al PSOE (seguramente sin que estos fuesen conscientes) en segunda fuerza de la ciudad, y ahí entraba un mejor trato mediático y el debate televisado. Estaban totalmente seguros desde la sede del PP en la calle Teniente Arrabal que el resultado sería para la oposición de 3-4 para PSOE y 2 para Caballas, y ellos se llevarían el resto 19-20 escaños. Ese había sido el empeño y la finalidad de esa fallida estrategia contra Caballas.
Hasta aquí lo confirmado de esa estrategia mediática que ha resultado todo un fracaso  a la vista de los resultados. A lo que ahora, contado lo contado se entiende mejor todo y se añadiría lo vivido personalmente, el ir a casas en el puerta a puerta y que nos dijesen ‘Ya habéis estado aquí’, y en alguna casa en la que había alguna confianza pedir lo que supuestamente había entregado Caballas y encontrarnos que eran papeletas del PP, entregadas por personas que decían ser de Mohamed Alí. O vecinos en determinadas zonas que nos decían que el PP les mandaba un mensaje claro ante la dejadez de la barriada “Lleváis ocho años votando a Mohamed Alí, votarnos y haremos cosas por la barriada”. Ese es el mensaje, el ‘chantaje’ electoral de quienes durante años han dicho que gobiernan para todos y la conformación de que no era así.
Pero la estrategia mediática del PP presidido por Vivas seguirá siendo “desgastar la imagen de Aróstegui” vendiendo que es el mismísimo Diablo, porque según me comentaban consideran que con la entrada de Juan Luis pasaban de ocho años muy tranquilos a años intranquilos, textualmente la frase era “de no tener oposición a tenerla toda, porque Juan Luis sabe por donde moverse en el Ayuntamiento y tiene contactos en zonas clave”, por otro lado me decían que “a Juan Luis no se le pueden poner las trabas que se le han puesto a UDCE estos ocho años”.
La cara de disgusto de algunos líderes populares la tarde del domingo 22 ya se entiende mejor, contaban con 19 o 20 escaños y que Caballas no pasase de 2. Al final tanto remar para nada, el día 11 tomarán posesión los 25 concejales, el día 10 Vivas comunicará los cargos a los suyos (así me lo han contado).
Y Vivas ya intenta desmarcarse de la estrategia, la semana pasada antes de empezar una rueda de prensa y tras ser abrazado por un columnista que llegó a Ceuta para formar parte de esa campaña contra Caballas, al sentarse en la mesa, preguntó: “¿Ésta es la del (periódico x)?”, le respondieron afirmativamente y contestó “Ésta sólo quiere follones”. Era totalmente consciente de que los micrófonos estaban abiertos y que ese mensaje estaba siendo grabado, pero era una forma sutil de intentar vender un supuesto desmarque que no se lo cree nadie.