“Regulares es una unidad que en Ceuta, pese a su legado, ha ido siempre por detrás de La Legión”, diagnostica con afán de objetividad un devoto caballa del Tercio. El Ministerio de Defensa presume de que, con 18 cruces laureadas de San Fernando y 61 medallas militares colectivas, por un lado; y 55 cruces laureadas de San Fernando y 208 medallas individuales, por otro, “ninguna otra fuerza de nuestro Ejército tiene tan honroso palmarés”. El Grupo de Ceuta tiene, además, el honor de “poseer la Bandera de España de cuya moharra más corbatas cuelgan”.
La Asociación Cultural de Descendientes de Militares del Cuerpo de Regulares (Acudemire) se ha propuesto que su historia brille como se merece. Tras renovar su Junta Directiva a finales del año pasado, en pocos meses ha conseguido que el Pleno haga suya la idea de colocar en las Murallas Reales el próximo 27 de mayo una placa con parada militar para conmemorar el centenario de la entrega de la Bandera Nacional de España a las Tropas Regulares de Ceuta por parte del rey Alfonso XIII.
Su objetivo último va, sin embargo, mucho más allá. Se trata de conseguir, como mínimo, “reconocimiento”, si es que no se pueden saldar otras deudas históricas como las acumuladas con las viudas de los veteranos a las que se dejó sin paga en cuanto murieron sus maridos o la de mantener a pioneros que superan el siglo de vida al otro lado de la frontera con pensiones de 7 euros al día que no se pagan desde hace más de un año.
“Desgraciadamente cuando quiera arreglarse lo de las jubilaciones ya no va a quedar ninguna. Ojalá se consiga algo... Seguramente ya no económico porque estas señoras son abuelas o bisabuelas, no tienen hijos menores que puedan tener derechos, pero sí un reconocimiento de la barbaridad que se hizo: a mi abuela le quitaron la pensión inmediatamente después de morir mi abuelo”, desea Mohamed Hossain, tesorero de Acudemire.
El nuevo secretario general de la entidad, Rachid Sbihi, que lidera el nuevo impulso con el que late, resume: “Queremos reivindicar la figura del soldado Regular indígena, de esa tropa en términos castrenses. Una parada militar tiene mucha carga simbólica y sentimental, nos va a llenar de orgullo sin duda y agradecemos a todas las fuerzas políticas de la Asamblea su apoyo”, concede.
A su lado, Habiba Mohamed, miembro también del equipo directivo de Acudemire, traduce a primera persona: “Lo llevo en la sangre. Mi padre era Regular. Mi suegro era Regular. El abuelo de mi marido era Regular... Aspiramos a revivir un poquito su memoria, a que las abuelas también se sientan felices de escuchar lo que sus maridos hicieron en su tiempo... Que se haya conseguido la placa, que se haga el acto una vez al año para que hijos y nietos puedan revivir lo que hicieron sus padres y abuelos... Nos hace muy feliz”, recapitula en la sede de Acudemire, donde su presidente, Dris Ahmed, repasa una por una las decenas de fotografías que cubren sus paredes.
Acudemire se creó en 2012 “con el objetivo de recordar a nuestros padres, abuelos y antepasados”. “Este local es una casa para nosotros porque lo primero que nos encontramos es la foto de ellos o de nuestros vecinos, que eran como nuestros padres. Este era un lugar para sentirnos a gusto... Hemos sido apolíticos desde el principio y nos hemos dedicado a los vecinos, a las pocas mujeres que quedan, media docena” como la madre de Abdelkader Abdeselam, que excusa su ausencia por motivos de salud.
“Somos un barrio en el que todos éramos o somos descendientes de militares y nos hemos criado como familiares, como militares aunque no lo fuésemos”, amplía Hossain, que como Sbihi se enroló en la Guardia Civil.
A la reunión se suman Ali Hamido y Abdelah Hayad, presidente y vicepresidente vecinales del Poblado Regulares ubicado enfrente, donde calculan que viven “alrededor de 700 personas”.
Construido como un apéndice del acuartelamiento anexo al que se trasladó a las Fuerzas Regulares desde El Ángulo de las Murallas, la barriada conserva ese espíritu arraigado.
“Como hijos y nietos de Regulares”, dice Hamido, “nos llena de orgullo saber que vamos a ser reconocidos y admirados aunque nosotros lo vivimos diariamente”.
Para el representante vecinal, el acto que se ha acordado celebrar el 27 de mayo (cuyo encaje algunas personas cuestionan a la luz de la nueva Ley de Memoria Democrática) será una especie de reparación “para reconocer a la gente que nunca lo ha sido en Ceuta o el resto de España”.
