Lo denuncia Septem Nostra, la eterna luchadora por nuestro patrimonio natural y cultural. Es un insulto que una asociación tenga que pedir a las administraciones que hagan su trabajo. Es imperdonable que se les tenga que tirar de las orejas ante la inacción en la que incurren a diario. No aspiro a que hagan caso, pero al menos queda constancia por escrito de las barbaridades que están haciendo en nuestros montes mientras Ciudad y Delegación del Gobierno miran hacia otro lado.
Tenemos una Ceuta con unos rincones preciosos, pero igual de abandonados. Son auténticas maravillas desconocidas y olvidadas por las mismas administraciones que se pasan años pensando en cómo buscar atractivos turísticos. Los tienen delante de sus narices: un patrimonio envidiable y una naturaleza que debería ser conocida para su disfrute.
Las motos y vehículos campan a sus anchas por senderos que supuestamente están protegidos. Nadie pone freno. Ni la Ciudad controla con sus medios, ni la Delegación se reúne con las fuerzas de seguridad competentes para decirles si es que se han olvidado de que tenemos montes y que estos deben ser protegidos.
Así tenemos a moteros y conductores que arrasan con la fauna local, con la flora y que además ponen en peligro a quienes disfrutan en familia de los paisajes que tenemos.
Septem Nostra denuncia la existencia de motos de campo, pero también urbanas, así como todoterrenos por senderos que se supone están protegidos. No pasa nada, saben que no les van a multar, por eso destrozan todo lo que ven, incluidos bienes de interés cultural.
A estos mandamases olvidadizos, despreciativos con su deber, habría que denunciarlos por ser responsables, por su inacción, de la muerte lenta de las joyas que tenemos y que estamos obligados a mantener, proteger y cuidar para nuestros hijos.
No lo hacen, no cumplen con ese deber, se cargan el entorno natural. Septem Nostra, valiente, lo denuncia. Los culpables callan. ¿Harán algo a partir de ahora?