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“Cuando llegué, la situación de Ceuta no era ni segura ni tranquila”

{jaimage crop="TC" /}Cuando llegó a la Delegación del Gobierno no podía decir que se encontraba en una casa que le era ajena, no en vano en los ocho años del ejecutivo del Partido Popular desde 1996 a 2004 la visitaba con mucha frecuencia y alguna que otra vez también ha estado allí con los delegados socialistas.

Como él mismo confiesa, ahora es distinto. Se ha centrado en muchas cuestiones, pero al final, es la seguridad la que marca el devenir o no de un delegado del Gobierno hoy en día en nuestra ciudad.
- Este despacho lo ha pisado usted muchas veces durante sus dieciocho años como parlamentario. ¿Ha asumido ya que está al otro lado de la mesa?
-Lo asumí desde el minuto uno, porque si no tenía claro que me habían nombrado delegado del Gobierno, difícilmente podría ejercer las funciones que me encomienda el Gobierno de la Nación para Ceuta. ¿Qué al principio me sentía extraño? Pues sí, no le voy a engañar. Aunque sí es verdad que había entrado muchas veces a este despacho, siempre había estado al otro lado de la mesa; el hecho de tener que ser yo quien tomara las decisiones, el que impartiera las instrucciones eso cambia mucho. Pero desde el minuto uno asumí que tenía que ejercer.
- Normalmente son cien días los que se les da a cualquier dirigente político para hacer un análisis. ¿Cómo valoraría usted los suyos?
- Creo que al final uno tiende a ser benévolo con uno mismo. En este caso prefiero no hacer la valoración de cómo lo he hecho o cuáles han sido los temas que he abordado, sino que se haga en la calle. Me someto al criterio popular. No me estoy refiriendo al criterio político, puesto que ahí siempre habrá divergencias entre quienes son partidarios del delegado y quienes hagan opiniones desfavorables porque son contrarios a mi partido. Al final, es la gente de la calle la que no tiene un marco ideológico determinado para decidir, la que te pone la nota.
- Es delegado del Gobierno en la época más austera de la democracia. Siempre se ha tenido la figura del delegado del Gobierno como la del conseguidor, el que obtiene de los Ministerios las diferentes inversiones o los diferentes proyectos. ¿O éso eran otros tiempos?
- Nunca me he considerado un conseguidor, sino una persona que trabaja y que realiza planificaciones e intenta mejorar el entorno de la ciudad. Estoy de acuerdo en que nos encontramos en la época más difícil de nuestro país desde el inicio de la democracia. No es una situación agradable el trabajar en unas condiciones difíciles, porque siempre es más fácil para un político dar que pedir. Ahora nos ha tocado pedir, pedir sacrificios, pedir comprensión. Lo que habitualmente a un político no le gusta y desde el papel institucional que me ha tocado, la verdad es que la situación es delicada. No es una situación corta la que vamos a vivir, sino que va a durar como mínimo medio plazo.
- ¿Se le ha pasado por la imaginación a lo largo de estos cien días que no debería haber aceptado el cargo?
- En ningún momento. Cuando uno está en la función pública y en el mundo de la política, si ese planteamiento se hiciera como consecuencia de la perspectiva de las dificultades que hay, tendríamos que dedicarnos a otra cosa. Hay que renunciar inmediatamente, porque entonces no vales para éso.
- En su dilatada carrera política, usted ha ocupado puestos ejecutivos en la labor del partido, pero luego en la vida pública ha sido durante diecisiete años parlamentario. ¿Tener un puesto ejecutivo obliga a cambiar el chip?
- Hay dos cosas fundamentales en mi caso: por supuesto que en primer lugar se debe tener un proyecto claro de que es lo que se quiere y esa parte no me preocupa porque la he tenido clara desde el minuto uno. Y luego, tengo una ventaja, y es que vengo de un mundo ejecutivo. No soy funcionario y por tanto en el mundo de la empresa privada, las decisiones tienen que ser continuas y constantes. Y esas decisiones conllevan situaciones delicadas, menos delicadas, más favorables o menos favorables. No me afecta para nada porque en el mundo de la empresa privada siempre se tienen que tomar decisiones ejecutivas y es simplemente trasladar la capacidad de trabajo a la vida pública.
- ¿Cuáles son las prioridades que usted ha querido marcar en estos primeros cien días?
- Aparte de los proyectos que pudiera tener en mente, luego en el día a día se producen muchas cosas donde lo cotidiano te marca la jornada.
- ¿Le han dicho algo de esa petición que le hizo al ministro de trasladar al Príncipe la Jefatura Superior?
- Estamos en un proyecto de la legislatura. Tenemos que impulsar que a partir de los próximos presupuestos los de 2013, porque los de ahora serán solamente para la mitad del año, sea cuando todas estas ideas que han sido bien aceptadas por el Ministerio del Interior se pongan en marcha.
- ¿Cómo se ha encontrado usted el tema de la seguridad?
- Me encontré el tema de la seguridad de una manera que no me gustaba, porque independientemente de factores técnicos, la Administración debe promover que el ciudadano se sienta seguro y tranquilo y cuando he llegado a este despacho, la situación de Ceuta no era ni segura ni tranquila en la percepción que tienen los ciudadanos. Luego hay elementos objetivos que ayudan a que esa inseguridad sea perceptible por los ciudadanos. Nos hemos puesto a trabajar para que ésto cambie. No me cabe la menor duda de que los funcionarios que tienen responsabilidades de ejecutar la política de seguridad hacen bien su trabajo, pero las directrices que se les dan ahora han cambiado la forma de trabajo. Una cosa es que ellos  trabajen y otra cosa es que el marco político de impulso de la seguridad se haga de manera distinta.
- ¿Estaríamos hablando que antes hubiera una dejación de  funciones?
