Recientemente ha tenido lugar en Ceuta un acto incívico de vandalismo que, si quienes lo hayan perpetrado tuvieran el mínimo de dignidad y vergüenza, pues deberían sentirse sonrojados de haber cometido tan injusta gamberrada, atentatoria no sólo contra el Regimiento de Ingenieros nº 7 de Ceuta, sino también contra los más elementales principios que exigen la convivencia ciudadana y la paz social.
Ceuta, siempre agradecida con quienes la quieren y por ella trabajan, inauguró el 14-03-2919 por su Ayuntamiento un monumento dedicado al Regimiento de Ingenieros nº 7, precisamente, en reconocimiento a los excelentes servicios prestados por dicha Unidad, con la inscripción: “Ceuta a los Ingenieros Militares 1711-2019”, ubicado en los “Jardines de la Argentina”, al lado de las Murallas Reales. Y también le concedió la “Medalla de Ceuta” el 7-05-2019. Ambas distinciones en mérito a los excepcionales servicios y trabajos realizados en bien de la Ciudad, que han favorecido de manera notoria y evidente el progreso y prosperidad de Ceuta. La gamberrada creo que debe calificarse como una afrenta a Ingenieros, a Ceuta y a los ceutíes.
En 1958 Ingresé voluntario en el entonces Grupo de Transmisiones nº 1 (después Regimiento de Ingenieros nº 7). Llegué procedente de la noble Extremadura y de mi querido pueblo, Mirandilla. Ese Regimiento es la más antigua Unidad del Arma de Ingenieros y su legítimo sucesor del primer Regimiento de Ingenieros Pontoneros y Minadores, condecorado con la Medalla colectiva de San Fernando, la más alta distinción militar. En su antiguo cuartel de las Heras, ya derruido (parte baja cuartel y parte alta Presidio), sacrifiqué entre sus cuatro paredes lo mejor de mi juventud, compartiendo con aquellos antiguos ex compañeros servicios, vivencias, quehaceres, vicisitudes, avatares y acrisoladas virtudes.
Aunque fui yo el que me marché de Ingenieros por haber opositado al Ministerio de Hacienda. Ingenieros jamás se marchó de mí en la memoria, recuerdo y afecto, y 60 años después, todavía me siento moralmente solidario con dicho Regimiento, porque siempre en él me realizar el trabajo bien hecho, con responsabilidad, profesionalidad, seriedad y rigor, junto a ex compañeros de alta cualificación profesional en cada una de sus especialidades (en mi caso de Transmisiones) que se impartían bajo dos lemas: “Hechos, no palabras”, y “Primero la sabiduría, después la guerra”.
Pues, con tan ruin ataque y destrozos producidos en los escudos del monumento, también a mí me han lesionado la fibra más sensible de mi vinculación a Ingenieros, que moralmente me siento obligado a desagraviar. Son tantos y tan relevantes los servicios prestados por el Regimiento nº 7 a Ceuta que, de su prestación de forma eficacísima, dependió varias veces que la Ciudad no cayera en manos de sus sitiadores. Necesitaría varios artículos para detallarlos, limitándome a exponer algunos de los más destacados.
Y no sólo se ha atentado contra los símbolos de tan prestigioso y laureado Regimiento, sino también contra el buen nombre, generosidad y hombría de bien de la propia Ciudad y sus magníficos ciudadanos, que tuvieron especial empeño en distinguir a Ingenieros a través del Consistorio, por su significativa contribución a la fortificación de Ceuta y por la colaboración y apoyo que siempre ha prestado a las autoridades civiles cuando ha sido necesario, modelo de simbiosis “pueblo-ejército”.
La fortificación de Ceuta, justo es reconocer que comenzó con su conquista por los portugueses en 1415, que comenzaron la gran obra de las Murallas Reales y sus defensas en general. Pero, tras que en 1580 el rey español Felipe II ciñera a la vez ambas coronas de España y Portugal, los españoles continuaron reconstruyendo y perfeccionando las Murallas y su Foso navegable que la separan del Campo Exterior.
Así, en 1582 España apremia la necesidad de fortificar la plaza de Ceuta, y esa es la verdadera razón por la que se inició la creación y organización de los Ingenieros en Ceuta. La organización de sus defensas se produjo cuando en 1649, durante el gran sitio de Ceuta que duró 33 años, donde ya se distinguió el teniente del rey Lorenzo Ripalda, “…muy experto en ataques de guerras, gracias al cual se recompusieron las fortificaciones y se prepararon minas, se ahondaron los fosos y se acumularon otros medios de defensas”.
