El ceutí Emilio Pomares es programador de Software y reside en Madrid desde hace ya cinco años. Ahora mismo está embarcado en un proyecto de un videojuego con el que, prácticamente, se dedica a él de lleno durante la cuarentena por el
coronavirus. También cuenta que no deja de estudiar y formarse y además es profesor universitario. Se describe como un hombre muy casero.
–¿Sigue trabajando en época de cuarentena? –Sí, trabajo desde casa para la empresa Zerouno 01 Games, un publisher de videojuegos que se ha lanzado en el desarrollo de un primer título. En el proyecto en el que trabajo somos dos programadores, aunque también hay una equipo más grande detrás. Yo trabajo en la mecánica de la cámara y en inteligencia artificial de los enemigos. Yo le llamo ‘magia negra extraña’.
–¿Cuánto tiempo lleva de cuarentena en Madrid? ¿cómo es teletrabajar en un proyecto que necesita comunicación fluida? –Llevamos ya un mes de encierro aquí en Madrid, afortunadamente mi empresa no ha recibido un golpe fuerte y todos los trabajadores en nómina trabajamos perfectamente desde casa. Es un fastidio y una lata porque no podemos comunicarnos con normalidad ni con fluidez. Aunque, sin duda, creo que nos podemos considerar afortunados porque en otros negocios es imposible trabajar y seguir con ellos. Es imposible el teletrabajo en tiendas, bares, restaurantes… Creo que nosotros tenemos suerte y estamos luchando para sacar adelante las cosas.
–¿Cómo es su rutina de cuarentena? –Estoy encerrado en mi cápsula espacial, como la llamo yo, a la que quiero escapar al espacio exterior y estoy esperando a que me rescaten. Solamente salgo para lo mínimo, obviamente, pero en realidad tengo de todo a mi disposición. El Mercadona delante y todo entretenimiento de juegos y Netflix... en ese sentido no me puedo quejar y tengo a mis gatos que me hacen compañía.
No solamente trabajo, también estudio mucho y no paro. Las semanas se me están haciendo un ciclo repetitivo y cada una es una copia de la siguiente a la anterior. Tampoco diferencio entre los días de la semana, son todos iguales. No hay variación en mis días. Estoy aprovechando muy bien la cuarentena en nuevos proyectos y estudiar.
A las 20:00 horas salgo a escuchar los aplausos.
–¿Ha habido un antes y un después en su día a día? –Lo malo es que en realidad tampoco me ha cambiado mucho la vida, ese es el problema. La vida de ‘hikikomori’ que llevo… En realidad debería salir más. La diferencia es que cuando estoy demasiado cargado antes quedaba más con amigos y me daba una vuelta y ahora no. Aunque para ser una persona que sale poco a la calle como yo, me siento agobiado. Entonces entiendo a todas las personas y tengo empatía que seguro que lo están pasando mucho peor que yo y lo único que les puedo decir es que ánimo y a aguantar. Esto no es cómodo.
–¿Cómo funciona el proyecto en el que trabaja? –Ahora mismo estoy con nuestra máxima preocupación, aunque ha tocado en la peor fecha, ha coincidido que en plena cuarentena y de muy mala manera -porque nadie predijo esto- prácticamente ha coincidido nuestra campaña de Kickstarter (sitio web de micromecenazgo para proyectos creativos. Mediante Kickstarter se ha financiado una amplia gama de esfuerzos, en este caso sería un videojuego), campaña que estamos peleando salvajemente para conseguir la financiación necesaria para poder seguir adelante con el desarrollo del juego.
Hemos logrado recaudar parte, pero sí que se nota la cuarentena. También en el ánimo y movimiento de la gente, pero seguimos adelante porque no lo queremos dejar de un día para otro. Vamos consiguiendo avances y el juego online que mostramos, un ‘pedacito’, tuvo buena acogida. Por esa parte estamos emocionados y seguimos el equipo entero siguiendo dándolo todo por este proyecto, pero aún así necesitamos el máximo apoyo posible. No es un proyecto pequeño de estudiantes, es muy ambicioso basado en una saga de novelas de David Cabrera. Son momentos raros y difíciles, pero el mundo debe seguir adelante y seguimos trabajando y cobrando.
–¿Cuándo cree que acabará esto? –No soy experto pero mi apuesta es que antes de junio no. En el entorno educativo ya se está hablando de que los exámenes o recuperaciones de junio no se hagan. O se busca una solución online o se aplazan o no sé qué se va a hacer. Yo no contaría con ello viendo los datos, las gráficas y las muertes diarias.
Desafortunadamente creo que todavía nos queda aquí un poco dentro de casa así que hay que buscar cosas interesantes que hacer.