Tercer día de incertidumbre en Ceuta sobre la posibilidad de repatriación de los marroquíes que se quedaron atrapados en nuestra ciudad tras el cierre de fronteras por el país vecino el pasado 13 de marzo. Delegación del Gobierno mantiene que no tiene confirmación oficial por parte de Marruecos sobre que haya habido alguna suspensión o sobre los pasos que se vayan a dar. Ninguna noticia ni para llevarla a cabo, ni para la suspensión de ese traslado que parecía que se iba a hacer este domingo y que finalmente se está alargando. Información de todo tipo son las que se reciben a diario por el lado marroquí. Uno de los motivos que cogió más fuerza las primeras horas fue que desde
Rabat se paralizó todo cuando se enteraron de que una de las repatriadas de
Melilla dio positivo en la prueba de detención del
coronavirus. Pero esta versión fue descartada incluso por los medios del vecino país y la Delegación indicó que ellos habían ofrecido hacer todos los test a los repatriados. Por otra parte, se habló de las famosas ‘listas’. El Gobierno marroquí explicó que Marruecos había demostrado su disposición para recibir a 280 nacionales bloqueados en esa ciudad, pero las autoridades españolas elevaban esa cifra a alrededor de 700 personas. Las mismas fuentes explicaron que Marruecos no considera que las personas que se encontraban en Ceuta y Melilla de forma ilegal puedan ahora ser consideradas “atrapadas”. Para Rabat, las personas “repatriables” son las que viven habitualmente en Marruecos y que se han encontrado bloqueadas en las dos ciudades españolas tras encontrarse de visita de forma puntual por razones médicas o negocios, entre otros motivos. Todos son conjeturas porque no hay ninguna confirmación oficial por ninguna de las partes, sobre todo por el lado de la Delegación del Gobierno, que solo ha reconocido contactos con las autoridades vecinas. A pesar de que esta redacción intenta recabar información oficial para ofrecer a los ciudadanos interesados, que son muchos, la comunicación con las instituciones es hermética. En definitiva, siguen pasando los días y no se atisba una solución cercana. Son vidas humanas las que sufren en sus carnes este despropósito y parece que su agonía tendrá que esperar, al menos unos días más.