Opinión

Los dedos de la castañera

Ya conté que, posiblemente, el mayor quebranto de ese trastorno que es la esquizofrenia sea la imposibilidad de percibir belleza.

Así ha sido durante mi fase de postración, cuando la mente me ponía automáticamente en lo peor.

No creáis que es fácil. El aprecio de la belleza requiere de un intenso aprendizaje, hacerse con una técnica para un buen enfoque.

Es así que llega el tiempo en que todo lo que nos rodea tiene un punto de belleza. Quizá el mejor truco sea el contraste con la nada. O el disfrute de las pequeñas cosas, o en el caso contrario, la ceguera.

Os cuento que yo soy un usuario de la Plaza de los Reyes, y de sus terrazas, de tal forma, que este año me he felicitado, ya que han instalado un puesto de castañas asadas.

¿A quién no le recuerda los pasos recorridos durante la infancia? ¿A quién no le evoca los vapores y los olores del invierno? La cortina de humo nos avisa que el puesto de las ilusión ha abierto sus puertas.

Las esencias de la cabañita nos devuelven a la fórmula de la humildad: una estructura con la justeza de lo sencillo, unas cazuelas tiznadas por el milagro de la cocción, y unos artilugios metálicos de donde emana el calor y fructifica el carbón.

La figuración de este oficio bien podría ser el recuerdo de un Belén. Un habilidoso fogonero vigila la combustión de las materias; un afanado peón de ocupa de darle el corte de gracia al fruto seco; y una dispensadora avanzada en su género guarda con celo las castañas en una cajita de madera (cajita de la que sabrán los dioses de la redención).

No es extraño que haya que hacer cola, mientras el castañero nos tranquiliza volteando los frutos abiertos por la temperatura, y ya que las castañas están al salir (bonita enseñanza para la paciencia).

Ha llegado mi turno, y el tiempo se detiene al comprobar la maestría con que la castañera introduce la ración en el cucurucho de papel.

Cada tecnología tiene sus rudimentos, y sus dificultades. Ninguna desmerece a la otra, pues todos somo ingenieros de nuestros oficios, si lo hacemos con amor.

Entonces me siento en ese espacio de los sueños que es la Plaza de los Reyes para despacharme la ambrosía que es la crónica de los fríos; y qué felicidad cuando la piel se separa con facilidad del fruto. Aunque, hay veces en las que hay que hacer filigranas y nos quedamos insatisfechos.

También me pierdo en la mirada que son los recuerdos, pues esta plaza me ha visto crecer y juntos caminamos por el destino.

Salvemos a las castañas asadas, aunque solo sea en un último gesto de dignidad.

Entradas recientes

El boxeador Bocas Junior logra un sueño: participar en los Juegos Olímpicos de París

Nueve meses después de que El Faro de Ceuta contara su historia, el boxeador camerunés…

17/07/2024

Cae uno de los 10 delincuentes más buscados por la Policía

Agentes de la Policía Nacional, con la colaboración de la Policía Municipal, han detenido en…

17/07/2024

Estos son los 10 equipos que participarán en las II jornadas de rescate vertical de Bomberos

La segunda edición de rescate vertical organizado por Bomberos Ceuta empieza a coger forma. Más…

17/07/2024

Las invitaciones para la cena de los mayores en la Feria, el martes día 23

La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Ceuta ha anunciado que a…

17/07/2024

Docentes interinos: publicados los listados provisionales de admitidos con baremo

La Dirección Provincial del Ministerio de Educación en Ceuta ha publicado los listados provisionales admitidos…

17/07/2024

Ceuta estará presente en el torneo de fútbol-playa de Palmones

El combinado de Ceuta de fútbol playa vuelve a probar suerte en otro campeonato fuera…

17/07/2024