- No me atrevería a decir tanto, podría hablar de cierta relajación a la hora de exigir resultados. De todas maneras, mi misión es mirar hacia adelante y no hacia atrás, aunque de todo se aprende.    
- ¿Piensa usted que si hay penas fuertes para quienes queman vehículos y son detenidos servirá como aviso a navegantes para los próximos?
- No se si frenará o no. El problema está en que si alguien hace algo o delinque y le sale gratis, ¿qué le impide volverlo a repetir? Las medidas coercitivas tienen su función. Eso no significa que renunciemos a las medidas de reinserción o a las medidas de que las personas tienen derecho a una segunda oportunidad....son medidas que están perfectamente establecidas por la ley, pero está claro que si sale gratis, no pasa nada y entonces vamos a reincidir. Si la legislación se aplica en sus términos más duros, incluso la actual, es muy posible que haya mucha gente que antes de cometer un delito se tiente la ropa.
- Hablábamos antes que a usted le tocaba bailar con la más fea. Aquí se habla de necesidades en la Policía Nacional y Guardia Civil, ¿pero no parece que vayan a venir muchos agentes?
- Es una época difícil. En el Cuerpo Nacional de Policía va a existir un incremento de unas veinticinco personas para cubrir el catálogo de puestos de trabajo que tienen. Espero que sea suficiente para cubrir la plantilla en un porcentaje alto. De todas maneras, soy de los que opino que cuanto hay ratios que son de los más altos de España, tampoco podemos estar pidiendo más de lo que tenemos, salvo en casos puntuales en que pudiera producirse algún tipo de actividad delictiva y no quede más remedio que recurrir a otros instrumentos que no sean los de nuestra ciudad. Sí reconozco que Ceuta es una ciudad que tiene una complejidad grande y ello detrae muchos servicios de los que podrían estar en seguridad ciudadana. Pero estoy seguro que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado demostrarán su profesionalidad y quitarán esa sensación de que las cosas no se hacen bien. Como delegado del Gobierno mantengo que son magníficos profesionales y que trabajan con absoluta dedicación a la función que tienen encomendada.
- ¿Ha podido incrementar la colaboración entre la Guardia Civil y la Policía Nacional?
- Pienso que existe, lo que sucede es que cada Cuerpo tiene unas funciones encomendadas. Pero no pasa solamente en Ceuta, porque puede existir que haya una investigación que por desconocimiento de unos o de otros se esté llevando simultáneamente, pero al final siempre hay un punto de encuentro donde los dos Cuerpos se ponen de acuerdo para llevarla a cabo. De todas maneras, tenemos planificada una serie de modificaciones dentro de la estructura de ejecución del trabajo que tiene encomendado cada Cuerpo que al final darán una fuerza mayor y eso redundará en beneficio de todos los ciudadanos.
-¿Es consciente el delegado del Gobierno que está en un puesto donde aunque trabaje muchas horas, una pequeña acción exterior puede hacer que se tambalee?
- En política se puede estar trabajando magníficamente durante quince años y en diez segundos se puede venir abajo todo el trabajo. En un cargo ejecutivo, en particular. Mi carácter impide que sea una persona que tenga miedo a tomar decisiones. Es preferible tomar decisiones para que las cosas se hagan, de manera independiente del resultado. No lo pienso, porque cuando tomo una decisión no estoy pensando si mi puesto está en solfa o no, porque al final me quedaría tranquilo, callado, pasarían los años y al final la gente diría que este delegado del Gobierno no ha generado ninguna polémica. También es cierto que en mi conciencia quedaría que no habría hecho nada de lo que tenía que poner en marcha y no podría dormir a gusto nunca.
- ¿Cuándo va a traer al primer ministro a Ceuta?
- Habrá visitas de ministros a Ceuta, pero espero que sean los ministros quienes las adecuen, porque yo no soy nadie para pedir que vengan, ya que la representación del Gobierno en Ceuta la tiene el delegado. Por lo tanto, el día a día la llevo a cabo con normalidad. Cuando un ministro decida venir, es cierto que he invitado a varios, que lo haga, porque pienso que es lo normal, para contarnos algo bueno y en estos momentos haya que esperar un tiempo para obtener esa respuesta positiva. Prefiero que trabajen en Madrid, que vayan sacando a nuestro país adelante y que cuando llegue el momento oportuno nos visiten y nos cuenten las novedades que van a llevar.
-Usted ha puesto el cierre al proyecto puerto-frontera. ¿Piensa que en estos momentos es una inutilidad?
- Inicié mis pasos en Ceuta trabajando en el puerto. Entonces, había una aglomeración importante de vehículos que colapsaban la ciudad durante la OPE. Hubiera sido el momento idóneo para tomar la decisión y que la fluidez de la salida del puerto o entrada por la frontera fuera mucho más rápida. Hoy en día, debido el gran número de rotaciones en los barcos, la poca retención tanto a un lado como al otro del Estrecho es mínima y por tanto, una inversión de cuarenta y tres millones de euros para esa función, inicialmente no la creo necesaria. Cuando regresen las condiciones económicas favorables o de bonanza, es un proyecto que se podría recuperar, pero no con el sentido que se le había dado, sino como una redistribución de la circulación con acceso a distintas barriadas. Hoy por hoy está descartado.
- Con la Ciudad Autónoma están trabajando de manera conjunta en la captación de inversiones privadas. ¿Cómo marchan estos contactos?
- Va bastante bien. Estamos lanzando una oferta de una ciudad que tiene una serie de ventajas notables para empresarios que quieran invertir y estamos dando los primeros pasos. Existe receptividad por parte de algunos colectivos empresariales y veremos si conseguimos si ese ofrecimiento conjunto tiene resultados positivos para el empleo, que es la primera preocupación en nuestro país.

