El pasado 20 de junio publiqué en El Faro el artículo “Ceuta pudo ser otro Gibraltar”. Y el 30-10-2006 otro, titulado “Intento inglés de conquistar Ceuta en 1704”, que también recojo en mi libro “Ceuta, pasado y Presente”. Lo hice para resaltar la figura poco conocida a nivel general del que, desde 1702 a 1704, fue Gobernador y Capitán General, D. José Plá de Agullo-Pinós, primer Marqués de Gironella, al que creo que esta ciudad después de 308 años todavía no le ha hecho la justicia que se merece, porque, de no haber sido porque él en 1704 se jugó su vida por defenderla, pues Ceuta hoy sería otro Gibraltar español en poder de las garras inglesas. Extraña, por ello, que Ceuta, que tan agradecida suele ser con quienes la favorecen, en este caso concreto, ni siquiera se haya dignado ponerle a una de sus calles el nombre de aquel valiente Gobernador que con tanto brío fue capaz de mantenerla española.
Tras mi segundo artículo, ha tenido a bien contactar conmigo el actual Marqués de Gironella y de Saudín, D. Antonio Joaquín Febrer Bertrán, sucesor en dicho título nobiliario en virtud de la Orden JUS/3202/2004 (B.O.E. nº 242 de 7-10-2004), para transmitirme su gratitud - que mucho le honra y es recíproca por mi parte - por haber escrito en El Faro sobre su antepasado. Y, como gratitud con gratitud se paga desde que en El Quijote se dijera que: “Decir gracias y escribir donaires es de grandes ingenios…, porque de desagradecidos está lleno el infierno”, pues he seguido investigando sobre la que quizá fuera la más valiente y leal defensa que se ha hecho de Ceuta para que esta querida ciudad continúe siendo ese trocito de Patria española que se tiene cuando de norte a sur se cruza el Estrecho y en la otra orilla se sigue estando en España; habiéndome también sugerido la ampliación de la investigación la Directora de El Faro y otras personas. Y es que creo que a aquel heroico Gobernador Gironella de 1704, Ceuta debe estarle agradecida, porque por su coraje y firme determinación de defenderla jugándose la vida, hoy sigue siendo española.
El linaje de abolengo de la Casa Gironella tiene su origen en Lérida en casas solariegas de Seo de Urgel y Cervera, que se remontan al año 1400, cuando Juan Agulló, Comendador de Ares, ingresó en la Orden de Montesa, y Jorge Agulló y Muñoz, de Valencia, fue Mayordomo del Rey D. Martín de Aragón en 1420. Las distintas ramas familiares se dispersaron con gran profusión por toda Cataluña, Valencia y Alicante, sirviendo sus pertenecientes en el Ejército, en Órdenes de Caballería y demás instituciones relevantes. He encontrado que nuestro protagonista de Ceuta, D. José de Agulló y de Pinós, General de Artillería de los Reales Ejércitos y Protector del Brazo Militar, que primero fue el XXVIII Barón de Gironella, era descendiente lejano del Rey Felipe II. Y el 10-07-1702 Felipe V le concedió el Marquesado de Gironella en las Cortes de Barcelona. En 1702 fue nombrado Capitán General de Ceuta y de las costas de África, cuando ya era mayor y se encontraba enfermo, y en Ceuta falleció de muerte natural el 4-10-1704, tras su heroica gesta.
Cuando el Marqués de Gironella vino a mandar Ceuta en 1702, la ciudad llevaba 9 años sitiada por tierra por el Rey marroquí Muley Ismail, que se propuso conquistarla a toda costa. Hasta entonces, la ciudad había tenido la puerta libre, lo que le había permitido su aprovisionamiento tanto de tropas como de víveres y demás pertrechos de guerra; pero si también se le bloqueaba por mar, no hubiera podido resistir, máxime cuando las fuerzas españolas eran bastante exiguas y las marroquíes muy superiores en número, y cada vez iban ganando más terreno próximo a las murallas. El historiador D. Alejandro Correa de Franca refiere que: “Fue el Marqués de Gironella de los Gobernadores más considerados y prudentes conocidos en esta plaza, con que adquirió feliz éxito en cuanto resolvía, y muy amante de Felipe V…Fue ilustrísimo y fidelísimo caballero catalán… Hallando que los moros empleaban por todas partes sus trabajos en cortaduras, medias lunas…, que llegaban a barbear nuestros trabajos, extendiéndose sobre nuestra izquierda…, contraatacó el terreno ocupado al frente de Santa Ana, el que hubieron de ceder y ocupamos al furor de nuestras armas, colocando una pequeña estacada con el nombre de Diente Nuevo, en cuya ocasión y puesto, hallábase mandando la Plaza de Armas D. Pedro de Guevara…Después se continuó en el terreno en que hicieron los moros porfiadas defensas, y nuestras minas maravillosos efectos. Las hazañas, brío y desembarazo con que dieron bien a conocer nuestros Oficiales y Soldados sus esforzados alientos, me es imposible explicar, y sólo puedo decir que por tarde y mañana se repetían los asaltos, mezclándose moros y cristianos con estragos de unos y otros. Por fin, todo se allanó al impulso de nuestras minas, morteradas y cañonazos y, más que todo, al brazo fuerte de nuestra honrosa tropa…”. Es de resaltar por quien escribe que Correa de Franca vivía al tiempo de estos hechos y fue testigo presencial de los mismos, lo que avala más su veracidad y certeza.
