Son cuatro familias. 24 niños, de ellos uno con una afección del corazón. Cuatro personas diabéticas. Son los últimos ocupantes de las viviendas situadas en el último rincón de Ceuta, donde se pierde la ciudad y asoma la frontera del Tarajal. Son las víctimas del fenómeno del porteo, que han pasado de vivir con cierta normalidad en sus casas a formar parte de una particular ratonera. Solo tienen una vía de entrada y salida. Ahora se les ha comunicado que se la van a cerrar porque por ahí pasan los
porteadores y a ellos se les culpa de esta situación. Les dicen que es orden de la Delegación del Gobierno, ayer la Policía Local tomó nota de su situación.
Cierre del acceso
Fatima Zoora Mohamed, portavoz de los afectados, pone de manifiesto esta problemática: “Estamos viviendo una situación caótica. Ha quedado solo esta vía de paso. Ayer vino gente de la obra con una orden del Gobierno para cerrar el acceso, pero nosotros no tenemos por qué pagar esta situación por culpa de la gente porteadora”, denuncia. Aquí llevan viviendo desde los años 80, pagando sus impuestos y conforme ha ido avanzado la remodelación del entorno de la frontera se han ido marchando los que residían en otras casas y los que tenían locales, después de haberse alcanzado acuerdos con ellos. En el caso de estas cuatro familias, nadie les ha dado una alternativa.
La rampa fue construida hace unos meses para poder acceder a sus casas y ahora se les comunica que la cierran debido a las entradas de los porteadores que luego bajan por los terrenos donde estaba la antigua escalera. “Es la única vía que tenemos para que vayan los niños al colegio. Aquí estamos cuatro familias viviendo muy mal, hay gente diabética. ¿Pagamos todos los impuestos, pero en qué situación estamos?”, denuncian.
Los afectados se sienten víctimas de esta situación y dejan claro la excusa que les dan: “Qué culpa tenemos, el problema no es cerrarnos a nosotros. Esta es una vía pública, nosotros no podemos controlar a la gente porteadora. Aquí pagamos todos. Se cree que vivimos en una caracola y que no pagamos nada”, denuncia.
"Vivimos como en un gallinero"
Esta mañana se ha presentado la Policía Local para volver a conocer su situación. Están intranquilos, no saben cuándo se les cerrará la rampa lo que, de hacerse, supondrá que queden completamente aislados. Ya, de hecho, viven en pésimas condiciones. Sin contenedores donde dejar la basura y aguantando el tránsito diario de porteadores, la entrada de vehículos ajenos y las peleas. “Estamos viviendo como en un gallinero, cerrados por todos lados. El suelo sin asfaltar… pagamos todo pero nos tienen sin nada. Llevamos aquí desde el año 85 cuando nos dieron estas caracolas de forma provisional. Ellos son los que tienen que avisarnos y trasladarnos a otras casas, pero no lo han hecho todavía”, añaden los vecinos a FAROTV.
“No nos dan ninguna solución. Solo que estemos tranquilos, que el proyecto de la frontera no nos afecta porque nuestras casas van en otro distinto… ¡Pero qué tranquilidad podemos tener! No tenemos ni bidones de basura y eso que pagamos todos los impuestos. El problema lo da la gente porteadora, nosotros no tenemos culpa de esto”. Cuando hay retenciones todas estas familias son víctimas porque ni pueden llegar a sus casas. Si hay altercados también. Y hoy, que se supone que no hay ya porteo, siguen pasando hombres y mujeres por delante de sus casas para cargar. Cerrar la rampa supondrá el aislamiento absoluto para todos estas familias. Hijos de Ceuta, pero hijos en el olvido.