Desalojadas las 320 familias de un bloque tras el incendio en un garaje

Los vecinos de la barriada Parques de Ceuta no olvidarán tan pronto lo ocurrido la pasada madrugada tras producirse un incendio provocado en los garajes comunitarios de la primera fase de la barriada. El autor o autores de lo que ayer muchos tildaban de “auténtico atentado” se introducían, pasadas las dos de la madrugada, en el garaje buscando un coche concreto: un modelo Audi que pertenece a un agente de la UDYCO del Cuerpo Nacional de Policía que reside en este bloque, para quemarlo. Y lo hizo, lo calcinó por completo, provocando una llamas de tal magnitud que pronto afectaron a otros tres vehículos estacionados al lado, entre ellos un coche propiedad de un agente de la Guardia Civil. El incendio, uno de los más importantes a los que ha tenido que hacer frente este año los Bomberos, provocó daños importantes anulando la infraestructura eléctrica y de saneamiento de todo el bloque.
Nada más recibirse el aviso de emergencia, a las dos y media de la madrugada del viernes al sábado, una dotación completa del Cuerpo de Bomberos compuesta por doce miembros acudía al lugar. Tuvieron gran dificultad para encontrar el origen del foco, viviéndose momentos de tensión debido a las elevadas temperaturas alcanzadas en el interior del garaje y la cantidad de vehículos que estaban ardiendo al mismo tiempo. Llegaron a utilizar más de 3.000 litros de agua para controlar la situación, mientras una gran cantidad de humo iba colándose hacia las viviendas de las distintas plantas de pisos situadas encima del garaje. Con la electricidad anulada, los bomberos tuvieron que alertar a los vecinos puerta por puerta para que abandonaran sus casas debido al peligro que suponía la inhalación de humo. Con lo puesto hasta un total de 320 familias salían, asustadas, de sus viviendas mientras se desplazaban hasta la barriada varias dotaciones de ambulancias. Con una madrugada marcada por el frío, las unidades del 061 servían de albergue para los recién nacidos, mientras se intentaba localizar a los vigilantes del centro comercial para que abrieran la puerta de entrada a la superficie para que los vecinos pudieran acudir a los servicios, beber agua y encontrar calor.
La situación era caótica, mientras los bomberos seguían con su intento por controlar el fuego. Dotaciones de distintas fuerzas de seguridad acudían a la zona para atender a la gran cantidad de vecinos que eran desalojados de sus viviendas. Controladas las llamas los bomberos encontraban la prueba del delito y la confirmación de que se trataba de un atentado: una botella de plástico de 5 litros, posiblemente con gasolina, escondida tras una columna y justo al lado del vehículo particular del policía de la UDYCO. Los bomberos tardaron casi dos horas en terminar sus trabajos ya que el incendio afectó a bajantes, tuberías y electricidad. Además de los vehículos calcinados (cuatro) otros cinco resultaron con daños producidos tras las labores de control del incendio.
En la tarde noche de ayer los operarios municipales trabajaban para restablecer la luz, ya que, aún por la  tarde, quedaban 74 familias sin ese servicio. Después de esto, será necesario sustituir parte de las tuberías del saneamiento de la barriada. Al bloque afectado acudió el presidente de la Ciudad y miembros del Gobierno.

La investigación

La UDYCO
Ya son dos agentes que han sufrido la quema intencionada de su coche. Y a otros se les ha intentado quemar. Sus componentes saben que están siendo perseguidos y de hecho, ayer, cuando los bomberos avisaban de que habían quemado el coche de un vecino el agente víctima de los hechos sabía que era el suyo. La UDYCO se ha convertido en una unidad perseguida por estos atentados.
Investigación
La Policía Nacional intenta averiguar quién o quiénes están detrás de esta quema. Disponen de una grabación obtenida en la mañana de ayer de la que se intenta obtener la identificación del autor que podría estar vinculado a otros atentados.

