Opinión

Defender a Ceuta y Melilla

Llegué a Ceuta el año 1958. Y como en 1956 Francia y España pusieron fin al antiguo Protectorado hispano-francés en Marruecos para devolver a dicho país su plena independencia, pues mi llegada coincidió con el amplio repliegue a la Península de muchos miles de soldados destinados en él, en cumplimiento del mandato recibido de la Conferencia Internacional de Algeciras de 7-04-1906, para restablecer el orden en Marruecos, apoyar su monarquía, organizar su Administración y promover su desarrollo y democratización, dado el profundo desorden que allí reinaba, que incluso desembocó en la declaración de independencia de la República del del Rif, por el cabecilla Ab-el-Krim.

Recuerdo que ya por entonces - hace 63 años - circulaban insistentes rumores en el sentido de que la soberanía española sobre Ceuta y Melilla también podía estar tocando a su fin. Muchas familias comenzaron a comprar viviendas de segunda residencia en Algeciras y costas de Cádiz-Málaga, por si llegaba el momento de tener que dar el salto a la Península. Y, desde entonces, tal prevención por parte de muchos residentes no ha dejado de ser recurrente y repetitiva, aunque luego ya, esa segunda residencia iría quedando más bien como relax y expansión para poder evadirse los fines de semana de la las limitaciones que impone estar rodeado en Ceuta por el mar y la frontera.

Desde entonces, estamos acostumbrados ya a las reiteradas proclamas anexionistas sobre ambas ciudades españolas por parte de Marruecos, como el reciente exabrupto de llegar a aseverar todo un primer ministro que “Ceuta y Melilla son marroquíes como el Sahara”. Más los cierres unilaterales y por sorpresa de fronteras que ni siquiera reconocen como tales, pese a llevar abiertas cientos de años y tratarse de “fronteras exteriores” de la Unión Europea, tratando de engañar a todos asegurando que siempre fueron meros “pasos” de viajeros, pero no Aduanas comerciales, pese a existir acuerdos y normativa bilateral que las regulan. Eso, cuando no aparece el mismo rey vecino en las mismas puertas de Ceuta alardeando de su ostentoso yate, para que los miles de porteadores transfronterizos que al cerrar ambas fronteras se han quedado sin comer, sin alternativa alguna y dejados en total desamparo parezcan así venir a mejor fortuna recreándose en contemplar el yate real. ¿Es eso lo que ahora piden a su rey con tantas protestas los transfronterizos de Ceuta y Melilla?.

Marruecos mantiene hacia ambas ciudades españolas y sus habitantes el más absoluto desprecio, falta de respeto y de consideración, llamándoles despectivamente: “ciudades ocupadas”, pese a ser de plena soberanía española desde hace casi 500 años, o presentándolas como “presidios”, “enclaves”, “ciudades marroquíes usurpadas”, etc. Y todo eso suele ocurrir cada vez que nuestros reyes, presidente del gobierno y Ministros, tan de tarde en tarde se disponen a visitarlas, como españolas que son. O cuando a Marruecos por algo no le salen las cuentas y se ofusca para que la Unión Europea y España les paguen más para vigilar la salida de migrantes, porque si no, nuestras costas al día siguiente aparecen inundadas de pateras y toda clase de tráficos. Y, mucho cuidado, que con Marruecos nunca se agota la capacidad de sorpresa; actúa siempre unilateralmente y por hechos consumados: primero invade u ocupa lo que no es suyo y luego, si acaso, dice que negocia para ganar tiempo, pero se las queda.

Recientemente publiqué un artículo, titulado “Lealtad-deslealtad España-Marruecos, respectivamente”, en el que señalaba sólo algunas de las numerosísimas lealtades de España hacia Marruecos y también sólo algunas del sinfín de deslealtades de Marruecos hacia España. Y veíamos cómo el vecino país sólo puede esgrimir sobre ambas ciudades que están situadas en África, que eso ya lo sabemos. Más luego, su afán desmedido por anexionárselas con vistas a formar el “Gran Marruecos” con el que tanto sueñan. Pero, en realidad, luego no posee ningún título ni histórico, ni jurídico, ni de propiedad, ni posesión, que sea mínimamente sólido para poder reclamarlas con fundamento, como nunca ha podido hacer valer de forma que su petición pudiera prosperar ante las Naciones Unidas, entre otras cosas, porque nunca Ceuta y Melilla han sido territorios declarados a descolonizar, contrariamente a lo que sí son el Sahara y Gibraltar.

