Cuando los sanitarios te sacan “de las entrañas de la muerte”

Ha vuelto a nacer. Ahora descansa en su casa, en compañía de su familia después de haber pasado días y noches, como se dice, al lado de la muerte. La ha tenido cerca. Mucho. Tanto que pensaba que ya le había llegado su hora. No, a él no le llegó pero sí a las personas que guardaban cama en urgencias esas noches que pasó en el Hospital de Ceuta. Nunca vio sus rostros, pero sí escuchó sus lamentos, como también los esfuerzos de los sanitarios por salvar esas vidas, las carreras o el silencio posterior de la desolación. Una, dos, hasta tres muertes. Y eso marca, eso queda para siempre.

Este es el testimonio de un ceutí, uno de esos que se ‘disfrazó’ socialmente de número dentro del grueso de positivos del que, a diario, informa Ingesa. Su vinculación con el virus apareció sin saber cómo. Dio positivo. Joven, fuerte, sano... pero terminó ingresado en el Hospital, sin poder respirar, “jodido, muy jodido”, explica, y pensando que no lo iba a contar, que no vería más a su familia, que esto terminaba.

Duele, y mucho, tener que leer los comentarios en redes sociales que dudan de las muertes, que acusan a los medios de comunicación de mentir, que insinúan que los fallecimientos no son por Covid o que arremeten cruelmente contra los sanitarios por las muertes que está habiendo. “Están sacando fuerzas de donde no las tienen”, explica emocionado este afectado por coronavirus. Palabras de aprecio, de agradecimiento, que se oponen a las que siente en relación a quienes, en la calle, viven esta situación como si nada estuviera pasando. “Son unos impresentables, no tengo palabras para esos que anteponen su disfrute, el botellón y la borrachera por encima de la salud de los demás. Eso es lo que me indigna, después de pasar el infierno que he pasado... Lo que yo he sentido, cómo ha ido muriendo gente a mi lado, cómo los sanitarios me han sacado de las entrañas de la muerte... para luego ver los comentarios de la gente que lamenta no poder irse de cachondeo... Esos son los que hacen peligrar a toda su familia y a los demás”, lamenta.

Levantarse cada mañana o, sencillamente, respirar. Sí, algo tan sencillo como empezar a hacerlo sin problemas, es el mejor regalo para quien ha burlado al Covid, ese virus maldito que se ha llevado por delante a tanta gente, hombres y mujeres buenos que estaban sanos y que han dejado este mundo de esa forma tan cruel, sin poder sentir los abrazos de sus seres queridos. Esto está pasando, y está pasando en Ceuta. Hay asuntos más graves, más preocupantes que el no poder marchar a la Península, que el no poder celebrar una fiesta, que el no poder acudir a los bares. Hay asuntos más claves como es salvar vidas.

Los sanitarios están siendo víctimas injustas de ataques en redes sociales

Se nos están yendo demasiadas personas. Nunca antes se había vivido en Ceuta una cadena de tantas muertes seguidas. Once en una semana por Covid y muchos más fallecimientos por otras causas. Nunca antes se había enterrado a tanta gente en Santa Catalina o en Sidi Embarek, nunca antes se había concentrado tando dolor acumulado.

Y en medio de esta auténtica batalla están los sanitarios, víctimas de una cadena de mensajes de odio en redes sociales, de mensajes que los ponen como culpables cuando ellos están allí para salvar vidas y lo hacen con escasos recursos. Las horas de trabajo se acumulan, no hay relevos para los descansos, la exposición al virus es permanente, no hay medios, tienen que hacer de todo para salvar vidas porque ese es el objetivo. La sociedad se divide en dos partes, los que están concienciados con lo que está pasando y los que no; los que cumplen las normas y entienden que nos encontramos ante el gran reto de nuestras vidas y los que no. Los que siguen con su fiesta y sus actitudes egoístas y los que no.

Está muriendo gente, los sanitarios están dándolo todo por evitar que la sangría sea mayor, las autoridades están informando de manera constante para que se esté menos en la calle y más en las casas... “Yo he vuelto a nacer, he tenido otro cumpleaños”, explica este afectado. Hay, mientras, mucha gente en sus casas confinadas, sufriendo, viviendo una película de terror que nunca podían haber imaginado. Esa es la realidad, lo que está pasando en Ceuta, no la cantidad de sandeces vertidas desde perfiles falsos que van en un camino contrario al que todos, unidos, tenemos que seguir.