La sociedad nos hace vivir deprisa, no tenemos tiempo para valorar los muchos y buenos servicios que tenemos. No nos paramos a valorar los extraordinarios profesionales que están detrás del rótulo donde leemos “CUIDADOS PALIATIVOS O ASOCIACIÓN CONTRA EL CÁNCER”. Sabemos que existen profesionales que se encargan de atender a los enfermos de cáncer y asociaciones que recaudan dinero para ayudar a los enfermos, pero no sabemos cuánto nos pueden ayudar, ni lo bien que funcionan en su día a día.
El pasado 28 de diciembre, enterramos a Dña. María Gracia Díaz Martín, tenía 65 años. Perdió poco a poco la batalla contra esta enfermedad, pero no se rindió. Fue debilitándose poco a poco, necesitando cada vez más el calor y la atención de su familia, además de una atención profesional para vivir dignamente y con el menor sufrimiento hasta su último día. Ella lo necesitaba y nosotros también, porque esta enfermedad nos apaga a todos un poco, se lleva algo de todos nosotros.
Durante estos años hemos tenido la suerte de estar en manos de los mejores profesionales, no teníamos la menor duda, sabíamos de la capacidad de todos. No teníamos ninguna duda, pero en esta lenta despedida de la vida de María Gracia, hemos comprobado que nuestras expectativas se quedaban cortas, porque que detrás de esas batas blancas, existen unos extraordinarios seres humanos, que nos ayudan a todos en este lento caminar. Una dualidad “profesionalidad y humanidad” de la que nos debemos sentir orgullosos y son dignas de resaltar.
Desde estas líneas queremos agradecer al Servicio de Oncología y Cuidados paliativos su humanidad y profesionalidad y a la Asociación Contra el Cáncer su generosidad en la aportación de todo lo que hemos necesitado y su dedicación.
Gracias por vuestro trabajo y generosidad.