En democracia, el legislador intenta hacer leyes que beneficien al pueblo en su conjunto, que sean abiertas y flexibles, que tenga en cuenta las circunstancias de un momento, de una época. También las leyes buscan un bien común teniendo en cuenta las circunstancias personales y registrando situaciones puntuales que pueden afectar a un colectivo.
La ley del aborto, la ley del divorcio, el derecho a una pensión no contributiva, la memoria histórica, las pensiones de viudedad, las bajas laborales retribuídas, etc.
La picaresca y los enemigos de la justicia entran a saco, como un caballo de Troya. Fingen su respeto, fingen cumplirlas. Se apoyan en ellas para demolerlas destruyendo el espíritu de éstas.
La ley trans es un ejemplo de lo que este CAÑONAZO quiere exponer. La ley trans se aprueba en marzo de 2023 . Un total de 37 solicitudes de cambio de sexo de hombres que dicen sentirse mujeres, pero que, sin embargo, han optado por mantener su nombre masculino y su estado civil continuando así con sus mujeres e hijos.
Da que pensar que la mayoría de todos ellos son policías, guardias civiles y militares; estamos hablando de nuestra ciudad.
El cabo Roberto se acogió a la ley trans y asegura que se siente mujer . Muy bien por el cabo Roberto.
La ley le otorga el derecho a una habitación privada y baño propio para no mezclarse con los hombres y no incomodar a las mujeres, puede llevar pendientes y dejarse el pelo largo, le ha subido la jubilación y, según presume, puede ascender con más facilidad, gracias a las llamadas “medidas de acción positiva”, pensadas para incrementar la presencia femenina en los mandos de las Fuerzas Armadas.
"Yo soy mujer porque cuando te identificas con un ser humano eres ese ser humano y compartes su historia, sus miedos y te preparas con ellas para el frente, para la trinchera, para la guerra de guerrillas"
Las feministas dividieron sus fuerza. Muchísimas mujeres comprometidas como Lidia Falcón, una abogada que siempre ha estado en el ojo del huracán jugándose todo a la lucha de la mujer por la conquista de sus derechos, han visto un ataque machista desde la propia ley. ¿ Son mujeres? ¿Están con ellas sujetando la bandera del activismo? ¿Se manifestan ante todas las injusticias, todos los asesinatos, todas las torturas y todos los feminicidios?¿Lucharán por la brecha salarial, el patriarcado, el machismo recalcitrante, la prostitución, y la trata de esclavas?
Se irán a países en los que las mujeres son cosas, carecen de derechos, son propiedades de los hombres, son ahorcadas por no llevar velo, no pueden ir a la universidad, no pueden conducir, no pueden participar en política, no pueden dejar a su maltratador, tienen que casarse con su violador o ser lapidadas por adúlteras?
¿Estará el cabo Roberto en la primera fila de batalla? Se jugará la vida como mujer en esta eterna lucha como decía mi compañera Paloma Aróstegui, la filósofa que me cambió el mundo desde la mirada más solidaria.
La revolución es otra cosa. No hay nada más fascista y casposo que mandar a la mierda tanta sangre derramada, tantas mujeres desaparecidas y humilladas por esta sociedad de machos.
Yo soy mujer, soy Carlos, no quiero dejar de ser hombre, no quiero ningún beneficio, no quiero nada de nada. Yo soy mujer porque cuando te identificas con un ser humano eres ese ser humano y compartes su historia, sus miedos y te preparas con ellas para el frente, para la trinchera, para la guerra de guerrillas.
Tal vez habrá otra ley para hombres que sean mujeres sin querer dejar de ser hombres sino personas.
Saludos al cabo Roberto.
¡A sus órdenes mi cabo!!