“Pedí flexibilidad para reunirme con los walid”

En la primera entrevista que le hicimos cuando tomó posesión ya hablamos de las relaciones con el vecino país y nunca negó que los contactos directos con los gobernadores marroquíes fueran buenos y en ese trabajo está actuando.
- ¿Habla usted de que en estos cien días se ha mejorado el tránsito en la frontera y en el paso del Biutz?
- La frontera de Ceuta tiene que compendiar dos factores que son importantísimos. Por un lado, nos encontramos con la seguridad, que para mí es fundamental. Ceuta es un objetivo del islamismo radical y tenemos que ser muy serios a la hora de determinar la seguridad de entrada a nuestra ciudad. Pero hay que buscar la justa medida de la seguridad con la fluidez del tráfico de personas que entran por la aduana. Tenemos que agilizar aquellos que por convenio entre España y Marruecos no necesitan visado para que vengan a desarrollar actividades de compra o de ocio y es bueno para nosotros. Hay que ser lo suficientemente hábil como para garantizar la seguridad y permitir un paso fluido. Eso se está haciendo en estos momentos. Hay menos aglomeraciones y se ha pedido colaboración a las autoridades fronterizas marroquíes y hasta ahora las estamos recibiendo.
- ¿Y en el paso del Biutz?
- Se ha hecho lo mismo. Procurar que no haya aglomeraciones exageradas, que haya fluídez en los pasos dentro de las posibilidades y hasta ahora está funcionando bastante bien. Siempre dentro de que todos los días recibimos a miles de personas y en momentos puntuales puede haber aglomeraciones. Fundamentalmente, lo que quiero es que esta zona de la frontera del Tarajal sea una zona libre de aglomeraciones, tanto en el paso de vehículos como de porteadores.
- ¿Es cierto que usted ha recibido las bendiciones desde Madrid para que pueda mantener contactos con las autoridades del otro lado de la frontera?
- No es exactamente así. He pedido cierta flexibilidad a la hora de tener relaciones oficiosas con mis homónimos del otro lado de la frontera y Madrid no ha puesto ninguna pega. Al contrario, han indicado que si consiguiéramos mejorar esas relaciones sería muy bienvenido por el Gobierno de España.
- ¿Ha mantenido ya esas relaciones?
- Conversaciones presenciales, no.
- ¿Piensa que es un buen camino para arreglar los problemas domésticos?
- Cuando hay una vecindad, lo mejor que se puede pretender es que haya una buena relación y que haya fluidez en las decisiones que se tomen entre ambas partes. Es lo que estoy buscando como delegado y estoy recibiendo buenas sensaciones desde el otro lado de la frontera
- A lo largo de estos cien días ha hablado de algunos cambios en la legislación, o al menos que lo iba a intentar, como en el caso de las nacionalidades o en el caso de los MENA.
- He hablado con el subsecretario de Justicia, le he comentado cual es la problemática y digamos que hay sensibilidad en Madrid que permitan mejora la situación en nuestra ciudad. Lo que sí está claro es que con los instrumentos legales que ahora hay si podemos actuar en contra del fraude de residencia, de nacionalidades, de acceder a ayudas que el Gobierno español establece para personas que tengan carencias y que lógicamente se haga una inspección que estas personas reúnan todos los requisitos exigidos por la ley y uno de ellos es, desde luego, el vivir en nuestra ciudad, por ejemplo. A lo mejor la gente no lo sabe: si una persona tiene residencia en Ceuta, hace el traslado de su expediente para cobrar el paro en Ceuta, no puede vivir en Marruecos.

