La sección tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 4 años y medio de cárcel a A.H.M. por aprovechar su trabajo como taxista ilegal en Ceuta para realizar tareas de adoctrinamiento y captación de radicales mediante la reproducción de propaganda del Daesh.
"Impartía doctrina, compartía y reproducía vídeos y cánticos de contenido radical en el interior de su vehículo (...) que utilizaba para ejercer de taxista -sin licencia-, para difundir los principios del Daesh y buscar adeptos", asegura la sentencia.
Esos encuentros "eran celebrados generalmente durante la noche utilizando redes wifi públicas o privadas" que habían sido hackeadas para no ser interceptado.
La condena le ha sido impuesta después de que la Fiscalía, única acusación en esta causa, rebajara su petición inicial de 9 años de cárcel a 4 años y 6 meses al aplicarle la atenuante analógica de confesión tardía.
En el juicio, reconoció todas las acusaciones contra él, si bien matizó que los audios y los vídeos de Daesh que reproducía en su taxi los conoció por casualidad y los escuchaba por curiosidad y porque le gustaba la música.
Sobre esto último, la sentencia, por la que también ha sido condenado a 5 años de libertad vigilada y 10 años de inhabilitación para cualquier empleo en la esfera educativa o deportiva, señala que no pueden admitirse esas afirmaciones "porque su forma de actuar y las precauciones que tomaba, demuestran lo contrario".
"Su objetivo era instruirse e instruir a terceros en el ideario y los objetivos" del Daesh y si hubiera encontrado por causalidad ese material "no hubiera adoptado medidas de seguridad para consumirlos como no utilizar wifi propia" ni "se hubiera reunido en lugares seguros como su taxi o la tienda del guantanamero para compartirlos".
Los magistrados consideran así probado que A.H.M., que utilizaba el pseudónimo de Bidel, ya en 2013 manifestó en un artículo en El Mundo "sus deseos de unirse a la Yihad y luchar en Siria o zonas de conflicto".
Reuniones en la tienda Guantanamero
Hasta su detención en abril de 2017, cuando tenía 29 años, mantuvo una relación directa con personas acusadas y condenadas por integración en organización terrorista y acudía habitualmente a reuniones en una tienda llamada Guantanamero, donde escuchaba audios yihadistas y propios del Dáesh.
En todos esos años, añade la Sala, el acusado "ha desarrollado un perfil salafista de alta radicalidad religiosa" lo que le llevó a consumir material propagandístico difundido por la Fundación Al Furkan, productora del Estado Islámico.
Un canal de Telegram
En esa labor, que "obedecía a una estrategia", influía su amigo I.M., procesado en otra causa y creador de un canal de Telegram para difundir ese tipo de archivos yihadistas.
El principal modo de difusión de este material propagandístico destinado a la captación lo desarrolló en el barrio de El Príncipe de Ceuta a bordo de su taxi ilegal, en el que reproducía cánticos yihadistas o aleyas del Corán recitadas por miembros de Al Qaeda y llamamientos a la yihad del líder del Daesh Abu Bakr al-Baghadadi.
Estética salafistas para mantenerse como referencia
El acusado mantenía además "una estética salafista" para transmitir en Ceuta "sus ideales y mantenerse como referencia del salafismo dentro de sus labores de captación", llegando incluso "a impedir el acceso a su vehículo a quien no comparte su sentido religioso".
Pese a las recomendaciones de su madre y de algún allegado para que se quitara la barba, lo que le ayudaría a pasar inadvertido para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, se negó a afeitarse porque, decía, llevar barba era "su obligación".
Q titular más dañoso para el sector del taxi, este sujeto no es taxista ni trabajaba de taxista sino era un pirata ( como se conoce a los q llevan gente con su propio vehículo cobrando por ello) es decir no llevaba taxi ninguno.
Es vergonzoso la justicia en España como pueden darle solo 4 Años a ese perro ?
Es como ese animal que le das de comer y te muerde la mano...
La justicia en España es ..............