"Fíjense bien que Marruecos siempre actúa contra Ceuta, Melilla, Canarias, cuando ve alguna debilidad por parte de España o cuando por problemas internos necesite sacar pecho como gesto de reafirmación de su propio poder. Nunca he sido político, pero en mis 27 años en Ceuta, he visto que casi todos los gobiernos españoles de todos los colores no se han complicado la vida para defender Ceuta con firmeza, porque todo se le tolera en aras del 'amigo del sur"

¿Y por qué Marruecos coacciona y chantajea a las dos españolísimas ciudades y sus dignos habitantes - incluso a los de origen africano - ejerciendo sobre ellas continuas presiones e intimidaciones, a sabiendas de que ni histórica ni jurídicamente posee ningún título que le avale?. ¿Por qué tanto dicen ser “amigos” de España para lo que les conviene y luego se comportan con tantas deslealtades hacia ella?. ¿Por qué llaman a Ceuta y Melilla ciudades ocupadas de forma tan sectaria, siempre a su favor?. ¿Es que en el siglo VII los árabes venidos del lejano Egipto, Siria y Arabia, no vinieron a “invadir”, “ocupar” y “someter” a todo el Norte de África, pese a haberles opuesto los bereberes, habitantes autóctonos de la zona, tenaz resistencia durante más de 50 años de lucha armada hasta ser sometidos al islam?. ¿Y por qué aquellos mismos árabes, tras vencer a dichos bereberes, expulsaron del mismo territorio a los hispanos que pacíficamente y en perfecta armonía convivían con los bereberes en la antigua Hispania Tingitana, cuya capital fue precisamente Ceuta, bajo el reinado del visigodo Sisebuto?.

¿Por qué, también, el año 709 los árabes invadieron primero Ceuta y el año 711 toda la Península Ibérica, teniéndolas “ocupadas” 781 años hasta que finalizó la Reconquista?. ¿Por qué Marruecos en 1975 “invadió” y “ocupó” el Sahara, entonces bajo dominio español, pese a que las Naciones Unidas se lo tenían prohibido por estar registrado como territorio “no autónomo” en el que debía celebrarse un referéndum de autodeterminación, que sigue esperando?. ¿Es que sólo dicho país puede arrogarse el derecho de “ocupación” sin tenerlo y España que tiene su soberanía no?. ¿Cómo cree Marruecos que debe ahora llamar el mundo al Sahara: territorio “ocupado”, “invadido”, “expoliado”, “enclave”, “presidio”?. Y ya saben de qué añagaza se valió, aprovechándose deliberadamente de que el anterior Jefe de Estado español estaba agonizando y a pesar de la firme oposición de las Naciones Unidas desautorizando aquella ocupación.

Antes de que los árabes ocuparan Ceuta y Melilla, llevaban éstas más de un milenio dependiendo de la Península durante las épocas púnica, romana, visigótica y bizantina. Hasta los mismos árabes tras invadir España tuvieron especial interés en hacerlas depender de Córdoba y otras Taifas como Málaga, Murcia, Granada. Abderramán III incorporó Ceuta a su Califato en 931, justificándolo, porque “Ceuta jamás había estado antes bajo poder norteafricano alguno”. Luego, Ceuta fue hasta dos veces independiente a partir de Suqut al-Bargwati en 1061 hasta 1084 y nuevamente en 1236. Es cierto que luego durante la época de los Idrissíes dependió algún tiempo del Norte de África hasta que en 1415 la conquistó Portugal. Pero por entonces Marruecos no estaba constituido en Estado hasta 1632, y eso tomando como fecha la que más le favorece, porque prestigiosos historiadores aseveran que el vecino país no fue plenamente independiente hasta 1956.

Más Marruecos debería saber que España nunca ocupó Ceuta por la fuerza. Su posesión, titularidad dominical y plena soberanía le vinieron dadas por el Derecho Internacional Sucesorio. De “hecho”, fue española cuando en 1580 el rey Felipe II sucedió en Portugal a su tío el cardenal Enrique. Y de “derecho”, por el Tratado de Lisboa de 1668, porque antes, en 1640, fueron los propios ceutíes quienes por propia y libre voluntad expresaron en unos comicios su deseo de ser españoles, dejando de ser portugueses, como expresamente se recoge y Portugal reconoce en el artículo 2 de dicho tratado.

