“No más muertes en las fronteras”. La X Marcha por la Dignidad ha vuelto a recordar en Ceuta a las personas que fallecieron, en febrero de 2014, en su intento por cruzar a nado el espigón del Tarajal.
Esa madrugada se escribió una tragedia: la del 6F, y la memoria de esas 15 personas sigue viva. Justicia por ellos, pero también por tantos que pierden su vida intentando un imposible.
Sobre lo que ocurrió aquella madrugada sigue habiendo múltiples versiones según quién cuente la historia. Los que murieron saben perfectamente lo que pasó. “Buscaban otra vida y encontraron la muerte”.
Los implicados en la marcha no dejarán de exigir justicia por Yves, Samba, Daouda, Armand, Luc, Roger Chimie, Larios, Youssourf, Ousmane, Keita, Jeannot, Oumarou y Blaisse. Por eso, desde el Campus Universitario, los manifestantes han ido reclamando justicia. Al grito de “basta de violencias en las fronteras” o “migrar es un derecho” han ido recorriendo las calles de nuestra ciudad hasta llegar al arenal de la playa del Tarajal.
“Migrar es un derecho humano”
Este año la marcha, encabezada por una pancarta en la que podía leerse “migrar es un derecho humano”, ha unido a centenares de personas, con ayuda de agentes de la Policía Local que han estado coordinando el tráfico siguiendo las órdenes de la Policía Nacional y respaldados por Protección Civil.
Los organizadores han hecho hincapié en que a esta situación de “injusticia” se suma una parte de la sociedad que acoge como válidos los mensajes falsos en contra de los inmigrantes, lo que “supone una importante victoria para aquellos que vienen escondiendo el racismo y la xenofobia detrás de la incorrección política”.
“Continuamente vemos cómo, con la complicidad de políticos irresponsables, hoy se difunden bulos sobre quiénes salvan a gente de morir en el mar; se ha conseguido que el acrónimo ‘menor extranjero no acompañado’, que no es más que un niño que vaga solo por el mapa, sea casi un sinónimo de delincuente. ¿En qué momento dejamos de tener humanidad? No permitamos que esto envenene de odio y discriminación a la sociedad”, han insistido.
“Ninguna persona es ilegal”, ese ha sido el grito que más se ha escuchado y el mensaje que más se ha repetido en sus pancartas.
Justicia y dignidad
En el Tarajal se ha pedido otra política migratoria “porque es posible”. “Seguiremos viniendo hasta que haya justicia y reparación para las víctimas y familiares del 6F, hasta que no dejemos de ver muerte, violencia, impunidad, vulneración de leyes y derechos humanos cada día en nuestras fronteras”.
Además han denunciado el sobreseimiento de la causa, así como las muertes de “los hermanos” de Melilla. Han rechazado “las cárceles” que se están montando en Algeciras, ya que una “falta administrativa, no es un delito”.
A pie de espigón se ha vuelto a rendir homenaje a los muertos en aquella fatídica madrugada, se ha recordado sus nombres y sus últimas horas de vida justo en el arenal que fue testigo de lo sucedido. “No más muertes en las fronteras”, han pedido.
Moussa nunca será olvidado por sus compañeros
Asimismo, ha habido un emotivo recuerdo a Moussa, el joven que se quitó la vida en los aledaños del CETI. Un compañero suyo ha reclamado “justicia”, señalando que le dejaron en la calle sin “tener un sitio para dormir y sin comida”.
Ha alabado que Moussa era un “chico bueno” y que lo único que quería era “una vida mejor”. Ha señalado que lo echarán de menos porque era una persona “muy alegre”.
Con la renovación de la placa colocada en la memoria de los fallecidos el 6F, se ha cumplido con un acto que vino para quedarse y que viene a simbolizar que aquel 6 de febrero no se olvida, aunque sean muchas más las historias dramáticas vinculadas a la inmigración que han tenido y tienen a Ceuta, a sus costas y a sus vallas, como testigos de lo sucedido.
En el cementerio de Santa Catalina descansan cinco de aquellos muertos, el resto quedó en Marruecos.
Todos los derechos conllevan obligaciones.