De las avalanchas a la normalidad

De las avalanchas a la tranquilidad. Del caos al asomo de lo que puede ser una frontera medianamente normalizada. El escenario del Tarajal era ayer bien distinto al registrado durante toda la jornada del martes.

Las medidas restrictivas impuestas a ambos lados del paso llevaron a la normalización del problema que se lleva arrastrando ya desde hace meses. El CNP permitió solo la entrada de unos 400 porteadores, y así será siempre mientras no haya otro tipo de órdenes. La Guardia Civil, por su parte, volvió a destinar a los GRS al control de la puerta norte, aunque sin incurrir en el despliegue que llevó a cabo el martes en el que el Instituto Armado contó con más de 60 efectivos sobre el terreno, la práctica totalidad de agentes que en ese momento se encontraban de servicio. El resultado fue el que pudo apreciar cualquier ciudadano en el lado español: no hubo las tremendas colas transformadas en rutinarias y el servicio público, por vez primera desde hacía tiempo, pudo desarrollar su función.
¿Y en Marruecos?  La situación allí era bien distinta. Que solo entraran 400 camalos a Ceuta supuso que miles de ellos se quedaran al otro lado, acumulados en la frontera o incluso en la zona del puente internacional. La Policía Nacional reforzó la presencia de agentes en este punto mientras que Marruecos tuvo que contener los amagos de concentración y protesta que llevaban a cabo quienes no pudieron cruzar. Esta situación repercutió directamente en el resto de personas, sobre todo los trabajadores transfronterizos que fueron mezclados con los camalos y que tuvieron que esperar horas hasta poder llegar al paso fronterizo, mostrar su tarjeta de regularización y, así, cruzar a Ceuta. Esta situación afectó también a los españoles y marroquíes que cruzan a la ciudad, que se vieron afectados por el tapón generado a primera hora de la mañana y que se fue desbloqueando poco a poco.
El paso del Biutz funcionó de manera ordenada durante todo el día, echando su cierre en torno a las 13.00 horas. Por el mismo pasaron cerca de 1.500 personas, un dato significativo toda vez que la Policía Nacional ejecutó un control férreo en Tarajal para permitir la entrada de solo 400 personas. ¿Y la diferencia? Es evidente que se demuestra, mejor que nunca, cuál es el grueso de personas marroquíes que duermen en la ciudad, bien en el interior de naves que funcionan a modo de consignas y en donde se quedan a dormir los porteadores, o bien dentro de almacenes y viviendas del Príncipe en donde se les cobra un alquiler por acogerles para que luego sean los primeros en formar cola. A este número se le añaden personas de Ceuta que se dedican al porteo, aunque éstos en buen número denunciaban ayer a este periódico que las fuerzas de seguridad no les dejan trabajar si descubren que son españoles. Están cobrando 20 euros por ir forrados de bultos y aseguran que se tienen que dedicar a estas prácticas para dar de comer a sus hijos, al tratarse de personas que carecen de ingresos económicos y que, en muchos casos, no reciben ya prestaciones de ningún tipo. Protestan porque se sienten desatendidos por las administraciones y rechazados por las fuerzas de seguridad que les impiden organizar cola en el puente del Biutz.
Las restricciones adoptadas ayer seguirán en los próximos días. Aunque a partir de hoy hay cambios importantes. Tal y como han confirmado fuentes oficiales a este medio, hasta el próximo 11 de enero se mantendrá cerrado el paso fronterizo a la entrada de porteadores, solo podrán cruzar la frontera los trabajadores fronterizos así como otros usuarios, visitantes, turistas o potenciales compradores, amén de la población extranjera o española que cruza habitualmente la frontera. El acuerdo tendrá que ser ejecutado a pie de frontera por las fuerzas de seguridad de ambos países, con la idea de abortar el tránsito de camalos en unas fechas coincidentes con festivos en ambos países y la campaña comercial más fuerte de esta Navidad. Se pretende además dar cierta normalidad al espacio fronterizo.Todos estos movimientos de ficha se ejecutan en un escenario con novedades, ya que se está a la espera inmediata de la licitación de las obras del lado marroquí del ‘Tarajal II’ para que éste pueda estar operativo en febrero o marzo. Con su puesta en marcha se cerraría el paso del Biutz y además se canalizaría el tránsito de los porteadores directamente a este punto sin dejar que la frontera se convierta, como así había pasado, en un Biutz alternativo, retomando su papel de paso fronterizo real.
De hecho durante los últimos meses se había dado la situación de que los porteadores preferían usar la frontera para sacar sus bultos y organizar avalanchas porque de esta manera tenían mayor efectividad y conseguían desestabilizar el control policial establecido tanto en el lado español como en el marroquí.
Tras el despliegue organizado el martes se buscó mostrar a los porteadores las ‘armas’ con las que estaban preparadas las fuerzas de seguridad para impedir que, de organizarse una avalancha, ésta tuviera efecto ya que no se iba a permitir. Tal y como explicaba este medio en su edición de ayer, amagos de avalancha los hubo pero no llegaron a materializarse ante la elevada presencia de agentes de las fuerzas de seguridad que lo impidieron.
Durante el día de ayer solo hubo concentraciones aleatorias de porteadores, pero la explanada del Tarajal así como la playa fronteriza estaban completamente limpias de personas. Eso sí, su estado era lamentable ya que tras la tempestad, no se ordenó la limpieza del arenal que amaneció repleto de cartones y restos de la acumulación de más de 6.000 personas el día anterior.