La Policía Nacional ha recibido al menos una denuncia presentada por una mujer en la que se pone de manifiesto el acoso que, a través de la difusión de vídeos y fotografías de carácter íntimo, se está ejerciendo sobre varias féminas de la ciudad, algunas incluso menores de edad o que en el momento de realizarse esas imágenes sí lo eran. Según se refleja en dicha denuncia, a cuyo contenido ha tenido acceso El Faro, a través de dos cuentas de Instagram y un grupo de Telegram creado por un vecino de Ceuta residente en el extranjero se ha estado difundiendo todo tipo de material de mujeres desnudas o incluso de montajes, usando rostros de unas personas que se acoplan en otros cuerpos que no son los suyos.
La denunciante ha puesto de manifiesto a la Policía el acoso que se está ejerciendo sobre muchas mujeres con una difusión de material centrado básicamente en desnudos o la visualización de escenas íntimas. Más féminas se han puesto en contacto con El Faro para denunciar lo ocurrido, reclamando una actuación policial rápida para frenar un envío masivo de imágenes que se hace sin consentimiento de las víctimas y que, en algunos de los casos, son incluso antiguas y, en otros, han sido alteradas para crear montajes. Tienen pruebas y capturas de conversaciones vertidas en ese grupo de Telegram creado a tal fin para difundir este contenido entre los que han participado en él, poniendo todo de manifiesto ante la sede de la Jefatura Superior de Policía.
Según han denunciado, ya en enero se detectó la activación de esta cuenta en Instagram y se denunciaron los hechos, desapareciendo hasta que, de nuevo ahora, ha vuelto a ser activada.
Algunas de las víctimas han podido conseguir pruebas, capturas con identidades y contenidos difundidos por lo que no se descarta que se presenten más denuncias en la Policía. El miedo pesa mucho para, en algunos de los casos, dar ese paso. Tras las advertencias de que se iba a trasladar todo a la Policía o a la Guardia Civil, las afectadas han indicado que ayer se desactivó una de las cuentas, pero advierten de que el contenido sigue ahí y, por tanto, puede volver a hacerse público con el daño que se está ocasionando a las mujeres y sus familiares.
Las quejas no van solo dirigidas a la persona que señalan como responsable de esta acción, sino a los que han participado como miembros de esos canales compartiendo este tipo de imágenes o colaborando en posteriores difusiones de las mismas.