Resulta triste y lamentable que aquella guerra de Ifni/Sahara que costó 180 muertos, 500 heridos y unos 80 desaparecidos, a día de hoy es casi desconocida y, aún más lamentable, ignorada.
Gracias a ilustres periodistas y varios militares que dejaron en libros y otras publicaciones, la verdad y cruda realidad del caro tributo de sangre que dejaron aquellos héroes.
Hay que destacar que mi buen amigo el Coronel de infantería Jerónimo García-Ceballos Fernández, viejo legionario y uno de los héroes de las arenas saharianas, en su libro “Mosaico Legionario Sahariano”, dejó escrito los hechos de armas de aquella Campaña.
La IV Bandera en el buque ‘Tarifa’
En junio de 1957 la IV Bandera del II Tercio “Duque de Alba” de la legión, se encontraba en la que fue cuna de la Legión “Dar Riffien”, donde recibe orden de partir inmediatamente al Puerto de Ceuta para embarcar en el Buque de la Armada “Tofiño”, mientras que el mando de la Bandera, con la 3ª Compañía, 4ª y 5ª Compañía embarcaban en el Crucero de la Armada “Méndez Núñez” con rumbo al Sáhara.
Una vez que arribaron a Villa Cisneros no iban a tardar mucho para enfrentarse a la lucha del Desierto, tarea un tanto difícil ya que el nativo saharaui buen guerrero conoce perfectamente el terreno y además tiene la gran ventaja de que sabe camuflarse y pocas veces combate en frente abierto, lo hace en lucha de guerrillas, y la mayor parte de las veces ataca por sorpresa y por la espalda.
La 2ª Compañía destacó sus tres Secciones a los puestos de Auserd, Birnzaran y Aguenit. Posteriormente, en septiembre de 1957, la 1ª Compañía de la IV Bandera era destacada al puesto de Argub, en frente de Villa Cisneros. Desde esta ciudad en una Falua se tarda no más de 20 minutos, mientras que si se hace por tierra se tarda casi unas dos horas.
Más tarde la 1ª Compañía fue destacada a Playa de Aaiun, donde se enfrentó a los ataques a un Convoy de la legión, que le causaron varios heridos al Capitán Venerando Perez Guerra y al Teniente Suarez Huertas, cuyo capitán fallecería días después en el hospital militar de Las Palmas a consecuencia de las graves heridas causadas por los atacantes de las bandas rebeldes del Ejército de liberación marroquí.
La Legión en la Operación ‘Teide’
Tras varias reuniones del General-Gobernador de Ifni/Sahara Mariano Gómez-Zamalloa y Quirce y el Alto Comisario del África Occidental francesa Charles Bourgound con sus respectivos Estados Mayores (la última en el Hotel Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria), se dio visto bueno a la Operación “Teide” para España y “Ecouvillon” para Francia –“escoba” para los franceses-, en tanto en cuanto se pretendía barrer a las Bandas Rebeldes del Sáhara.
A mediados de febrero de 1958 la IV Bandera era encuadrada en la Agrupación “A”, cuyo mando lo ostentaba el Coronel de infantería Manuel Mulero Clemente, un prestigioso soldado con valor acreditado en dos contiendas y que tenía la gran ventaja de conocer perfectamente el Desierto y hablar perfectamente el árabe.
La IV Bandera, que formaba parte en esta Agrupación en el Grupo de Combate, recibió orden de un reconocimiento ofensivo, en cuya misión recibió intenso fuego enemigo y cuyo combate repelió la 2ª Compañía de dicha Bandera que, a su vez, reforzó la vanguardia de la Agrupación “A”, manteniéndose el resto de la Bandera en terreno ocupado en la Saguia el Hamra, en cuya operación resultaron heridos un Cabo 1º y dos legionarios.
La actuación de la IV Bandera en esta Agrupación “A” fue más que destacada, como lo demuestra que el 10 de Febrero de 1958 dicha agrupación se dirigió a Edchera con la misión de cercar a las Bandas rebeldes, encontrando una dura resistencia del enemigo. Al caer la noche el enemigo se dispersó, de modo que el 11 de febrero la IV Bandera pudo llegar a la zona de Ignit y, por fin, el 13 de Febrero alcanzar Snara para relevar a una Compañía Paracaidista del Ejército del Aire y acantonarse.
El 23 de febrero las agrupaciones españolas y francesas se concentran en la zona de Tenuaca, donde estaba concentrado el enemigo y, tras un duro enfrentamiento, el 25 de febrero de 1958 se daba por finalizada la Operación “Teide”.
El tributo de sangre de esta IV Bandera costó la vida de los legionarios Angel Martín Ortiz, Antonio Lopez Flores y Victorino Gonzalez Acosta. Asimismo, acabaron heridos los legionarios Juan Adan Fernández, Fernando Armengol Armengol, Bernardo Canoa Regalado, Luciano Casa la barrera, Epifanio Guijarro Bonilla, Jose Sánchez, Manuel Tienda Sánchez y el Cabo 1º Diego Lorente Luzón.
A buen seguro que el entonces Coronel Jefe del II Tercio “Duque de Alba”, Luis Camos de Retana, debió sentir un inmenso orgullo del heroísmo y sacrificio derrochado en aquella campaña de esta iv Bandera, aunque pagó un caro tributo de sangre de sus héroes.
Con razón el heroísmo de la Legión así lo reconocía y públicamente lo describía el historiador francés Damidaux “…La legión por sus legendarias cualidades de bravura, de abnegación, es la tropa con la que mejor se puede disponer. Sus Banderas son notables en el ataque y en la defensa, y ganan la admiración de cuantos los ven en el fuego…”.
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