Es cuestión de solidaridad y el PP nacional de Núñez Feijóo está siendo todo menos solidario con Ceuta y Canarias, precisamente los territorios que más se están viendo sometidos a la presión derivada de la entrada de inmigrantes menores de edad.
La política basada en la confrontación no es válida en todo momento. El PP nacional no se está dando cuenta de que enfrentarse al acuerdo gestado entre el Gobierno de la Nación y Canarias está perjudicando directamente a territorios que no pueden más, que arrastran una situación insostenible y que, sobre todo, se enfrentan a la incertidumbre de no saber qué puede pasar en los próximos meses.
El Gobierno de Juan Vivas ha dejado claro que su postura pasa por la defensa de los intereses de los ceutíes. No le queda otra porque es el presidente de todos, no solo de los votantes del PP. Y, como tal, su deber es apoyar, refrendar y buscar las fórmulas que sean beneficiosas para esta tierra.
Por su mera ubicación geográfica, Ceuta y Canarias están siendo receptoras directas de auténticos dramas migratorios. Esto les lleva a tener que echar mano de los recursos que ni siquiera tienen, buscando alojamientos que, debiendo ser temporales, se han convertido en permanentes.
No se puede tener a menores en naves o en iglús sin fecha final, tampoco se puede obligar a una administración a tirar de los recursos ya de por sí ajustados, sin saber además la dimensión de la problemática a la que se enfrenta. Hoy tenemos acogidos a algo más de 400 menores, ¿alguien es capaz de decir cuántos tendremos mañana, pasado, la semana que viene?
Se juega con la incertidumbre de una frontera cuyas repercusiones inciden directamente en esta parte de España que es Ceuta y que requiere de soluciones inmediatas.
Con su actitud, el PP nacional está siendo insolidario con ceutíes y canarios, impidiendo que salga adelante un acuerdo que, guste o no guste, es el mejor para, de momento, lograr que ambos territorios vayan recuperando cierta normalidad.
La inmigración es un asunto de competencia nacional y europea. Ceuta y Canarias no pueden convertirse en meras pelotas de una partida en la que hay dirigentes políticos que no demuestran altura de miras ni están suponiendo el apoyo que sí, al menos hasta la fecha, ha demostrado el Gobierno de España cumpliendo con decretos de aportes económicos y compromisos de que habrá una solución.
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