Categorías: Opinión

Cuando el hambre es mercancía política

Recas es un pequeño pueblo de Toledo,que con poco más de cuatro mil habitantes sostiene un comedor social en la escuela desde 2013, alimentando a 68 niños diariamente, y nada de esto sería noticia si no fuese porque su alcaldesa ha propuesto que, para beneficiarse de la solidaridad de este pueblo, el niño debe estar empadronado en él.

Como en la bajeza política todo vale y no es la primera vez que el hambre infantil se utiliza como arma arrojadiza, todos se posicionan demagógicamente en contra de la ocurrencia de la alcaldesa, sin reflexionar por un momento y pensar que eso es lo mismo que hacemos todos desde la humildad de nuestros bolsillos ¿O acaso es usted de los pocos humanos que habitan la tierra desprendiéndose de todo en favor de los pobres?
El dinero público tiene prioridades y alimentar a la infancia más desfavorecida debe ser una de ellas, así que no comparto la medida que esta alcaldesa pretende llevar a cabo, mucho menos cuando todo apunta a que por mucho fraude y efecto llamada que exista en ese comedor de solidaridad española, el ahorro por esta medida es una pequeñez comparada con otros gastos de ese ayuntamiento. Pero reflexionemos por un momento ¿Cuántas veces nos hemos quejado por el abuso que del hospital hacen desde el otro lado de la frontera? ¿Y de un comedor social en Ceuta? ¿Y de otras prestaciones sociales? Salvo para embusteros redomados, aquí en Ceuta entendemos muy bien lo que quiere decir la alcaldesa de Recas cuando propone esa desafortunada medida.
A todo esto hay que añadir que el problema no surge por los 700 inmigrantes que trabajan en la ganadería y agricultura, sino por un movimiento ocupa que está invadiendo el pueblo y dicen no tener nada, ni trabajo ni otros recursos, irrumpiendo en locales y viviendas vacías (eso no quiere decir sin dueño), y que en palabras de los requeños hacen que “la convivencia no sea nada fácil”.
No caigamos en la trampa política y afrontemos, desde la caridad y la solidaridad, las necesidades que existen dentro de nuestras fronteras, sean o no ciudadanos de pleno derecho, recordando en cada acto y en cada euro gastado del erario público que ni la solidaridad, ni la caridad son exigibles, sino cualidades que toda ciudadanía de bien debería practicar.
Al final siempre pagan los más débiles, en este caso los niños, que sin comerlo ni beberlo van a ser los portadores de una moneda de cambio política, el hambre. Y es que, a veces, es mejor ser esquilmados por una razón injusta que por mil justas. O como decían los antiguos: “tú haz el bien, y no mires a quién”.

Entradas recientes

El paro aumenta en Ceuta con otros 109 desempleados

El número de personas desempleadas, que se encuentran inscritas en la Oficina del Servicio Público…

02/10/2024

La 'Marina' con poca iluminación y árboles sin podar

Los usuarios de las pistas polideportivas del Parque Urbano Juan Carlos I, en Ceuta, más…

02/10/2024

Juan José Tamayo: “La sociedad de Ceuta es el espejo y el referente del pluralismo religioso”

Juan José Tamayo, doctorado por la Universidad Pontificia de Salamanca, ha dedicado su vida a…

02/10/2024

El 'Canty', en busca y captura, se enfrenta a cárcel por disparos en el Príncipe

El magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta tuvo que suspender…

02/10/2024

La barriada Grupo Solís dice: "¡Basta!"

Juana María Galán, vecina de la barriada Grupo Solís, ha alzado la voz en nombre…

02/10/2024

Oposiciones de la Guardia Civil: otra fecha de examen y jornada única

“En las mismas condiciones y en las mismas sedes, aulas y horario que fueron citados”.…

02/10/2024