Ese reproche no se extiende a los responsables que han ido pasando por el acuartelamiento de González-Tablas o la Comandancia General, como reconocen incluso los menos atendidos a este y el otro lado de la frontera que formaron parte de un Cuerpo sobre cuya historia los historiadores más reconocidos han ido arrojando luz durante los últimos años.
Una de ellas, María Rosa de Madariaga, ha recordado esta misma semana que “las llamadas fuerzas Regulares indígenas, es decir, las integradas por soldados marroquíes, fueron creadas en el año 1911, con la intención sobre todo de ahorrar vidas de soldados españoles en las cruentas guerras coloniales de Marruecos”. “Eran fuerzas de choque que, junto con la Legión, creada en 1920, desempeñaron un importante papel en el aplastamiento de la resistencia rifeña de la década de los años veinte del pasado siglo, liderada por Abd-el-Krim El Jatabi”, ha enmarcado.
Se calcula que el número de los reclutados en los tres años de Guerra Civil, de acuerdo con las estimaciones de la misma especialista, “podría ascender a unos 80.000, según las fuentes oficiales más fiables (Delegación de Asuntos Indígenas, en Tetuán)”. “Sí es muy cierto que el entusiasmo de los primeros meses fue decayendo con el tiempo, que entre ellos empezó a cundir el hastío y que se dieron casos de resistencia a los reclutamientos en masa, calificar éstos de forzosos sería impropio”, opina.
“Desde que entré en la asociación de vecinos”, contextualiza el presidente vecinal de Poblado Regulares la relación de los veteranos y descendientes con el estamento castrense, “me he metido mucho en este papel, me ha gustado mucho. Desde 2009 hemos tenido mucho contacto con el cuartel, con todos los coroneles, buen rollo, puertas abiertas y es de agradecer. Siempre que he ido a cualquier tema de la barriada me han tratado muy bien... Las puertas siempre las hemos tenido abiertas y siguen para el Poblado Regulares”, reconoce y agradece.
Sbihi se ha empeñado en dar al evento del centenario un carácter más elevado: “Hemos solicitado audiencia con el rey Felipe VI para que si es posible reciba a una comitiva y también nos hemos dirigido a la ministra de Defensa para que presida este evento tan necesario e importante. Familiares de González-Tablas y Carlos González Rosado, autor de varios libros de Regulares, se han puesto en contacto para asistir a ese acto. Además, este año vamos a llevar a cabo muchas actividades de carácter social, cultural y deportivo”, adelantan el portavoz y el tesorero de Acudemire.
Mirando más a largo plazo, la asociación ya tiene en marcha distintos proyectos con el mismo horizonte y empeño.
“Hemos iniciado la elaboración de un censo de todos y cada uno de los descendientes de los soldados Regulares Indígenas de Ceuta para recabar información, así como recuerdos, objetos personales, documentación, fotografías etcétera, al objeto de impulsar la creación de un museo de tropa para su exposición y la elaboración de un libro o cualquier iniciativa o propuesta que nos quieran hacer llegar”, esboza el secretario general de la entidad. Todo el que lo desee se puede poner en contacto con la asociación a través de la dirección de correo electrónico acudemireceuta@gmail.com o escribiendo por la aplicación WhatsApp al número 692.629.163.
En paralelo, mantendrá su tradicional actividad solidaria: “Durante el año realizamos una tarea social de atención a personas necesitadas, descendientes o no de Regulares, y este año tenemos muchos proyectos por la efeméride de la entrega de la Bandera en 1923 y el nombre de Fiel, que es la única unidad que lo tiene”, añade el tesorero de Acudemire.
El Grupo de Regulares de Ceuta nº 54 desciende, en línea directa y sin interrupción, de las primeras fuerzas de este tipo que se crearon el 30 de junio de 1911, las llamadas ‘Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla’, siendo uno de los cinco Grupos históricos, pues llegó a haber hasta diez.
Tras sucesivas reorganizaciones ha ido variando su denominación, pasando por la de ‘Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas Tetuán nº 1’ en 1916, hasta la actual; siendo además custodio de los historiales de los Grupos Ceuta nº 3, Larache nº 4, Xauen nº 6, Arcila nº 9, Bab-Taza nº 10 y del Regimiento de Infantería Ceuta nº 54. En la actualidad el Grupo se compone de una Plana Mayor de Mando (PLMM) y un Tabor.
El Tabor Tetuán nº 1 es, según el Ministerio de Defensa, “una unidad de infantería ligera, operativa, moderna, cohesionada, de total disponibilidad y muy motivada”. “Estas cualidades se ven incrementadas por el espíritu Regular, fundamentado en su glorioso historial, fraguado en los campos de batalla por sus héroes y por todos aquellos que nos precedieron”, resalta el Ejército.
La Asociación Cultural de Descendientes de Militares del Cuerpo de Regulares (Acudemire), constituida en 2012, cuenta actualmente con alrededor de 250 socios, según sus responsables.
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