Nos metemos en el ecuador del verano con la polémica que nos faltaba. La aparición de un caso de rabia ha hecho saltar todas las alarmas y, como suele ocurrir, los políticos no dan la talla. Ver a Carracao, todo un secretario general del PSOE, decir sandeces como eso de ‘hay que sacrificar al consejero’... y leer a Hakim la réplica, pueril y nada acorde a su supuesta talla política, eso de ‘hay que ponerle un bozal’ al crack... hace que una se replantee la efectividad de quienes son gobierno y oposición en asuntos tan graves como el de la rabia. Un asunto en el que se debe actuar con profesionalidad y no con comparecencias públicas de este tipo que nada ayudan. Con el conocimiento del caso de marras han saltado todas las alarmas. Es ahora cuando la Ciudad se preocupa de la existencia de los perros abandonados o los gatos en la misma situación, cuando, hasta la fecha, ha pasado de puntillas sobre un asunto que no interesaba. Ahora, acojonados por algo tan fatal como la rabia, se dan cuenta del mucho trabajo que dejaron en el camino y que permitieron que se quedara ahí. ¿Cuántas veces se ha denunciado la cantidad de perros abandonados en el Hacho? Se hacía cuando estos eran cachorros sin que la Ciudad llevara a cabo un protocolo en condiciones para conseguir su localización y traslado a la Protectora, aplicando las sanciones oportunas. Ahora, ya adultos, se miraba hacia otro lado. Los perros, asalvajados, mataron a las cabras de San Amaro, pero la Ciudad nada hizo. Cortó la polémica cuando la Sociedad de Cazadores le sacó las castañas del fuego colocando cuatro jaulas. Después nada más se supo. Los que tenían que hacer algo pasaban del asunto, y perros, gatos y hasta cerdos vietnamitas crecían en el monte después de ser abandonados por sus dueños sin que nadie hiciera nada. ¿Dónde están las denuncias contra quienes les abandonaron?, ¿dónde la existencia de un protocolo efectivo para terminar con tanto abandono?
Ahora con el caso de rabia estallándonos en la cara, con la adopción de medidas sanitarias mal explicadas... ¿qué hacen los que tienen que dar ejemplo? Dar el espectáculo que nos han dado en estos dos últimos días no trae nada nuevo. Que se haya detectado un caso de rabia es grave, y hay que adoptar medidas. Pero igual de grave es que hayamos tenido que esperar a esta situación extrema para asumir un problema, el de abandono de animales, como se debiera. Ahora nos lanzamos a la locura de los sacrificios indiscriminados. ¿Ahora sí vamos a localizar los perros y gatos que antes no se podían recoger para darlos en adopción? A eso parece que nadie quiere contestar.