He localizado un texto manuscrito, firmado por la Reina Gobernadora Dª María Luisa el 15-08- 1702, durante la ausencia de España de su esposo el Rey Felipe V, dirigido al entonces Capitán General de Ceuta, Marqués de Gironella, el mismo día en que se consiguió la victoria borbónica frente a los austríacos en tierras de Milán en la llamada Batalla de Luzzara, donde se había desplazado el Rey, en el que la Reina pide al Marqués que sean conducidas desde Ceuta a Gibraltar (todavía estaba en manos españolas) dos embarcaciones inglesas, tipo “patache”, que habían sido apresadas en Ceuta. El traslado, dice, conviene que se efectúe para “mayor seguridad y mayor ventaja”. Y también en un extracto de la Historia Naval se recoge: “El 15-01-1703 una fragata, Nuestra Señora de Montserrat, que se hallaba en este puerto (Ceuta) Armada en Corzo Para la guardia y custodia de este Estrecho y limpiar las embarcaciones de moros y demás enemigos de la Corona…, en compañía de otros dos barcos, apresó, por orden del Marqués de Gironella, Capitán General de Ceuta, un barco de pabellón inglés...,de popa cuadrada, de dos Cubiertas con un castillete a proa sobre la primera Cubierta, de porte de 80 toneladas, fabricado en Bristol el año 1692 por mi orden y de los Señores Juan Desq y Juan Sempelman... El barco se dirigía a Inglaterra al mando de D. Jaime Peyment, de Devon, el cual manifestó ante el Tribunal que no tenía que pedir cosa alguna por conocer ser apresado legítimamente... El navío llamado Zent o Lazent fue declarado junto con la carga como buena presa y subastado públicamente, como era normal. Lo compró un tal Onofre Blanco, genovés, con todos sus aparejos, árboles y demás pertrechos y 6 cañones..., por 800 pesos escudos de plata”. Es decir, que si por tierra el Marqués de Gironella no hacía más que fustigar a los sarracenos que lo tenían cercado, por mar se mostraba igual de incisivo contra el corso inglés.
León Galindo y de Vera, dice en su Historia de las posesiones de África, 1861: “Sufría esta plaza su perdurable sitio. Lenta y progresivamente adelantaban los sarracenos sus trincheras, hasta que el Gobernador y Capitán General D. José Plá y Aguyó, Marqués de Gironella, valiente y fidelísimo…, viéndose estrechado en la ciudad, cae de rebato con 1500 infantes y 180 caballos, toma las trincheras, deshace el campo, clava un cañón y dos morteros y destruye las minas preparadas por el enemigo…No se atemorizó Plá con la toma de Gibraltar, y se apercibió del doble sitio de ingleses y marroquíes. El 7-08-1704, mojó en aquellas aguas una nave con pabellón británico y a bordo Basset Ramos, Marqués de Cullera (que se pasó al Archiduque Carlos porque éste concedió a su madre el marquesado de Cullera), quien requirió al Gobernador para que se entregase, a lo que se negó con firmeza, secundado en su propósito por el Obispo D. Vidal Marín…, que ofreció todos sus bienes en defensa de la ciudad…”. Y D. Salvador Calaf, en 1913, dice en su Historia de Ceuta: “ Gracias a esta fidelidad (la del Marqués de Gironella), España posee Ceuta…, tan codiciada de todas las naciones de Europa, y todas las potencias mediterráneas tienen la dicha de que no esté en poder de Inglaterra. Al mismo tiempo Dios protegió visiblemente a esta Ciudad: las escuadras que habían destruido Gibraltar pocos días antes, a pesar del desaire que habían sufrido, no ejecutaron sus esperanzas y se retiraron sin disparar un sólo tiro contra Ceuta. ¿Por qué…?”.
Joseph Ortíz Sanz, en Compendio Cronológico de la Historia de España, año 1803, dice: “Para hacerse también tiranos del Estrecho (los ingleses) y, por consiguiente, de ambos mares, intentaron apoderarse de Ceuta; pero salió frustrado su designio. El Marqués de Gironella, Gobernador, que tanto la había defendido de moros, la defendió igualmente de los ingleses, haciendo inútiles sus conatos”. Y en el Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 1892, se dice: “Fuera mejor que la hubiesen librado (a Gibraltar) como se libró Ceuta, también atacada por entonces y notablemente defendida no sólo por su Gobernador, Marqués de Gironella, sino por su Obispo D. Vidal Marín”. Según la Historia Naval de España, el cerco anglo-holandés por mar a Ceuta se impuso el 7-08-1704, y se levantó el día 12 siguiente, ante la firmeza española. (Continuará el lunes).
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