Que el hecho de que el estreno de una película de la saga de Rambo a estas alturas del teatrillo no despierte el interés de antaño puede que nos haga pasar por alto la circunstancia de que a un señor de 73 años, por buen estado físico en el que se encuentre, le dé el siroco y se lie a tiros y machetazos con medio Méjico.
Pues ahí está el tío, rozando peligrosamente el ridículo sin llegar a traspasar esa línea a golpe (y disparo) de dignidad y una imagen labrada con el paso del tiempo que ha cimentado con firmeza un buen número de incondicionales por todo el Mundo y parte del extranjero.
Rambo: Last Blood no pretende enseñar al personaje como lo tenemos en la retina, obviamente, sino al crepuscular que se ha alejado de la acción pero sigue como unas maracas debido a los traumas de Vietman. Son otros tiempos y la lógica hace que nos suene mucho más lejano todo esto. El mítico personaje al que interpreta Sylvester Stallone está retirado en su rancho familiar, pero la socorrida y recurrente desaparición de un ser querido le hace cruzarse la frontera para dejar Méjico a la altura del betún como un país de delincuentes y de paso demostrarle a todo un poderoso cartel cómo se las sigue gastando, que quien tuvo, retuvo, y que no se le ha pasado el mal genio.
Los encargados de abrir esa caja de Pandora para experimentar la furia asesina de Rambo, haciendo de hermanos dirigentes del cartel son los españoles Sergio Peris-Mencheta y Óscar Jaenada, sin duda escogidos por sus respectivos aspectos de malos malísimos; pero qué manía de contratar a españoles para hacer de mejicanos, con lo sencillo que debe de ser contratar a mejicanos para hacer de mejicanos… Para completar un plantel de secundarios con poca enjundia tenemos a la también española Paz Vega en el rol de periodista que pasaba por allí y a la que le salpica un poco de la sangre desatada tras la tormenta perfecta.
Habrán adivinado que la película va más allá de ser rudimentaria con guion al viejo estilo (con sus ventajas e inconvenientes), explosiones reales por doquier y una estrella que copa todos los focos. Además de todo eso, sencillamente es mala: está mal hilvanada, parece haberse ideado por un adolescente y para adolescentes (de los no muy listos), y el hecho de ver a John Rambo cerrar el círculo (o no, quién sabe) no te compensa la hora y media justita de padecimiento como espectador. Eso sí, cuando la acción tiende al despiporre final, alcanzando unas cotas de salvajismo que ya ni se estilan con escenas que despiertan algún que otro “¡halaaa, cómo se pasa!”, reconozco que llega a darle a uno la risa en el buen sentido. Porque, para regocijo del fan, no puede esperarse menos de una película de Rambo que una ensalada gorda de violencia, excesiva hasta para ser violencia. Ni tampoco, esa es la mala noticia, puede esperarse más… corleonne76@yahoo.es
Ficha técnica
DIRECCIÓN: Adrian Grunberg.
DURACIÓN: 100 minutos.
GÉNERO: Thriller. Acción. Secuela.
PAÍS: USA
INTÉRPRETES: Sylvester Stallone, Adriana Barraza, Yvette Monreal, Paz Vega, Sergio Peris-Mencheta, Óscar Jaenada, Marco de la O, Rick Zingale, Louis Mandylor, Jessica Madsen, Nick Wittman, Sheila Shah, Díana Bermudez, Atanas Srebrev, Aaron Cohen.
GUION: Matthew Cirulnick, Sylvester Stallone .
FOTOGRAFÍA: Brendan Galvin.
PUNTUACIÓN: 4