En 1693, Ingenieros construyó en 1693 el Castillo batería de San Amaro. Con él trabajaron maestros de obras civiles de la talla de Diego Peralta o Juan de Ochoa (también Maestro Mayor de la obra de la Catedral de Ceuta). En 1698, el Gobernador de Ceuta, marqués de Villadarias (1698- 1702), consiguió autorización militar para la formación de la Compañía de Minadores, consecuencia de la especialización en la guerra de minas debido al asedio que soportaba la ciudad desde 1694 por el rey marroquí Muley Ismail, apoyado por Inglaterra.
Al mando de esta Compañía estaba el Capitán de Ingenieros Andrés Tortosa y el Alférez Felipe Tortosa (hermanos), toda una saga de muy experimentados Ingenieros. Son los años que ostentaba la dirección el célebre Ingeniero Militar, Pedro Borrás, destinado a Ceuta el 9-03-1697, proyectando el medio baluarte de San Pedro en las Murallas de Tierra, en momentos de gran presión del ejército marroquí. La Compañía de Minadores tuvo su cuartel en las inmediaciones de dicho baluarte.
El Regimiento de Ingenieros de Ceuta es una de las Unidades que más contribuyeron a la defensa de la ciudad, cuando tantas veces fue sitiada y también fue eficazmente defendida gracias a la construcción de fortificaciones, numerosos fuertes, instalación de minas, puentes y carreteras que hicieron de la Ciudad prácticamente inexpugnable. En 1713 se creó en Ceuta la Academia de Matemáticas con profesores Ingenieros militares, que también poseían titulación civil, a fin de acometer la construcción de toda clase de edificios militares y públicos, como hospitales, templos, cuarteles, etc.
Desde el 7-10-1723 hasta abril de 1724, el rey Felipe V mandó a Ceuta al Ingeniero General Jorge Próspero Verboom, que no sólo proyectó y ejecutó los planos del Frente de Tierra, del Revellín de San Ignacio y la Muralla principal en su hornabeque, la fortificación de la Plaza de Armas con sus nuevas lenguas de serpiente y reducto, cuarteles, Hospital Real, etc. Pero lo que resulta más insólito de Verboom es que ejerciera de Cogobernador general, conjuntamente con su Comandante General Francisco Fernández Rivadeo, (historiador Lucas Caro, en su Op página 144).
También elaboró Verboom el plano sobre las defensas de Ceuta. Organizó y dirigió en Ceuta los trabajos de fortificación. Realizó el planeamiento urbano de la Almina y de la Junta de Obras del Puerto; construcción del Parque de San Amaro y todas las defensas del Campo Exterior. El primer Ingeniero militar muerto en Ceuta realizando obras de fortificación fue José Reyes en 1720. En 1770, el teniente coronel de Ingenieros, Juan Caballero Arigorri, elaboró otro proyecto de fortificación de Ceuta.
En la Guerra de África 1859-1860, el Regimiento construyó numerosos fuertes para vigilancia de la frontera y defensa de Ceuta, entonces considerados como únicas fortificaciones de su clase en el mundo, como los de Piniés, O’Donnell, Cisneros, Renegado, Benzú, Isabel II, Aranguren y Mendizábal (estos dos últimos deben sus nombres a la muerte en guerra el 9-12-1859 del comandante de Ingenieros Fernando Aranguren, y el 4-02-1860 del capitán Plácido Mendizábal, cuando dirigían su construcción.
También el Renegado; Reducto de Anyera. Baterías de costa: Torremocha, San Antonio, Valdeaguas, Cuesta del Hacho, Pintor, Molino, Cerros Mosquero y del Obispo. Monolito de Plaza de África erigido a los muertos en dicha guerra, construido por el capitán de Ingenieros José Madrid Ruíz. Construcción del ferrocarril Ceuta-Tetuán y carretera con el mismo itinerario de 43 kilómetros, donde murieron numerosos miembros de Ingenieros.
Tras la batalla de Castillejo en 1860, los Ingenieros militares reconstruyeron el viejo camino Ceuta-Tetuán, salvando los numerosos cursos de aguas que lo cortaban y fortificando las posiciones que se iban ganando. Edificaron el Frente de Tierra; Revellín de San Ignacio; cuarteles de Ingenieros en calles Cervantes, Las Heras, la Reina, Monte de Ingenieros, El Jaral, Barracones del Campo Exterior; Hospitales Real y Docker; Serrallo; camino de Ceuta al Fondak; Comandancia de Obras de Ingenieros y Parque de San Amaro.
En 1860 sólo existía en Ceuta un pequeño desembarcadero (actual Muelle de Pescadores), hasta que los Ingenieros militares iniciaron el diseño y construcción del Puerto, encomendado por Real Orden de 23-11-1860 al teniente coronel de Ingenieros Ángel Romero Vals la redacción del “Proyecto de Obras” necesario para la mejora y abrigo, luego modificado en 1897 por una comisión de Ingenieros dirigida por el coronel Nicolás Cheli, constituyendo el primer hito de la posterior construcción de dicho Puerto.
