Después de tres largas y eternas semanas, nuestras mascotas vuelven al parque de perros. Muchos de los usuarios hemos mirado el recinto de soslayo, con la tristeza de la demora sin tener mucha fe en la apertura.
Luchamos lo que no está escrito en prensa, radio, televisión, redes sociales y con visita incluida a la tumba de Félix Rodríguez de la Fuente para que intercediera por nosotros ante el consejero de Medio ambiente. Pedir clemencia es lo que nos faltó a este movimiento canino condenado a la diáspora hacia la tierra prometida.
Por fin se abrió nuestro paraíso.
Cuando los operarios hicieron la apertura nos sentimos tan dichosos que corrimos sobre el césped ganando la carrera a cualquier galgo que formaba parte de nuestra manada particular.
Al no tener nada, todas las reformas nos sabían a mano de santo: el césped del Alfonso Murube, las nuevas fuentes, los bancos para personas, los juguetes caninos, cancela de la puerta de entrada, papeleras para cacas con su correspondiente dispensador de bolsas para excrementos.
La zona para perros potencialmente peligrosos no había sido sometida a la reforma revolucionaria del consistorio.
Hete aquí que leo el comunicado de Servicios Urbano: presupuesto 45.000 euros para la reforma.
Desmontaje y retirada del césped artificial existente.
Sustitución de todo el pavimento del césped deteriorado.
Renovación de bebederos y bancos de madera y la colocación de juegos nuevos para los canes.
Obimace ha sido la empresa encargada de ejecutar el proyecto.
Todos muy bien, todos muy contentos, todos saltamos, brincamos y correteamos las verdes praderas del Alfonso Murube.
Ayer, los usuarios del parque que coincidimos a última hora nos preguntamos con sonrisa bobalicona si la consejería habría gastado ya los 45.000 euros.
Todos ponemos la mano en el fuego por la consejería del ramo, pero ¿45.000 euros? ¿Se tuvo que pagar el césped del Alfonso Murube? ¿A qué precio están las dos fuentes nuevas? ¿ De qué material están hechos los recipientes para las heces? ¿Dónde han adquirido las bolsas para recogida de cacas? ¿Qué madera noble han empleado para los cuatro bancos? ¿Y los juguetes? ¿Dónde los han adquirido? Deben valer un ojo de la cara.
Vamos a pedir la cuenta, como en los bares. Es bueno saber qué ha costado la reforma al detalle: mano de obra, materiales, pintura, fuentes, colocación césped, retirada de césped, bancos, juegos y lo que se haya hecho hasta 45.000 euros.
Queremos saberlo todo. Lo mismo nosotros hubiéramos encontrado mejor oferta y habríamos hecho lo mismo por 3.000 euros menos.
Los amantes de los perros somos muuuy ahorradores y pensamos que con ese presupuesto tendríamos otro parque canino en cualquier zona de la ciudad. Bien vendría.
Pues venga, las cuentas claras y el chocolate espeso.
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