El Invied opta por su demolición para que “no sea objeto de ocupación ilegal ni posibles accidentes ocasionales”.
El hogar que la familia de Yamal y Samia, con cuatro hijos menores de edad, se resistió a abandonar este verano de forma pacífica, es un terreno baldío en la actualidad. El Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied) anunció la semana pasada la adjudicación de los trabajos de demolición de una edificación militar existente en el Acuartelamiento de Cría Caballar –Benítez– por un importe de 4.000 euros.
El motivo del derribo fue el “mal estado del edificio”, informaron fuentes del Ministerio de Defensa, “el cual no se ha podido llevar a cabo hasta haberse procedido al desalojo del ocupante”. Un desahucio en el que se vivieron momentos de tensión porque la familia consideró que las autoridades cometían una injusticia con su caso. Estas personas, obligadas a abandonar el inmueble, lo convirtieron en su domicilio pese a que en la parcela se repite la advertencia: ‘Propiedad militar. Prohibido el paso’.
Con la destrucción de esta infraestructura, la cartera de Pedro Morenés pretende que, de nuevo, “no sea objeto de ocupación ilegal o de posibles accidentes para ocupantes ocasionales” ya que, según pudo conocer este periódico, fue objeto de algunos asaltos mientras la construcción permaneció cerrada o tuvo inquilinos temporales.
Hacia 2009, los últimos ocupantes accedieron de forma irregular, según sentencia judicial, a la que fue su vivienda en los años venideros. Así fue hasta que, a finales de 2014, recibieron la notificación de desalojo a instancias de la autoridad militar y, finalmente, se produjo el lanzamiento.
El Acuartelamiento de Cría Caballar, con una superficie de 22.446 metros cuadrados, fue desafectado y puesto a disposición de la Gerencia de Infraestructuras de la Defensa mediante Resolución Ministerial de 1994. Un terreno que fue disputado por varios particulares.
El Ministerio de Defensa explica que la Cría Caballar es considerada desde el siglo XIV como una de las grandes riquezas del Estado español, la búsqueda de su fomento, enmarcado en planes de selección y mejora fue objeto de preocupación constante.