La proliferación de vehículos abandonados en nuestras calles ha derivado en un preocupante incremento de desguaces que, en la mayoría de los casos, no cumplen con la normativa establecida por ley en materia de tratamiento de RTP (Residuos Tóxicos Peligrosos) como pueden ser los aceites o fluidos que forman parte de un coche.
Si bien existen varias normativas aplicables en el control de este tipo de negocios ilegales, la Ciudad acomete este problema a través de la Ley 10/1998, de 21 de abril de Residuos cuyo objeto es la prevención de la producción de residuos; reducción, reutilización, reciclado y otras formas de valorización; así como regularización de los suelos contaminados, con la finalidad de proteger el medio ambiente y la salud de las personas.
La normativa en estos casos, según ha confirmado a ‘El Faro’ la consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel, se aplica a través de las actuaciones del Seprona de la Guardia Civil o bien de la Policía Local. De estas intervenciones se pueden producir dos tipos de derivaciones: a la Consejería de Fomento, en cuyo caso se aplicaría la normativa relativa a tipo de actividad desarrollado y que consistiría en corroborar si dicha actividad reúne los requisitos para la misma. Una segunda opción sería la derivación a Medio Ambiente, de ser necesaria la aplicación de la Ley de Residuos .
La proliferación de estos espacios viene motivada por el creciente número de vehículos abandonados, aunque la aplicación de la sanción está teñida de cierta dificultad por la procedencia de los vehículos que se abandonan en distintas zonas de la ciudad. De tratarse de un coche con matrícula española, el asunto no representa mayor dificultad al iniciarse el trámite de localización del propietario y la posterior emisión de la sanción correspondiente. Cuestión aparte es la relativa a la aparición de un vehículo con matriculación extranjera, que imposibilita la localización del dueño o es que ¿acaso existe algún tipo de competencia en materia de recaudación entre países?.
En cualquier caso, el trámite de retirada del vehículo suele ser el mismo: recogida del coche abandonado y traslado hasta la planta de tratamiento y la apertura de un plazo para la retirada del mismo por parte del propietario. Superado el periodo estipulado y de no aparecer ninguna reclamación, el coche pasa a convertirse en residuos urbanos. Este caso se da con la intervención de la Ciudad, pero la otra cara de la moneda se vive cuando los coches terminan sus días en desguaces ilegales donde no se aplica la normativa en materia medioambiental.
Aunque se desconoce el número exacto de desguaces ilegales, sí es cierto que su proliferación es constante por la ciudad, especialmente en el extrarradio y en zonas tan problemáticas como el Príncipe y sus alrededores. Al creciente desarrollo de estos negocios se suma un problema más, y es que posiblemente la mayoría de los desguaces se asientan sobre parcelas de titularidad municipal, lo que agrava la ya difícil erradicación de este tipo de actividades cada vez más en alza en nuestra ciudad.
La competencia desleal afecta seriamente a los negocios legales
La proliferación de desguaces ilegales está afectando a aquellos negocios que desempeñan su actividad conforme a la ley y que ven en estos espacios una importante competencia desleal. Es el caso de uno de los propietarios de un negocio de venta de piezas de vehículos que ha visto como en el último año su actividad ha ido decayendo. “Yo traigo las piezas de la península con toda la documentación en regla, pero se ha notado que las ventas han bajado porque las venden más baratas en estos sitios”.
Son las quejas de una comerciante que ha preferido mantenerse en el anonimato y que ya anuncia que, de seguir así esta situación, se verá obligado a cerrar su negocio en breve. “Yo no tengo permiso para desguazar y no lo hago. ¿Por qué entonces se permite que otros que no tienen licencia desmonten los vehículos y los venda por piezas?, se lamenta.
El origen del problema vuelve a ser el de siempre, la proliferación de vehículos abandonados en los que los artífices de esta práctica han visto un auténtico filón. Son recogidos y trasladados hasta el desguace o despiezados en el mismo lugar donde han sido abandonados, y comienza así el negocio de venta, especialmente de cara a Marruecos. “Los han llegado a desguazar en la propia puerta de mi negocio y nadie hace nada por evitar esta situación”. Tan sólo en la zona de la Almadraba y el Tarajal se han contabilizado hasta 200 vehículos abandonados, según ha podido constatar este medio.
El origen de la actividad, la venta a Marruecos
El incremento del abandono de vehículos y, por ende, la proliferación del incremento de estas actividades ilegales de desguace, tiene su origen en un negocio enfocado a Marruecos: la venta de las piezas de coches procedentes, en su mayoría, de distintos puntos de Europa que, posteriormente, son desguazados de cara a obtener un beneficio económico con la venta de las piezas en el país vecino. Además, estos hechos derivan en otra actividad más peligrosa aún si cabe: la quema del vehículo una vez ha servido para su fin. Es una forma de eliminar pruebas, en la gran mayoría de los casos, pero también, en un pequeño porcentaje, el fuego puede estar motivado por actos vandálicos.
En cualquier caso, y según han confirmado a ‘El Faro’ la proliferación de estas actividades de desguace es tal que ha llegado a darse el caso de un local en el que abandonaba a las puertas del ‘negocio’ el coche despiezado y mientras era retirado por el Parque Móvil, prácticamente de manera simultánea, volvía a dejar en el mismo lugar un nuevo vehículo.
Control
Para la consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel, sin embargo la situación no se presenta tan extrema como hace unos años, en los que, asegura, hubo una “apertura masiva” de este tipo de negocios.
“Con el control el número es muy reducido”. Pese a ello, es intención del Ejecutivo autónomo es “controlar, supervisar y clausurar esos lugares que ejercen esta actividad de manera ilegal”.
El repunte de estas actividades ilegales tiene su principal auge en los meses de verano, coincidiendo con la Operación Paso del Estrecho y el tránsito de vehículos hacia Marruecos.