Después se hizo cargo de los trabajos y terminó su construcción el ingeniero Civil José Rosende, Director del Puerto (1904-1929), y alcalde de Ceuta (1928-1931). En 1884 el capitán de Ingenieros O´Ryan Vázquez, trabajó muy activamente en la fortificación de Ceuta, participando en los combates para su defensa. En 1900 Ingenieros de Ceuta construyeron el Museo Municipal en Paseo de Revellín.
En 1910 vino destinado a Ceuta el Regimiento de Zapadores Minadores, del que el Regimiento de Ceuta es legítimo sucesor, creado aquél por el extremeño Manuel Godoy siendo primer ministro de España. En 1913 Ingenieros de Ceuta construyeron el ferrocarril Ceuta-Tetuán, realizando las obras de tanteo y trazado el capitán Armando Pinto y el Teniente Jiménez, siendo la construcción dirigida por el comandante Manellas, con ancho de vía de 1,44 metros, adaptado al europeo.
Realizando obras en el Biutz-Kudia Federico murieron el 29-06-1916 el coronel jefe del Regimiento de Ingenieros José Padrós, el teniente Vicente Gallo y el Sargento Salas. Entre 1909 y 1919 construyeron fuertes y defensas en el Protectorado español en Marruecos, como Afersuan, Monte Negro, desfiladero del Rincón del Medik, Puente Negro, Restinga y obras de la llanura de Río Martín. Los Ingenieros reconstruyeron, rehabilitaron y mejoraron de sus defensas y fortificaciones de tiempos de los portugueses, construcciones como el Frente de Tierra, el Revellín de San Ignacio, la Muralla Principal, La Plaza de Armas, junto a los sistemas de minas y contraminas del “Campo Exterior”, obras que fueron decisivas para la supervivencia de Ceuta en varias ocasiones.
También colaboraron en la construcción y mantenimiento de los viales internos de caminos del Campo Exterior hasta la Frontera, Pista de la Lastra, Cazadores, camino perimetral de la frontera, preparación de playas, poyo en inundaciones y lluvias torrenciales, recogida de barros, materiales arrastrados, despeje de calles y limpieza vial. También Ingenieros participó en la lucha contra incendios y en la construcción de campamentos de emergencia ante la intensa presión migratoria que vive Ceuta y participó en el montaje de todos ellos siendo el más significativo el de Calamocarro, donde en 1995 se realizó la explanación del terreno, instalaron tiendas, red de suministro eléctrico, red de alumbrado y de agua potable.
Si importante fue el siglo XVI, con la construcción del recinto entre fosos y el llamado Foso Real navegable, la época que se abre con la fundación del Real Cuerpo de Ingenieros, el 17-04-1711, gestada por el Ingeniero General, Verboom, devendrá en los proyectos y trabajos de todas las fortificaciones exteriores y se construirían edificios militares y civiles (templos, hospitales, edificios, públicos y toda la configuración de la “Almina”), los reductos de Alcántara, San Francisco Javier, Revellín, Fortaleza del Hacho, San Amaro, Santa Catalina y el Sarchal.
También construyó la Real Junta de Obras, debido a la influencia del Ingeniero Lorenzo Solís. En las inmediaciones de la iglesia el Valle construyeron la Comandancia de Obras, dependencias que fueron reformadas en 1841 bajo el mando del Comandante Exento de Ingenieros Carlos Montenegro. Diseñó la primera “Red de Abastecimiento de aguas potables”, proyectada en 8-04-1911 por el capitán de Ingenieros Fernando Íñiguez; más la “Red de alcantarillado, saneamiento, colectores y pozos de registro”, aprobada por R.O. de 1-09-1912, por el Primer Teniente de Ingenieros, Arsenio Giménez.
El Regimiento realizó la explanación del terreno para la instalación de las tiendas de campaña, instalación inicial de la red de suministro eléctrico, la red de alumbrado y la red de agua potable, así como la reparación y adecuación de los accesos desde la carretera nacional hasta el campamento. Este campamento existió durante 5 años (hasta la inauguración del CETI) llegando a albergar cerca de 3.000 personas, junto con infinidad de otros servicios y colaboraciones prestados siempre que Ceuta lo ha necesitado.
En fin, toda una ingente obra que ahora ha sido mancillada con la tropelía cometida contra el Monumento a Ingenieros, que no merece sino mi total desprecio y reprobación para sus autores, a la vez que mi honda solidaridad con el Regimiento que aquí tengo mucho interés en desagraviar, junto con mi modesta felicitación y gratitud hacia la Corporación municipal, que en representación de los ceutíes, ya ha manifestado su disposición a reparar el daño ocasionado y restablecer el buen nombre de los Ingenieros militares de Ceuta.
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