“Ha sido una pesadilla, salíamos todos asustados sin saber qué pasaba”

Andrés Durán, presidente de la asociación de vecinos de Parques de Ceuta, se convertía ayer en uno más de los afectados por el incendio ocurrido en la fase en la que él reside. Tras una madrugada de infarto, y con la luz del día ayudando a comprobar el resultado de lo que fue “una auténtica pesadilla”, veía el resultado de lo que, horas antes, fue un auténtico caos. “Salíamos todos asustados, sin saber qué pasaba”, recuerda Durán. A él, como a los demás residentes del bloque, le pegaron de madrugada en la puerta alertándole de que saliera lo más rápido posible debido a los efectos del humo que iba saliendo del garaje afectado. Madres con bebés, ancianos, inválidos... detrás de cada puerta se escondía una historia diferente, la de cada familia que, de madrugada, tenía que salir con lo puesto de su casa sin saber por qué ni cuándo volvería la normalidad. Lágrimas, indignación, nervios, llamadas a las ambulancias, temor por los recién nacidos, y mucho frío: un cóctel molotov de una madrugada terrible provocada por un individuo que había conseguido darse a la fuga tras cometer lo que podría haber terminado siendo una tragedia. “Lo ocurrido ha sido grave, pero podía haber pasado algo aún mayor”, apuntaba un vecino. “La imagen era terrible... todas las familias en la calle... como si fuéramos hormigas... unos detrás de otro. Hubo quienes llamaron a sus familias y se fueron en coches para protegerse en sus casas”; otros se refugiaron en sus propios vehículos mientras que, los que a nadie tenían que llamar, se quedaban en la calle contemplando lo que estaba sucediendo.
A los niños más pequeños y bebés se les protegió en las ambulancias, dándoseles mantas. “El humo era exagerado, date cuenta que habíamos salido corriendo de las casas, con lo puesto, muchos vecinos sin chaquetón, sin saber qué pasaba, con todo oscuro sin ver nada... La Policía se ha portado de escándalo, todos nos ayudaban porque fue una situación de mucho miedo”, añadía Jose, otro vecino de la fase. Hasta las cinco de la madrugada (desde las dos y media pasadas) los vecinos no pudieron volver a sus casas y lo hicieron sin tener ni luz ni agua hasta que se fue recuperando el suministro ya ayer noche.
La indignación, el porqué, la rabia asomaban ya con la tranquilidad, en parte, recuperada.

Una semana récord en quema de vehículos

Que todo un jefe superior de Policía incluya en el discurso del Patrón un apartado a los coches quemados dice mucho de la importancia que las fuerzas de seguridad están dando a este fenómeno. La proliferación de este tipo de atentados y la falta de detenciones deja asomar uno de los principales conflictos en materia de seguridad y una de las causas de la inseguridad que se está extendiendo entre la población. Ayer, conocida la noticia de lo sucedido, la pregunta más repetida era ¿estamos alguno de nosotros libre de esa quema? Es tal el abanico de causas que resulta prácticamente imposible reducirlo a una. Ajustes de cuentas, fraudes, quemas de coches abandonados, atentados contra agentes y ¿qué más?, ¿qué sucede con el resto?, ¿por qué cada vez más se están produciendo quemas de vehículos nuevos con lo que se echa por tierra la tesis de que se queman los cuerpos de los coches tras despiezarlos? Los interrogantes son cada vez más, como también es mayor el número de coches afectados. Esta semana ha habido récord, con salidas diarias y con más de dos vehículos afectados por noche. “Ya no es el coche que se quema porque se busca, sino los que están aparcados al lado”, apunta un agente policial.  Están volviendo los tiempos de atentados contra policías. En los últimos incendios son ya varios los coches de policías locales o nacionales que han sido atacados, todos ellos de unidades muy específicas: UDYCO o UIR, es decir, las que tratan más directamente en la calle y los que son protagonistas de las pintadas amenazantes que aparecen contra ellos. La cultura del fuego vuelve a aparecer y se ceba en distintos puntos de la ciudad. Ya no se queman coches sólo en las afueras, ninguna barriada se salva ni, ahora, los garajes en los que la actuación de los bomberos es mucho más complicada.
En el seno de las fuerzas de seguridad hay gran descontento con lo que está sucediendo: algo falla porque no se consigue frenar la escalada. Muy al contrario, el repunte en las quemas es más que evidente.