Opinión

Las declaraciones de la encargada del Museo al inspector de trabajo

Hace meses denuncié ante la Inspección del Trabajo la falta de ventilación del Museo del Revellín, pues considero que se estaba utilizando una mala praxis tanto en la ventilación como a la hora de utilizar productos que contienen químicos.

En los años que trabajé en el museo, todos los días la funcionaria encargada de la limpieza para paliar los malos olores echaba ambientador por todo el Museo. También utilizaba insecticida en espray para matar moscas, mosquitos, cucarachas, etc. A esto hay que añadir todos los productos de limpieza que se utilizaban para limpiar a diario.

Hasta aquí puede parecer que todo era normal, pero creo que nada más lejos de la realidad, porque el museo carecía tanto de ventilación natural como de ventilación mecánica, lo que hacía que esos productos utilizados a diario dejasen el aire viciado, no siendo el más idóneo para la salud de los trabajadores.

A todo esto hay que sumar que cada dos por tres, más o menos cada vez que había cambio de exposición, se pintaban las salas con pintura normal, de esa que huele mucho, y luego había que montar las exposiciones nuevas con un fuerte olor a pintura como consecuencia de la nula ventilación. A esto hay que añadir que la encargada no nos proporcionase ningún tipo de protección, como podrían ser mascarillas especiales, etc.

Del fuerte olor a pintura que había en las salas se quejaban muchas veces los visitantes que venían a las inauguraciones de las exposiciones.

En las declaraciones que hace la encargada del museo, Ana Lería, al inspector del trabajo, parece que se le olvida cuales eran las misiones que yo tenía que cumplir a diario en mí puesto de trabajo.

Según consta en el informe que me entregó el inspector, la encargada declaro textualmente lo siguiente (copio parte de su declaración en la que se está refiriendo a mí):

“ … su puesto de trabajo era justamente en la entrada del museo que, como se ha indicado, actualmente ocupa una trabajadora de una empresa externa, no trabajando en los almacenes. Ese puesto de trabajo en la entrada está ventilado, aunque las puertas sean correderas de cristal. En todo caso, dado el trabajo que realizaba, podía salir cuando quisiera al exterior, algo que hacía. El trabajador se quejaba del uso de insecticidas y de aerosoles por parte del servicio de limpieza y se limitó ello cuando se encontraba en tales situaciones...”.

Lo primero, aclarar que las puertas a la que se refiere no son correderas, son abatibles y la apertura y cierre están en mal estado, no sé como no se da cuanta de ese detalle el inspector del trabajo.

"¿Por qué no le pregunta el inspector a la encargada del museo por TODAS las cosas que yo he denunciado?"

Lo segundo, la encargada en su declaración obvia, supuestamente, con conocimiento de causa, que las misiones que yo tenía a diario en el museo eran las que constan en el informe que realizó el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del ayuntamiento con fecha 17 de agosto de 2015, número de expediente: 45306/2015, y firmado por el jefe del SPRL Manuel López Montiel. Dichas misiones eran las siguientes: “Control de acceso de personas para las visitas a las distintas exposiciones. Apertura y cierre del museo. Montaje y desmontaje de las distintas exposiciones. Cambio de luminarias. Carga y descarga de materiales y elementos de exposiciones.” Otra de las misiones que hacía también era acompañar y vigilar las salas mientras los visitantes veían las exposiciones.

Por un lado, parece ser que la encargada del museo, Ana Lería, no le dice al inspector del trabajo que mi misión era la de vigilar todas las salas acompañando a los visitantes, tampoco la de cargar y descargar llevando los objetos que fuesen necesario a los almacenes y salas de exposiciones, la de montar exposiciones habiendo un fuerte olor a pintura después de que hayan pintado las paredes y sin que nos proporcionase ningún tipo de protección, etc.

En la denuncia y ampliación de denuncia que entrego por escrito ante la Inspección del Trabajo, pongo en conocimiento bien claro que mi misión era vigilar las salas, desmontar exposiciones habiendo un fuerte olor a pintura en las salas y sin protección, abrir y cerrar el museo, etc. ¿Por qué no le pregunta el inspector a la encargada del museo por TODAS las cosas que yo he denunciado? En el caso de que le haya preguntado, ¿dónde están las respuestas de la encargada? Lo digo porque en el informe no salen.

Desde la Inspección del Trabajo, al igual que sucede con el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del ayuntamiento, cuando van a hacer una inspección conciertan día y hora con los encargados. En mi opinión, sería mucho más eficaz hacer la visita sin avisar a nadie.

Continuará, pues queda mucho por contar.

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