Los feligreses que han acudido a la misa de domingo en la
Catedral se han llevado un susto, aunque no haya sido el primero de estas características: se estaba oficiando la eucaristía de las once de la mañana cuando escucharon el estruendo que llegaba de una de las naves laterales del templo, la situada a la derecha justo de la puerta de entrada.
El punto de unión de los arcos de la bóveda se desprendía y un cascote se estrellaba contra el suelo. De haber alcanzado a alguna de las personas que acudieron al oficio podría haber causado una desgracia, explican testigos de lo sucedido.
Precisamente, una de estas personas hacía llegar a El Faro las fotografías de la zona a modo de denuncia. "No es la primera vez que pasa", asegura, pero nadie acomete "las
obras que necesita este templo". El mal estado, "pésimo", de paredes y techos salta a la vista de cualquiera que visite el templo cristiano más importante de la ciudad, junto con el de la Patrona.
En esta ocasión, no ha habido que lamentar daños personales, pero la preocupación por el patrimonio histórico y cultural de Ceuta de los que acuden al templo va en aumento, además, claro está, de la preocupación por salvaguardar a los propios feligreses, algunos mayores, que por miedo a cualquier percance podrían incluso dejar de asistir a misa en la Catedral, apuntan fuentes consultadas.
El cascote caía de la bóveda de arista donde se encuentra la Virgen de las Tristezas, a sus pies. El ruido asustaba a los asistentes que se encontraban junto al altar donde oficiaba la misa el padre José Manuel González, que, tras preguntar a los feligreses si alguno había sido alcanzado por el desprendimiento y comprobar que todo estaba en orden, siguió con la eucaristía. Tras finalizar, ubicaron una cinta para impedir el acceso al lugar del percance y se retiraron los escombros. Afirman además, que no es la primera vez que ocurre, que ya se han desprendido cascotes y partes de la cornisa en otras ocasiones, y esperan que esta denuncia sirva para que los responsables tomen cartas en el asunto para que no haya que lamentar víctimas.