Ahmed Said se ha encontrado durante los últimos días
su coche con un retrovisor menos en su garaje del edificio número 3 de las 317 VPO de
Loma Colmenar de Ceuta. No ha sido un choque fortuito o el fruto de un accidente, sino que literalmente ha sido serrado. Es el tercer atentado contra su vehículo particular o sus propiedades que sufre en otros tantos años y después de presentar idéntico número de denuncias ante la
Policía Nacional se confiesa “harto del
vandalismo”. “Poco antes de la pandemia nos robaron en el trastero, el pasado 25 de abril me encontré la luna del automóvil destrozada y ahora el retrovisor”, recuerda el vecino de la barriada desde hace casi siete años, que nunca ha encontrado a los responsables. “Siempre he preguntado al resto de vecinos a ver si habían visto algo, pero nunca había sido así, y al ir a la Policía Nacional me han preguntado por qué no tenemos cámaras de seguridad, pero en el vecindario nunca nos hemos puesto de acuerdo porque más o menos la mitad decimos que sí y el resto que no”, lamenta.
Said alega que con su denuncia también “pienso en el día de mañana, porque si no me vuelve a tocar a mí, que no me meto con nadie ni tengo problemas ni venganzas con nadie, le tocará a otro”. Ya ha sido así. Hace “un año o dos” otro vecino descubrió por la mañana su vehículo “destrozado” y el otoño pasado varios automóviles terminaron calcinados en el mismo garaje. Una comunidad de propietarios puede instalar cámaras de vigilancia en zonas comunes (garajes, trasteros, portales...) siempre y cuando ninguna enfoque al interior de las viviendas ni a la calle. Para ello es necesario que lo apruebe, a petición de cualquier propietario, un tercio de los integrantes de la comunidad que representen, a su vez, un tercio de las cuotas de participación, tal y como prescribe la Ley sobre Propiedad Horizontal.