De fundaciones, conmemoraciones y aniversarios (1415-2010)

Hace unos cuatro años, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta comenzó a hablar de constituir una fundación, comisión o sociedad que se dedicara a preparar un programa conmemorativo del  VI Centenario de la Conquista de Ceuta. Como siempre, cuando se inician estas cosas, se habló de una institución netamente cultural y despolitizada… Se consultó a políticos y personas de la cultura y, naturalmente, hubo opiniones contrapuestas, con previsión de la reacción y adhesiones que se obtendrían, según lo que se decidiera.
Pasó el tiempo, se cambió de parecer entre la figura de la fundación y la comisión, y hasta se consignaron pequeñas cantidades en los Presupuestos de la Ciudad. Así, todo, decían se haría y se estaba haciendo consensuadamente.
Los últimos días hemos visto aprobarse una Fundación denominada “Ceuta crisol de culturas 2015”, a cuyo frente parece que se situará a un “comisario”; que contará con un “patronato” como órgano de gobierno, y que tendrá financiación externa a la Ciudad Autónoma.
Sobre estos preliminares me gustaría expresar mi opinión personal, que no está alineada con ninguna de las que están saliendo a la luz pública los últimos días.
En primer lugar, creo que la Ciudad debe conmemorar la efeméride de la conquista de Ceuta por Portugal en 1415. Así, a secas. Por ello no me pareció mal aquella primera noticia que se hizo pública sobre una Fundación Ceuta 1415-2015.
Aunque actualmente las palabras parece que tienden a perder su significado, para mí siguen siendo importantes. Conmemorar es “hacer memoria” y eso creo que debemos hacerlo. Nadie negará que “hacer memoria” es bueno y necesario (tenemos actualmente, incluso, una Ley de la Memoria Histórica). Luego, lo que se haga en su nombre será otra cosa y eso es lo que debiera discutirse.
España conmemoró el V Centenario del descubrimiento de América, Gran Bretaña lo hizo con el aniversario de la victoria sobre nuestra Armada Invencible, Marruecos lo hace con la Marcha Verde y el Desastre de Anual o Tarifa lo está haciendo con la conquista de la ciudad en el 711.
En ese sentido, la operación de maquillaje del nombre de la institución ha sido no sólo inútil, sino contraproducente. Lo siento pero a mí, particularmente, no me gusta aquello de los “crisoles”, que me recuerda a otros tiempos… felizmente superados.
Sin duda, los que pasan de la estupefacción a la indignación porque se considere 1415 en Ceuta como una fecha de convivencia tienen toda la razón. El ente ahora creado puede centrarse en el estudio y la protección de esa convivencia –aunque creo que eso ya lo hace la Fundación Premio Convivencia- pero de eso a que lo sea el acto de la conquista…
La conquista ha sido, históricamente, una forma legítima de constituir los estados y de formar sus fronteras. No existe excepción. Sin embargo, la conquista es una ocupación por la fuerza en la que el invasor cautiva, expulsa o elimina al invadido, sean cuales sean los pueblos que las ejecuten.
Ni la comunidad judía ni la musulmana tuvieron continuidad entre la Medina Sebta y la Ceuta lusa. Y si me apuran, ni la Medina Sebta ni en la Ceuta cristiana hubo convivencia entre comunidades religiosas hasta finales del siglo XX. Me explico:
El propio hecho de que un grupo de personas se denomine “comunidad” expresa su segregación del resto de la población. Judíos y cristianos vivieron encerrados en arrabales y alhóndigas en la Ceuta islámica, y judíos y musulmanes lo hicieron bajo llave en la Ceuta cristiana. Eso cuando se toleraba su existencia, en uno y otro caso.
Ceuta ha sido siempre una ciudad especial porque unas comunidades y otras coexistían, se conocían entre sí, procuraban respetarse, y eso ya era algo inaudito en su entorno político-geográfico. Pero nada más. No puede haber convivencia cuando todos no tienen los mismos derechos ni las mismas obligaciones y eso sólo ha ocurrido en Democracia, con la Constitución aprobada y la posibilidad de obtener nacionalidad y residencia en España para quienes no habían nacido aquí o tenían otra religión, ya fueran musulmanes, judíos, hindúes o protestantes.
Según parece, se ha optado por la figura de la Fundación, que da mayor independencia, a lo que no hay nada que objetar. Sin embargo –otra vez el valor de las palabras- parece que se habla de un comisario –qué mal suena- para gestionar o presidir el Patronato. En fin, esperemos que tal figura, que venía de la exposición comisariada o comisión de la que se habló en otros momentos, rectifique su denominación.
Todo esto, como las erratas y errores que han corrido por los mailings de las adhesiones serían cosa pequeña si detrás hubiera un verdadero programa de actuaciones, que no conocemos. Según parece, el Patronato –de alto nivel político en su composición- tendrá las manos libres para configurarlo. Bien.
Tampoco quisiera hablar del tema financiero. Pero sí dejar caer algo que la gente que nos consideramos pertenecientes al mundillo cultural, tenemos claro: Sólo se acuerdan de nosotros cuando no hay dinero. Para quien desee conocer la gráfica de las finanzas municipales andando el tiempo, no tendrán más que examinar en los programas de Feria el número de actuaciones nacionales y locales en cada año, y la tendrán confeccionada rápidamente.
Para terminar, querría hacer algún apunte más, de cosas que me parecen interesantes: Lo primero es que Ceuta no celebró ni conmemoró el V Centenario de la Conquista de Ceuta. Las actas capitulares del Ayuntamiento de Ceuta –que están accesibles en www.ceuta.es/archivo- muestran cómo, a pesar de las propuestas de algunos concejales no se hizo nada, por la crisis local y nacional, y por estar Europa sumida en la I Guerra Mundial.
Como anécdota, decir que todo se redujo a pedir un armisticio internacional –que no tuvo lugar- realizar una función religiosa en la Ermita del Valle con la Corporación bajo mazas y el Pendón Real, aprobar una cantidad para la restauración del templo y, al cambiar el nombre del equipo de futbol de la Ciudad, el Ceuta Sport, darle la fecha de la conquista como fundacional. La anécdota viene ahora: Como nadie se leía los textos lusos, todos seguían afirmando que la conquista fue el 14 de agosto y que la primera Misa se dijo en el Valle.
Portugal sí creó una Comisión Conmemorativa del 5º Centenario de la Toma de Ceuta, por iniciativa de la Academia de las Ciencias de Lisboa y que sirvió para editar y reeditar obras básicas de la historia de nuestra Ciudad como la Crónica de la Tomada de Ceuta de Zurara, la Historia de Ceuta de Mascarenhas o el Libro de la Guerra de Ceuta de Pisano.
Un sigo ha transcurrido y su ejemplo no ha cundido en esta Ciudad en la que brillan por su ausencia los ejemplares y las citas a estas obras básicas sobre nuestro pasado, que desconocen buena parte de los historiadores y eruditos locales y que no son prioridad a la hora de reeditar ni traducir, mal que nos pese a algunos.
Para mí, conmemorar es, como para el Diccionario de la Lengua Española, hacer memoria y ¿qué mejor memoria que divulgar las crónicas y obras medievales que se refieren a Ceuta, ya sean las de Al-Idrisi, Al Bakri o Al-Ansari; como las de Ibn Acnín, Zurara, La Salle o Pisano? Qué mejor memoria que poner en valor nuestra historia y nuestros valores, que debatir sobre qué ha sido nuestra ciudad y qué puede ser, o hacia dónde queremos ir.