En agosto de 2001 Abselam Hamido Mohamed falleció tras sufrir un accidente laboral en una obra. Sus hijos reclaman que se celebre el juicio por el que llevan esperando quince años.
Abselam Hamido Mohamed falleció el 21 de agosto de 2001 tras precipitarse por el hueco de la escalera de un edificio en construcción. Desde entonces y a día de hoy, sus cuatro hijos esperan que se celebre un juicio que no llega. Quince años esperando que se haga justicia, pues consideran que su padre cayó y falleció por las lesiones sufridas a causa de la carencia de medidas de seguridad en la obra. Sin embargo, hasta día de hoy la causa judicial sigue estancada en el Juzgado de Instrucción número 3 de nuestra ciudad. “Es una pasada”, asegura una de las hijas de Abselam Hamido, Sohora. En conversación telefónica con El Faro, la mujer explica que durante estos años el procedimiento judicial no ha salido del Juzgado de Instrucción a pesar de que los escritos de la acusación particular y la fiscalía ya están redactados. Unos escritos en los que piden al titular del Juzgado que eleve el caso al Penal para la celebración del juicio correspondiente. Pero no hay fecha para la vista porque la causa sigue en instrucción.
El tiempo no devolverá a Sohora y a su hermano Mohamed Said a su padre, pero al menos contarían con el consuelo de la celebración de un juicio que hiciera justicia. Mohamed Said lamenta la lentitud de la justicia, pero también cree que su abogado no se ha implicado lo suficiente. Confiaron en el letrado en el que su padre en vida había depositado su confianza, pero a día de hoy no comprenden por qué no se ha celebrado el juicio, por qué se está dilatando en el tiempo el resolver quién pudo o no ser responsable de la muerte de su padre.
El ciclo de la vida
La preocupación de la familia va creciendo no solamente por el futuro incierto de la causa judicial estancada en el Juzgado de Instrucción, si no porque algunos de los imputados y que consideran responsables de la muerte de su padre han fallecido en los últimos años, así como los testigos o los responsables de las empresas que estaban trabajando en la construcción de un edificio de viviendas en la calle Real número 81.
Concretamente, la familia acusa a seis personas como coautores de un delito contra los derechos de los trabajadores en concurso real con otro delito de homicidio imprudente, mientras que a las empresas implicadas en la construcción del inmueble las apuntan como responsables civiles de lo sucedido.
¿Qué ocurrió?
El día 21 de agosto de 2001 Abselam Hamido Mohamed estaba trabajando con otros compañeros el segundo forjado del edificio que estaban construyendo en la calle Real, número 81. Según reza en el escrito de acusación, “al trasladar unos puntales (Abselam Hamido) se precipitó por el hueco de la escalera al carecer, sin que ninguno de los acusados hubiera establecido, de las preceptivas barandillas u otro medio de protección”. El trabajador cayó desde una altura de 3,6 metros, pero falleció horas después en el hospital a causa de las lesiones sufridas en la caída.
La familia apunta al encargado de la obra como primer ‘culpable’ de lo acaecido, además de los responsables de la empresa promotora de la construcción de las viviendas, a los arquitectos técnicos responsables del plan de obras y de seguridad y los responsables de la empresa contratista.
Aunque uno de los hijos de Abselam Hamido asegura que nunca han percibido ningún dinero por el fallecimiento de su padre, en el mismo escrito de acusación consta que la empresa aseguradora contratada por el contratista sí abonó una indemnización de 34.588 euros a los familiares, según el convenio de la construcción de la ciudad de Ceuta.
Para los acusados en este procedimiento tanto la acusación particular como la Fiscalía solicita penas de prisión y de inhabilitación para el ejercicio de la profesión, así como el pago de la indemnización por los delitos contra los derechos de los trabajadores y homicidio imprudente en concurso real.
Ambos escritos están fechados en febrero y marzo de 2012, con ya cierta demora, respecto a agosto de 2001 cuando ocurrieron los hechos. Pero desde 2012 hasta hoy aún no se ha puesto fecha para la celebración del juicio.
¿Por qué tanta demora?
La vista debería celebrarse en los juzgados de lo Penal, pero la causa sigue atascada en el Juzgado de Instrucción número 3 de nuestra ciudad. La familia entiende que las personas imputadas y las empresas a las que considera responsables civiles están en su derecho de presentar los recursos que estimen convenientes, pero no comprenden que la resolución de estos trámites se puedan demorar y arrastrar esta causa durante quince años.
A ello se le suma el fallecimiento de algunos de los imputados y temen, como afirma Sohora, que sin fecha para juicio puedan seguir falleciendo los presuntos responsables y testigos de la muerte de su padre.
El abogado eleva una queja al CGPJ
El abogado de la familia que ha seguido la causa por la muerte de Abselam Hamido Mohamed, Jorge Gil Pacheco, dijo ayer a El Faro compartir la indignación de la familia por la demora que está teniendo este procedimiento judicial.
Tampoco se explica cómo una causa puede prolongarse durante quince años sin que haya salido del Juzgado de Instrucción. Todo ello a pesar de los escritos remitidos para que el juez diera al procedimiento “el impulso procesal” para que se elevara a la jurisdicción penal y así poder celebrar el juicio. Gil Pacheco explica que, de los acusados, entre ocho y nueve han ido presentando recursos cuya resolución se ha prolongado durante uno o dos años, sumando así más tiempo. “Es una dilación indebida completamente”, aseveró.
El letrado reconoce que la causa judicial por el fallecimiento de Abselam Hamido Mohamed es “compleja” y ‘culpa’ también en cierta manera al Juzgado por la lentitud en el ritmo procesal. Esta complejidad se viene a agravar en los últimos meses con el fallecimiento de algunos de los imputados que conllevará, en opinión del abogado, la búsqueda de los herederos. Más trámites, más tiempo y más espera para los familiares, en consecuencia.
“Es un desastre por todos lados”, lamenta Gil Pacheco, pero asegura que ha interpuesto una queja ante el Consejo General de Poder Judicial (CGPJ), órgano al que ha remitido una copia del expediente, al menos para dejar constancia del estancamiento de una causa que requiere y reclama (la familia) justicia.