Del “con todo mi cariño” a la unidad

Será porque mayo es el mes de las comuniones y la bondad manda o será porque realmente el PP ha sabido renovarse en este XI Congreso ‘a la búlgara’. El hecho es que ayer todo era unidad, mayorías absolutas y querencias por un futuro marcado por las estrechas relaciones y el no a la rumorología. Todos unidos y nadie nervioso. Bueno, salvo el ‘cuñao’ del presidente, Benjamín, el relevo de París -que no está pero está-, quien andaba pendiente de que la música popular se elevara a modo de inyección de adrenalina y de que se hiciera la luz tras un corto apagón justo cuando mentaron a Paco Antonio. ¿Coincidencia o hasta en el apagón eléctrico había una intención de que la luz enfocara al delegado para hacerlo aún más cercano a la figura de don Juan?
Quién sabe. El hecho es que ayer todo tenía que salir bien y quienes eran protagonistas se esmeraron en que las buenas relaciones y maneras quedaran palpables. ¿Qué me dicen de Paco Márquez y Yolanda Bel? El listo del primero, siempre pegado a su cuenta de twitter para actualizar su estado, dejó a todos callados con su declaración de amor hacia la número 2 del Gobierno, potenciada a secretaria general del partido. ¿Qué se llevan mal?, pues ahí está la entradilla del sagaz Márquez: “Con todo cariño”, comenzó su frase para referirse a Bel y aplaudir su elección como secretaria general.
Cumplida la primera parte, había que seguir demostrando a presentes y no presentes, que en el partido no hay divisiones. Y ahí le tocaba el turno a Paco Antonio y a don Juan. ¿Qué dicen que no se llevan tan bien como en tiempos de Fernández Chacón, el ex delegado reconvertido a empresario en la todavía no presentada Fundación Zeituna que el Bulaix se sacó de la manga? Pues a cortar por lo sano.
“¡Aquí manda Juan Vivas!”, le faltó decir a Paco Antonio tras subirse al atril para recomendar que los trapos sucios hay que lavarlos en el partido y no en las barras de bar o en los comentarios callejeros. Quizá se refería a algunos de los afines a la candidatura de Pedro Gordillo que ayer sorpresivamente estaban en el Hotel Ulises aplaudiendo a don Juan. ¿Pero no habían recogido avales para el otro candidato? En el ‘congreso a la búlgara’ todo vale, hasta las transformaciones de última hora. El hecho es que con tanto alarde de unidad, las intervenciones de delegado y presidente parecían más dirigidas a un patio de escuela en el que la señorita imparte cómo debe ser la lección a los malos de la clase que optan por darle a la sin hueso fuera del partido. Ambos deberían tener claro, quizá, que si en la calle se dice una u otra cosa es porque los propios del partido son los que sacan la ropa sucia a pasear.
Ayer se trataba de tapar las heridas y empieza de nuevo, como cuando uno sale de la iglesia, confiesa sus pecados y vuelve a salir a la calle con cara de monaguillo.
El discurso de Teófila empezó bien, gracioso y con energía, hasta que empezó a desvariar con el 15-M y la formación media que tienen los indignados. Un desvarío que no sólo afectó a la alcaldesa porque también hubo más populares que no midieron bien sus palabras. ¿Qué me dicen de la entregada Rocío Salcedo? Está bien que hable en su discurso de la revolución, los logros populares y demás... pero ¿aludir a la ETA y a los sacrificios hechos por alguna que otra víctima como Miguel Ángel Blanco? Quizá la señorita Salcedo podría empezar a investigar la ideología ya no de muchos asesinados por la banda terrorista sino de los cuantiosos amenazados de muerte, policías y guardias civiles, que ni han sido votantes del PP pero que perdieron sus vidas en la misma barbarie que Blanco. No venía a cuento mentar a ETA porque además de ser un asunto espinoso e hiriente para muchos de los presentes, menos tiene lugar en un Congreso Regional del PP en Ceuta... como que no.
Me quedo con las declaraciones hechas a posteriori por Paco Antonio. “Juntas las dos instituciones, esto es imbatible”, sentenció, quizá acallando presiones que él conoce y lanzando abiertamente una invitación a los que trabajaron por la otra facción popular, ‘la gordillista’, a sumarse al carro de la unidad.