Carta al director | Cuando perdí mi vida

Soy guardia civil retirado y me gustaría compartir mi historia después del asalto masivo en Melilla, el cual me ha hecho revivir lo que a mi me pasó justo en el momento en el que el Tribunal Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional me desestimara el recurso interpuesto ante el Ministerio de Defensa por no reconocer mi retiro como acto de servicio.

Mi vivencia es la siguiente:

CUANDO PERDÍ MI VIDA

Pues esto es lo que sufrimos los guardias civiles y policías defendiendo nuestras fronteras.

¿Y cuando pase una desgracia?

Pues que sepan que ya han pasado unas cuantas. Y además por la parte que nos toca.

¿Qué ha pasado con los agentes heridos?

¿Alguien se ha preocupado por cómo están o qué es de ellos?

Y cuando digo "alguien" me refiero al Gobierno.

Pues déjenme que les diga que no, no se preocupan lo más mínimo. Nos mantienen callados, esperando que pase el tiempo y alargando todo lo posible la situación para que no se sepa lo que sufrimos los heridos en estas actuaciones.

Hay muchos que se recuperan bien pero otros sin embargo no acabamos tan bien como se esperaba. Y esto les supone un problema y una carga.

Es lo que nos ha pasado a unos "pocos" que resultamos heridos de diversa consideración y ese fue el último día que nos pusimos el uniforme. Y encima dándole gracias a Dios de que seguimos vivos.

Esto es lo que me pasó a mi el día 17 de febrero de 2017, mi último servicio, en el que perdí mi vida (no la vida) sin darme cuenta de lo que pasaba realmente.

"Una avalancha más en la que no he tenido suerte. Solo me han partido el codo"

Me llevaron al Hospital y con la fractura, dolorido y cansado tuve que esperar desde las 8 de la mañana hasta casi las 12 a que me atendieran porque estaban saturados atendiendo a inmigrantes que también estaban heridos, me dejaron para el último allí sentado en la sala de espera, con el uniforme puesto y con restos de los enfrentamientos cuerpo a cuerpo y sin camiseta, solo cubierto por la chaqueta del uniforme por encima de los hombros.

Será que esto lo lleva la condición de ser guardia civil...

Pasaban los días y cada vez era más consciente de que ese día fue el que más cerca estuve de perder la vida.

La fractura se recuperó pero me quedó un dolor insoportable que no se quitaba con nada. Lesión en el nervio radial. Pues nada, al quirófano.

Tras la intervención algo de mejoría pero poca. Pasó el tiempo y ese dolor no remitía por lo que me diagnostican dolor neuropático crónico y me mandan a la clínica del dolor. El dolor mejora pero no remite.

A los meses me vuelven a diagnosticar una distrofia simpático refleja. En clínica del dolor me realizan hasta 7 bloqueos en el nervio.

Con el tratamiento consigo que el dolor se reduzca tanto como para darme cuenta de que me dolía el hombro también, así que me hacen unas pruebas y ven que tengo tendones rotos. Pues nada, al quirófano otra vez. Rotura de labrum superior, inferior y porción larga del bíceps.

Durante todo este proceso tengo crisis de ansiedad moderadas que se podían controlar pero cuando me dicen que me vaya olvidando de volver al servicio activo como que te das cuenta de que tu vida ya no va a ser la misma y que lo más seguro es que te retiren del Cuerpo.

Pues nada, al psiquiatra ya que todo esto, el dolor que aún me quedaba y que voy a tener durante toda mi vida, la limitación en la movilidad y la posibilidad tan grande de no volver a trabajar y el no poder hacer actividades cotidianas como andar en bicicleta, moto, deporte, tocar la guitarra... me llevaron a una depresión.

Ahora toca pasar el tribunal médico...

Pues nada, vamos al lío a ver qué pasa.

Pues lo que tenía que pasar, pérdida de condiciones psicofísicas y propuesta de retiro por las lesiones en el brazo y las psiquiátricas.

Pero no nos engañemos que aquí es donde empieza lo bueno. La administración me retira por pérdida de condiciones psicofísicas en NO ACTO DE SERVICIO.

Recursos y más recursos para nada. Siguen SIN RECONOCERLO.

Pues nada, vamos al Contencioso Administrativo que aquí seguro que me dan la razón.

Pues no, resulta que cuando pasé el tribunal médico me ponen en la etiología psiquiátrica "ENDOSITUACIONAL" ¿Eso qué es?

Pues que sin haberme hechos las pertinentes pruebas para afirmar esto de ENDOSITIACIONAL lo ponen por defecto para que no te reconozcan la enfermedad como producida en acto de servicio, ya que la etiología ENDSITUACIONAL se refiere a que el individuo es propenso genéticamente a tener depresión y ansiedad.

No es que ese día casi me matan. No es que tenga que soportar un dolor el resto de mi vida. No es que no pueda mover el brazo. No es que me haya quedado sin trabajo, el cual había sido el sueño de mi vida el ser guardia civil. No, no es nada de esto, es que la depresión es por causas genéticas.

Pues esto es lo que está pasando y no solo conmigo.

Nos olvidan. Nos ignoran. Nos tienen desprotegidos e indefensos.

* Sergio Mariscal García es guardia civil retirado