Respetada Sra Directora, escribo esta carta rogándole sea publicada en su diario, por desear más que creer, que puede ser de gran ayuda para acabar con lo que está ocurriendo en la Colonia ubicada bajo el puente nuevo del Baluarte de los Mallorquines.
Esta colonia es atendida por un@s poc@s voluntari@s que dedican altruistamente su tiempo y dinero, a mantenerla de forma que se puede considerar referente por su limpieza y cuidados, tanto de las instalaciones como a los animales que alberga, todo ello, sin recibir SUBVENCIÓN alguna. El cariño que se recibe de y por estos animales, se encuentra íntimamente ligado a la bondad y desconocida labor de estos desinteresados voluntarios, que no pueden llegar a entender la crueldad mostrada contra estos indefensos seres. Vaya por delante mi desprecio ante aquellos que no pueden ser considerados hombres bondadosos, ni compasivos, ni tan siquiera humanos. Estas “personas” que se están dedicando a hacer desaparecer a muchos de los animales que conforman la colonia, deben comprender que lo que están haciendo es una autentica felonía, precisamente desaparecen los más indefensos y cariñosos, aquellos que se acercan sin ningún temor a los seres humanos y se dejan tocar y acariciar, como Rinconete, Cortadillo, Gina, Malborito, Melocotón, Morgana y otros tantos que en escaso tiempo han desaparecido y que para l@s voluntari@s tienen cara, nombre, recuerdos y vivencias.
En la colonia se les atiende no solo en sus necesidades alimentarias, sino también en atención veterinaria, curándoles sus heridas, vacunándolos, desparasitándolos, dándolos en adopción proporcionándoles un hogar, esterilizándolos y lo principal de todo, correspondiéndoles a su cariño. Los pocos voluntarios que los cuidan, los conocen a tod@s por sus nombres, demostrando así la superioridad del ser humano tal como ha de entenderse, “uniendo su sensibilidad con la voluntad de hacer el bien sin esperar ninguna recompensa”. Hemos llegado en el zenit de la palabrería inaceptable a llamar a la aniquilación de unas mascotas “racionalización de la población animal”. A estas injustificables acciones llevadas a cabo por miserables, por ahora desconocidos, se une las denuncias a medio ambiente y sanidad animal, de quienes quieren que desaparezca la colonia de las instalaciones próximas al CAS, a estos solo les digo que ninguno de ellos cree que hace el mal si los demás no juzgan que lo hace. Espero, que, a partir de ahora a cara descubierta, asuman lo que hacen en la impunidad del anonimato y a aquellas mascotas desaparecidas, les dedico un párrafo maravilloso de Lord Byron que no dudamos colocar bien visible en la colonia: “Aquí se recuerda a aquellas criaturas que fueron bellas, sin vanidad, fuertes y ágiles sin insolencia, valientes sin ferocidad y tuvieron todas las virtudes del hombre sin ninguno de sus defectos”.