Ayer resultaba imposible encontrar a un vecino que tuviera las llaves de acceso al tercer nivel del garaje del Edificio Primavera. Sin embargo, entre el 15 de enero y la madrugada del pasado domingo, este aparcamiento ha sido escenario de cuatro incendios provocados que han dejado tras de sí una furgoneta tipo ranchera calcinada en el primer atentado; un vehículo quemado en su interior y un cuadro eléctrico quemado en el segundo; un BMW también inservible en el tercer incendio y, por último, dos coches y una motocicleta reducidas a un amasijo de hierros el 23 de febrero.
Los vecinos aseguran desconocer quién puede estar detrás de estos incidentes que se repiten sin que las fuerzas de seguridad intercepten a su autor a pesar de la investigación abierta para esclarecer estos hechos que engordan el expediente. Por desgracia, los ataques a estos edificios se han convertido en una constante desde la pasada Semana Santa, como relatan algunos de los residentes.
Entonces, los inquilinos de las viviendas denunciaron ante la Jefatura Superior que uno o más individuos, de madrugada, arrojaban por el ojo de patio de los bloques lozas y ladrillos que, al romperse contra el suelo a toda la velocidad, provocaban un estruendo que sobresaltaba al vecindario. Incluso llegaron a impactar contra las ventanas y romperlas, narraron otros residentes.
El Cuerpo Nacional de Policía intensificó su vigilancia en la zona y la comunidad de propietarios optó por instalar un sistema de videovigilancia que, de forma definitiva, disuadió a la persona o al grupo que efectuaba estos lanzamientos de material pesado cada noche sin que nadie viera a alguien entrar o salir.
En ningún momento vinculan ambos hechos, la lluvia de material de obra y los incendios con material inflamable en los garajes, aunque manifiesta su indignación porque son víctimas de desaprensivos que progresivamente destrozan su propiedad.
Justo cuando los vecinos se reponían del tercer incendio, la amenaza volvió a cernirse sobre la comunidad, como publicó este periódico ayer. Las reuniones se están produciendo tras cada incidente, unas juntas en las que se ruega a los vecinos de los bloques del Edificio Primavera, así como a los propietarios de las distintas plazas de garaje, que extremen las medidas de seguridad en prevención de robos, destrozos o incendios en el garanje. Una de las hipótesis de los vecinos apunta a que, tras un hurto en el interior de un automóvil, el ladrón se hizo con un juego de llaves y, desde entonces, se ceba con el inmueble porque, hasta lo que saben, los accesos no han sido forzados.
Aunque la intención de los usuarios del parking era instalar un sistema de videovigilancia como ocurre en otros niveles de aparcamiento de la finca, los arrendatarios de la planta siniestrada no tuvieron tiempo ni de terminar de pintar, labores que ya desarrollaban. “Cualquier día no achicharramos nosotros”, comentó una de las vecinas del bloque, quien añadió que temen “acabar asfixiados” si un incendio de estas características vuelve a repetirse y exigen medidas a las fuerzas de seguridad.
Daños en el parking
Las llamas dejan al descubierto la bóveda del techo
Debido a las elevadas temperaturas que alcanzó el interior del garaje en la madrugada del domingo, la acción de las llamas hizo que se desprendieran los ladrillos que cubrían las bóvedas sobre los vehículos que ardieron. Gregorio García Castañeda, consejero de Medio Ambiente, aseguró que no recibió requerimiento alguno para inspeccionar el inmueble. Los vecinos evitaron emitir una valoración del estado de la estructura del edificio.