Esta es la situación que hay en la actualidad y que está provocando quejas entre usuarios de estas playas y las asociaciones vecinales. ¿Por qué? Porque reclaman la misma seguridad preventiva que pueda haber en las demás playas. “¿Qué pasa, que han previsto que entre semana no se pueda ahogar algún bañista en Benítez y por eso no ponen la vigilancia?”, increpaba ayer un usuario. El presidente de la barriada ha trasladado ya estas quejas a través de los medios, como lo han hecho otros presidentes vecinales como es el caso del de la barriada del Príncipe por la falta de esa vigilancia en el Tarajal.
Cruz Roja sólo cumple con lo ordenado por la Ciudad. A ellos se les encomienda una vigilancia en concreto que es la que tienen que cumplir, de ahí que esas críticas deben orientarse más hacia la institución municipal, que es la que ha establecido este tipo de convenio, y no hacia la entidad humanitaria.
Entre semana alrededor de 25 voluntarios de Cruz Roja están vigilando Chorrillo y Ribera, cifra que se aumenta los fines de semana con otros 23 más para el resto de las playas.
Esta es la situación que hay y la que está ocasionando críticas, más o menos violentas, entre usuarios de las playas que denuncian el peligro en que el que quedan las diferentes áreas que, en otros años, sí se han cubierto en el día a día.
La Ciudad anunció el pasado 25 de mayo que destinaría 231.000 euros a garantizar la vigilancia en las playas, sin que especificara en aquel Consejo de Gobierno la realidad que hoy se está dando.
Incendio en una vivienda en Juan Carlos I
Bomberos tuvo que intervenir en la tarde de ayer en varios incendios, siendo el más aparatoso el registrado en una vivienda en Juan Carlos I. Los agentes acudieron avisados de la existencia de humo que salía de una de las habitaciones de la vivienda, controlando las llamas que se habían ocasionado. Una persona resultó herida pero no por el incendio en sí, sino por una caída que habría tenido en el interior de la casa, según informaron desde el Servicio de Extinción. Casi al mismo tiempo tenían que acudir a sofocar las llamas en un vertedero del Serrallo, trabajo que se estaba complicando debido al viento y la cercanía de viviendas, aunque al final se controló sin complicaciones. También hubo que intervenir en la ya quema habitual de rastrojos que hubo en la barriada del Príncipe Felipe. Allí acudieron escoltados por la Policía Nacional para evitar los apedreamientos.