Las labores de traslado de residuos desde el vertedero de Santa Catalina hasta el barranco de las Cuevas están a punto de finalizar, cumpliéndose los plazos estimados por la Ciudad. Ahora se está trabajando en las labores de vertido de tierra sobre el nuevo vacie para proceder a sellarlo, con lo que, asegura la Ciudad, ya no olerá. Mientras los ciudadanos aguantan esas “pequeñas molestias” que reconoció la propia portavoz del Ejecutivo. Y así nos topamos con las imágenes de quienes dan la vuelta al Hacho tapandose el rostro con lo que pueden. Otros son más precavidos y ya salen de sus casas con la mascarilla para aminorar en lo más posible el olor. Ahora queda esperar a que termine la obra. ¿Olerá o no olerá después? La Ciudad se ha comprometido al no.