Con seis nominaciones en la última y reciente ceremonia de los Goya, la película del madrileño Esteban Crespo viene a dar una versión muy al estilo estadounidense de la relación a veces turbia entre países en vía de desarrollo (como la corrección política insta a llamar algunas situaciones mientras se mira a otro lado con los bolsillos llenos y la conciencia vacía), las multinacionales que orbitan al abrigo de los políticos, las corruptelas inevitables según el sistema establecido y algún que otro invitado añadido con nombre de cooperante internacional…
El thriller político no llega a ser completo porque se pierde entre el drama y el melodrama, pero tiene muy buenas intenciones y es una gran idea el hecho de explorar una temática poco habitual en el cine español. A ratos se muestra como una propuesta interesante y atractiva, algo febril en su estética, a lo Michael Mann, bastante lustrosa en su meritoria fotografía, de los mayores aciertos de la cinta. En su otra vertiente, se muestra también algo desangelada en algunas lagunas de quizá demasiados minutos, no siendo capaz ni guion ni lo que transmite el reparto, capaces de dotar de verdadera alma a una historia que debería ser eminentemente eso mismo, alma.
En lo referente al reparto, y hablando de alma, Raúl Arévalo, un actor de demostrada valía y en plena forma, consigue por igual aportar interés a su personaje a la vez que poco fondo, dando la sensación por momentos que realiza verdaderos esfuerzos por creérselo él mismo. Siendo Arévalo el protagonista absoluto de todo cuanto acontece en nuestra pantalla, Candela Peña (en un papel suficientemente corto para no detectarla a ella misma, se muestra la más sólida del reparto) o Emilio Buale interpretan algunos de los personajes con los que el protagonista (un ambicioso ejecutivo que tiene que salvar un potente contrato con una empresa petrolífera en un país africano que conoce bien) se topará en su, llamémosla aventura.
La cinta se deja ver con cierta facilidad, no remueve lo que pretende, pero sí llega a interesar lo suficiente como para que interese conocer en sus últimos minutos de metraje qué nos quieren desvelar que se está cociendo entre bambalinas de personas elegantes y de supuestas buenas intenciones de la maquinaria diplomática de algunos países
Quizá demasiado artificiosa, pero más ágil de lo que parece, esta película es un ejemplo claro de caminar por la línea funambulista de la de cal y la de arena, y en el criterio personal de cada espectador está dejarse ir por una u otra. En el caso de quien suscribe, reconociéndole sus claras imperfecciones, me decanto por afirmar con la boca pequeña que me ha merecido la pena el visionado lo suficiente como para estar atento a futuras propuestas del osado realizador.
El Santuario de Nuestra Señora de África, en Ceuta, ha acogido la mañana de este…
El Ceuta consiguió un punto fuera ante el CD Alcoyano, después de ir ganando en la…
La IV Media Maratón BTT de Ceuta ha llegado a su fin este domingo por…
El Gobierno ha procedido al alquiler de cuatro sismómetros por más de 480.000 euros para…
La Facultad de Ciencias de la Salud en colaboración con la Unidad de Violencia de Género…
El príncipe heredero de Marruecos, Mulay el Hasán, se ha reunido este pasado jueves en…