“Los mejores asesores que tienen los políticos son los ciudadanos”

- ¿Ha tenido usted presiones de su partido para el nombramiento de su equipo tanto el más cercano como el resto de directores provinciales?
- No ha existido ni la más remota sugerencia, ni petición, ni nada de nada. No he tenido ni el más mínimo problema. Las decisiones que se han tomado desde la Delegación del Gobierno sobre las distintas áreas han sido realizadas en exclusiva por el delegado del Gobierno.
-En este tiempo también ha trabajado usted en el fomento del establecimiento de proyectos de inversión en áreas dependientes de la Delegación...
- Son proyectos que dependen directamente del ámbito público-privado; es decir, inversiones que se tienen que realizar en nuestra ciudad y que pueden tener carácter público o carácter privado. Pongo un ejemplo: la N-352, porque entiendo que Ceuta se merece que el último kilómetro y medio hasta la frontera sea la entrada desde Marruecos a una ciudad europea y no la sensación que ofrece muchas veces de que no es una ciudad europea. O empezar a pensar que hay que incentivar desde la Administración General del Estado a grandes inversiones como podría ser un ejemplo hipotético, un puerto deportivo en nuestra ciudad.
- ¿Qué quiere mejorar usted de la Sanidad de Ceuta?
- En primer lugar en la confianza de los propios trabajadores de la Sanidad del Ingesa. Ha existido una donde los trabajadores estaban, pero no estaban a gusto. De manera independiente a que existirán modificaciones sobre las exigencias que se realizarán a los profesionales de la Sanidad, que al final redundarán en su beneficio y luego, fundamentalmente, de la calidad asistencial. Hay que tomar medidas para que la calidad asistencial que se ofrece en Ceuta que no es por falta de profesionales, se mejore sustancialmente. Hay que reducir las listas de espera en las consultas externas, hay que mejorar la atención a los ciudadanos que asisten a esas consultas externas, hay que reducir las listas de espera en quirófanos. No se hace de un día para otro, sino efectuar una buena planificación y ponerse unas fechas para que esos datos se vayan cumpliendo para llegar a la máxima optimización.
- En Educación el principal problema es la falta de colegios. ¿Habrá que esperar a que se desaloje la Facultad de Humanidades?
- No sabemos si va a ir enfocada a enseñanza primaria o secundaria. Todo dependerá de las ratios de alumnos y de las necesidades que se planteen en función de las matriculaciones que se hagan en el curso 2012-2013. De todas maneras, se pondría en funcionamiento para 2014.
- ¿A los vecinos del Príncipe Alfonso se les puede decir algo más?
- Que hay un proyecto de convenio de colaboración entre las instituciones que está terminándose de planificar, que se ha insistido en ciertas inversiones para la redistribución del saneamiento, que vamos a insistir en la seguridad y además procurar que los vecinos encuentren esa tranquilidad en una barriada que no tiene porqué ser diferente.
- Usted se ha tenido que venir a vivir a la Delegación del Gobierno y habrá días que no pisa la calle. ¿Ha perdido el contacto con la realidad?
- Procuro no perderlo, porque no me gusta el síndrome de la burbuja. Los mejores asesores que tienen los políticos son los ciudadanos y el pulso de la calle. Eso es una cosa que siempre lo he tenido presente desde el inicio de mi actividad política. Me gusta tener reuniones con los colectivos, tanto en la calle, como cuando te paran, te dicen...siempre escucho a los ciudadanos, por si en algún momento me describen una realidad de la que no tengo esa percepción. He prohibido a mi gabinete, y es una prohibición expresa, que no necesito aduladores, sino asesores. En los tres meses que llevo en la Delegación he recibido a 257 colectivos. Mis puertas, vuelvo a repetir, están abiertas para todos los ceutíes.

quino Tuvo muy claro desde el primer minuto que había que tomar decisiones.
quino No le tiembla el pulso a la hora de toma decisiones.

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