Entramos en la semana donde se podría considerar que comienzan las fiestas navideñas. En un año, donde no hubiera aparecido el virus, todos estaríamos pensando en la ilusión de que nos tocara el 22 la Lotería de Navidad, o en las compras para la cena del 24. Pero este año la irrupción del virus el pasado mes de marzo, hace que nuestros planes hayan cambiado por completo y nos hayamos acostumbrados a ver al personal de limpieza con los trajes EPIS. Porque el coronavirus puede aparecer por cualquier sitio, por eso los empleados de Obimace se encargan de la desinfección de cada calle de Ceuta para evitar un contagio masivo.
Durante el estado de alarma la imagen de ver desinfectando cada calle era muy habitual. Una vez se quitó el confinamiento se empezó a ver menos, pero ahora vuelven a relucir por los barrios. Es una manera más de intentar evitar que los ciudadanos se contagien, por eso Obimace se emplea a fondo. En esta ocasión, acudieron a distintas barriadas del extrarradio donde se ha detectado algunos de los brotes existentes para evitar que se sigan contagiando entre los vecinos.
El trabajo diario comienza con la indumentaria: el traje NBQ como primera norma antes de salir a las calles y, junto a la camioneta de la empresa municipal, recorrer todos los rincones de la ciudad mientras se rocía con la manguera una solución a base de lejía y agua en las proporciones indicadas para que las tareas resulten eficaces.
Además, Obimace cuenta con dos vehículos con motobombas con dos operarios en cada uno de ellos que recorren las diferentes zonas de la ciudad acometiendo estas actuaciones. Asimismo, la sociedad municipal también se ha estado encargando durante este tiempo de la desinfección y limpieza de los vehículos de la Ciudad en el lavadero ubicado en las instalaciones de Obimace, en el puerto. En estas tareas, en este caso a cargo de tres operarios, se utiliza hidroalcohol.