De sondeos, elecciones y cambios

La abstención marcó la pauta. Un elevadísimo porcentaje de ceutíes prefirió no acudir a votar castigando así al Partido Popular, formación política que había mantenido una posición hegemónica, hasta estos comicios, dentro de la política local.

Una dinámica que se escapó en el análisis de todos los sondeos llevados a cabo en la ciudad, con excepción del CIS que sí adelantó la caída del PP pero no el surgimiento del partido de Fatima Hamed. Resulta evidente ante este resultado que cada vez es más complicado elaborar un sondeo que se aproxime con certeza a las verdaderas intenciones del electorado, un electorado que ha perdido la inocencia con respecto a las encuestas políticas y que cada vez, y en mayor proporción, miente deliberadamente y oculta sus intenciones a quien le entrevista. Un nuevo electorado al que deberemos acercarnos con nuevos métodos que complementen al ya tradicional de la encuesta que, en ocasiones como esta, muestra sus carencias a la hora de prever los grandes cambios.
Y es que la clave del cambio ha sido la abstención del votante del PP. Su ausencia en las urnas ha provocado no solo la pérdida de escaños para esta formación, también el hecho de que con prácticamente los mismos votos que en anteriores comicios, algunas formaciones mantengan un  número similar de representantes en la Asamblea local. Sin esta abstención, Caballas habría perdido un representante y el PSOE probablemente no habría alcanzado los cuatro que ahora obtiene.  De igual modo, con una abstención similar a la de los comicios del 2011, Ciudadanos podría no haber obtenido representación y MDyC habría logrado menos representantes. Así que una parte importante del análisis ha de centrarse en esos casi 7.000 votantes del PP que el domingo dejaron de serlo. Es cierto que esta última legislatura ha sido especialmente difícil para el PP, sobre todo por la crisis económica, pero no ha sido ese el único factor importante. A nivel nacional, los casos de corrupción junto con el incumplimiento de promesas electorales muy valoradas por este tipo de votante (como las relativas a los impuestos) y la falta de liderazgo del presidente nacional del partido han favorecido el alejamiento del votante tradicional. Y a nivel local, los responsables del partido deben preguntarse por las causas de este alejamiento sin la autocomplacencia del desgaste de los años de gobierno.
En cuanto al resto de partidos, Caballas pierde votos, lo que vuelve a sembrar la duda sobre si se trata de un proyecto comprendido por los ceutíes; Ciudadanos llega a la asamblea aupado por el tirón nacional del partido pero desinflado con respecto a sus expectativas, en lo que habrá influido posiblemente la conformación de su lista local, y por último, MDyC que se ha convertido en una sorpresa que no contaba en las quinielas de los sondeos o lo hacía de forma más tímida. Fátima ha sido la gran triunfadora, ha seguido una estrategia electoral clara, apostando por un nicho electoral determinado y esto le ha posibilitado un buen resultado, ya que no solo ha recogido parte del voto descontento de Caballas, sino que también ha captado voto nuevo. La irrupción de esta formación vuelve a poner en valor unos ejes de partidos (partidos generales/partidos étnicos) que parecían haberse superado, confirmando el hecho de que una parte de la población de Ceuta prefiere votar a personas en las que se reconoce indentitariamente.

*(Sociólogo y autor de varias encuestas electorales con Sociópolis)