Y aquellos mismos portugueses españolizados, junto con los españoles en Ceuta de guarnición, fueron los que después lucharon denodadamente, con gran valor, enormes esfuerzos, sacrificios y pérdida de tantos miles de vidas, defendiendo heroicamente la españolidad de Ceuta, cuando Marruecos tantas veces la sometió a continuos, largos, crueles ataques, sitios y cercos, sin que nunca los marroquíes fueran capaces de ganarles la ciudad ni antes a Portugal ni después a España. Por sólo poner un ejemplo, hasta Regimientos enteros fueron desde mi tierra extremeña y de otras regiones españolas a defender la españolidad de Ceuta con uñas y dientes, sin que jamás se la dejaran arrebatar. ¿Cómo iban a dejársela quitar ahora?. Por consiguiente, debemos mantener calma, tranquilos y sin alarmarnos, que Marruecos sabe muy bien que cada vez que intentó ocuparlas, siempre salió perjudicado. Muley Ismail aseveró: “Ceuta no es ni de España ni de Marruecos; es de Dios, que la dará a quien la gane con las armas”. Tras sitiarla durante 33 años seguidos, tuvo que r Fíjense bien que Marruecos siempre actúa contra Ceuta, Melilla, Canarias, cuando ve alguna debilidad por parte de España o cuando por problemas internos necesite sacar pecho como gesto de reafirmación de su propio poder. Nunca he sido político, pero en mis 27 años en Ceuta, he visto que casi todos los gobiernos españoles de todos los colores no se han complicado la vida para defender Ceuta con firmeza, porque todo se le tolera en aras del “amigo del sur”. Pero, ojo, que ahora son varios factores los que se suman. Y no es que uno piense que España debe ser belicosa ni hostil para enfrentarse a Marruecos ni a ningún otro país, porque hoy el mundo está ya más civilizado que Marruecos cree. Las naciones y los estados están obligados a dialogar, negociar, colaborar y cooperar entre sí, en bien del mantenimiento de su propia paz y la del mundo.

Pero lo que de ninguna forma puede hacer España ni ningún país independiente y soberano es descuidar, abdicar, ni hacer la más mínima dejación de las altas funciones que necesariamente debe ejercer en legítima defensa de la integridad de su territorio y soberanía nacional; porque, si renunciara a hacerlo, tanto Marruecos como otros países seguro que se aprovecharían. Y España tiene instrumentos pacíficos y legales que oponer a los continuos desmanes e ilegalidades marroquíes, pese a que a veces haga gala de sus buenas relaciones de amistad y buena vecindad con España, que después sistemáticamente incumple.

Medios legales

Pero, frente a los métodos beligerantes marroquíes de constante violación de normas y acuerdos con que el vecino país se despacha, España debe proceder con medios legales, aunque de forma contundente, como pueden ser: retirada del principio de reciprocidad, de la condición de país más favorecido, exigencia del cumplimiento estricto de pactos, acuerdos y condiciones estipuladas con España, Unión Europea, ONU, denuncia a los organismos internacionales competentes, etc. Por ejemplo:

1. Cumplimiento por Marruecos de la Decisión del Consejo y de la Comisión 2000/204/CE, CECA, de 24-01-2000, relativa al Acuerdo euromediterráneo por el que se crea una asociación entre la Unión Europea y sus Estados miembros con Marruecos. Cumplir taxativamente y en sus propios términos, sus: Protocolo n° 1. Régimen aplicable a la importación en la Comunidad de los productos agrícolas originarios de Marruecos. Protocolo n° 2, Idem sobre importación en la Comunidad de los productos de pesca marroquíes. Protocolo n° 3, Idem sobre importación en Marruecos de los productos agrícolas originarios de la UE. Protocolo n° 4. Idem sobre definición de la noción de «productos originarios» y a los métodos de cooperación administrativa. Protocolo n° 5, sobre asistencia mutua entre autoridades administrativas en materia aduanera. Exigencias y cumplimiento del Acta final. Acuerdos en forma de canje de notas. Y Documentos Anexos.

2. Cumplimiento de la Convención de Jamaica de 1982, de las Naciones Unidas, sobre Derecho del Mar e Instrumento de Ratificación por en España de 1984, sobre espacios marítimos en los casos de Estados ribereños con aguas interpuestas entre países limítrofes. Rigurosa aplicación.

3. Cumplimiento del Acuerdo hispano-marroquí, firmado en Rabat el 6-03-2007, sobre devolución a Marruecos de sus menores no acompañados, que ahora no permite su devolución.

Un país supuestamente amigo de España no puede asfixiar una porción del territorio español, por pequeño y vulnerable que sea. España está obligada a defender Ceuta y Melilla.

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