¡Asesinos!, ¡todos somos Vanesa!, ¡no nos mires, únete!, ¡justicia! Los gritos, las pancartas y silencios interrumpidos por las lágrimas han marcado la marcha en Ceuta para pedir justicia por la muerte de Vanesa Martín.
La joven de Juan XXIII cuyo cadáver fue encontrado, quemado, dentro de un búnker justo frente a su propia casa. El caso sigue bajo secreto de sumario, nada se sabe de lo ocurrido o, al menos, nada ha trascendido. Por eso la familia, los amigos y vecinos de Vanesa, contando con el respaldo de cientos de ciudadanos, han salido a la calle para, desde Juan XXIII hasta la Plaza de los Reyes, reclamar que este caso no se olvide y exigir, también, seguridad en las calles. A las puertas de la Delegación del Gobierno han sonado los mensajes en forma de gritos, las peticiones de ayuda, las exigencias de seguridad. La delegada, Salvadora Mateos, ha dado la cara, ha bajado de su despacho y se ha dirigido a todos los presentes. Un comportamiento clásico entre quien lleva las riendas de la Delegación, que nunca se ha escondido cuando, sea quien sea, ha reclamado su presencia. “Queremos que se esclarezca qué ha pasado, estamos desde el primer día pendientes de este caso. Ha sido una circunstancia especial, apareció quemada y la autopsia es muy difícil. Hay tres policías dedicados exclusivamente a seguir las huellas de los que estaban, de la situación en que vivía la chica y de la gente que tenía a su alrededor. Su familia lo sabe. Yo he estado visitándola y sabe que estamos pendientes de este tema. Entiendo el dolor que sienten todos y el mío lo mismo. Sé que se está trabajando en este tema y muy bien. Siento muchísimo las circunstancias y hasta que no se esclarezca no vamos a parar”, ha dicho la delegada. La hermana de Vanesa Martín también ha hablado, rota por el dolor, agradeciendo a “algunos” medios de comunicación por el “cariño y respeto” mostrado así como a todos los ceutíes por el apoyo prestado en “estos duros momentos”. “El motivo de la concentración es para pedir justicia por mi hermana, vamos a llegar hasta el final que su muerte no se quede en el olvido, su familia no parará hasta que se haga justicia”. Y así, en una concentración emocionada, marcada por la indignación de los presentes y por el recuerdo de Vanesa se ha dado forma a una protesta que había partido desde la barriada de Vanesa, Juan XXIII. Allí mismo apareció su cuerpo quemado, y desde allí su familia, los vecinos, los amigos y todos aquellos ciudadanos que han querido mostrar su repulsa por los hechos se han encaminado hacia el centro de la ciudad.