Las redes sociales han servido de altavoz para condenar la presunta agresión cometida por un labrador contra un staffordshire bull terrier. En este caso se da la paradoja de que la supuesta víctima ha sido un perro de raza pontecialmente peligrosa (PPP). “Me indigna que mi perro tenga que salir a la calle como un asesino y otros que están mejor vistos puedan ir sin bozal y sueltos”, ha lamentado la dueña del herido, quien ha asegurado que el supuesto atacante “iba suelto con su dueño”. La mascota ha sufrido mordeduras en las dos orejas, con un desgarro en una de ellas, y , aunque está dolorido, tras pasar por el veterinario ya come y bebe. Antes de denunciar ante la Policía Nacional, su dueña trata de dar con el propietario del perro al que acusa de la agresión y, por este motivo, ha hecho pública una descripción de ambos por si alguien les hubiese visto “por la zona del Sarchal o los Pinos”: un “labrador color canela suelto” y un “hombre con barba y gafas”. Ella nunca había visto a ninguno de los dos por la zona.
“Me indigna que mi perro tenga que salir a la calle como un asesino y otros que están mejor vistos puedan ir sin bozal y sueltos”
Los hechos que narra la dueña del PPP han ocurrido este miércoles entre las 15.00 y 15.15 horas en el Sarchal. Ella regresaba del colegio con sus hijos y les llevaba del coche a la puerta de casa junto a su perro que, ha precisado, iba con correa y bozal. En ese trasiego, solo ha escuchado “a alguien que bajaba la cuesta chiflando” cuando, de repente, ha visto a un perro bajando que ha arremetido contra el suyo”.
“No quiero ni imaginar que hubiese sucedido si en vez de avalanzarse sobre mi perro lo hubiese hecho sobre mis hijos…”
“Le trincó de la oreja por detrás, le tumbó y el hombre ni se acercó, solo le silbaba. Al ver que no soltaba al mío, le dí una patada al otro para retirarle. En ese momento se fue detrás de él”, ha reconstruido lo sucedido esta tarde. La dueña del PPP ha insistido en que llamó en reiteradas ocasiones al propietario del labrador, pero este hizo caso omiso y prosiguió su camino. Ella no pudo seguirle porque no podía dejar a sus hijos solos. El miedo que sintió con el ataque no fue solo por su mascota, sino también por ellos: “No quiero ni imaginar que hubiese sucedido si en vez de avalanzarse sobre mi perro lo hubiese hecho sobre los niños…”. La dueña describe a su staffordshire bull terrier como un animal “muy noble y criado con niños” y en ningún caso culpa del episodio violento al labrador.